Individualism

REPERTORIO AMERICANO 19 JOHN KEITH, SAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL Balanzas TOLEDO (Toledo Scale Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. Duplicador GESTETNER (Gestetner Ltd. Londres)
por saberlo; y recoges de los árboles del ca mino la dádiva que te alargan. Acaso voy yo a alcanzarte las pomas fragantes y a quitart Jas agudas espinas?
Linfa pura y cristalina. escribe Raúl Roa parece manarle de los puntos de su pluma.
Digámoslo ya. Como escritor, Enrique Jost Varona fulge señero en las letras cubanas Tampoco tiene parentesco alguno con los gran des escritores españoles de su época ni con sus congéneres de nuestra América.
Su prosa es de sinfonía, porque deja eco.
de invitación; convence, alienta y es doctrinario en la exposición.
Alerta con el movimiento literario universal y particularmente con el de su país. Le interesan a un tiempo Taine y Rostand; Piñeyro y Nicolas Heredia; Lamartine y Emerson; Ricardo del Monte y Montoro: Echega1ay y Verlaine; Pozos Dulces y Cirilo Villaverde. Martí le estudia y queda sorprendido. Orador? Sanguily le ve la disciplina mental, el razonamiento organizado y dócil. Manuel de la Cruz, en sus Cromitos Cubanos, dice que es un diserto mejor que un orador. Varela Zequeira se sorprende, al verlo: Ante aquel auditorio suspenso y extático, el talento preclaro del pensador y del artista revela a la conciencia universal, en visión magnífica, toda la grandeza moral del Apóstol y la sublimidad de su martirio. Allí el orador, en aquella cubanísima tribuna de La Caridad del Cerro, en la que nunca perdió el sentido estético de la palabra, ni aun en las situaciones en que el ardor de la idea caldeaba el corazón, y que siempre vistió verbo y lo prendió de luces.
Lo cubano es trascendental en su obra; sus artículos literarios, su opinar en lo político; por sobre todo, su postura de crítico; es la porción que más aflora en nuestras letras. Por eso resume al escritor que hay en Varona y que pertenece a ese linaje de espíritus en quienes la cautela y la probidad impiden el arrojo. Varona verá en las cartas de Martí el magretismo de la conversación, que escribía a sus amigos, como cuando hablaba. Las de él son generosas, gentiles, elogiando y estimulando siempre.
Agudo, sereno, profundo en la crítica. Filósofo, debió ser crítico, porque la crítica es un desprendimiento de la filosofía y él la tuvo on plano de exaltación y emotividad. La Revista de Cuba, de Cortina, en la que colaboró; la Revista Cubana que fundó, con las Hojas Literarias de Manuel Sanguily, son el tríptico exponente de la alta cultura cubana, en el período que precede a la revolución de Martí. El Figaro dice en su colección, que allí está Varona.
Lira y rebeldía se funden en la guerra; en la paz, palabras de enseñanza en alto, tratan de perfilar empeños mejores y en contornos propios.
Preocupado por los asuntos de su tierra y hombre de disciplinas. veces pesimista, otras fraterno, gran fraterno. Individualista y hombre de concordia. Patriota. Quién como él cantó a su bandera? Su obra lo encamina a ser uno de los mentores de la juventud batalladora de la nueva América, de la América que babrá de surgir cuando purgue todos los errores del coloniaje y todas las torpezas de sus déspotas y caudillos, de la América verdaderamente pura, libre y emancipadora tanto en lo político como en lo espiritual, que todavía no es más que una quimera en unos pueblos y trastornada de delirio en otros.
Maestro de juventudes, se le llama. Por formaba a los ojos del grande hombre, debieron de parecerle más inmediatos y palpitantes.
Murió a los 84 años, el 19 de noviembre de 1933 entre abismos y tempestades para repetir frases de Don Manuel Sanguily. En oiro 19 de noviembre, veintidos años atrás, hacía el Elogio de Félix Varela.
Supo vivir austeramente para el pensamiento, se proclamará enseguida. Con su muerte se iba un clásico de nuestra cultura. Las plumas más altas se volcaron en cuartillas de responso. La tarde apacible en que acompañamos al Gran Viejo hasta su tumba del Cementerio de Colón, nos sentimos apresados por un gran sentimiento; las palabras con que Raúl Roa lo despedía, repercuten aún y tendrán siempre una permanencia, afincadas en la devoción y en el amor que brota de una juventud limy resulpia.
renovarse, se le llamó eterno joven y es valor permanente en nuestro Arte, el que supo susLanciar para aprovechamiento de todos. Por eso debemos familiarizarnos más con su obra, buscar su sombra de verdad. Estudiarlo, nos llevaría al contacto con otras figuras de su tiempo, para sacarle al pasado sus quilates más puros.
Es el sociólogo. Cuba siempre. Para ella es su pensamiento, en la alegría y en el dolor.
Como Martí, para la patria que sufre, tiene la primera palabra. Habla, comparece, hasta que le sorprende el más largo de los sueños.
Tantos años soñando con ser hombre de acción se dice en una confesión a sí mismo.
El sabía que la acción es lo que repercute, lo que queda en el hombre masa; efecto tado de una dación de integridad. dura hasta su muerte apunta Vitierese interés por las vicisitudes de Cuba. Ni su dedicación filosófica ni el cultivo de las tras fueron en su vida tan constantes. En los cincuenta años señalados por su más atento observador no da tregua el escritor a su enseñanza, a su consejo, cuestiones nacionales.
En filosofía, con ser la materia de sus más fuertes investigaciones, tuvo períodos de silencio en lo tocante a la política cubana, no interrumpió jamás su vigilancia; pensó, escribió, habló hasta los últimos días. Ni la Filosofía, ri la Literatura, disciplinas en que tanta pagina magistral produjo, tuvieron en él una consagración tan viva, tan larga y sostenida, como aquella que le fija ya un sitio histórico en nuestra vida pública. es que Varona tiendie en toda la órbita de su pensamiento y de su acción al cuidado de los valores humanos.
Se tratan éstos en Literatura y en Filosofía, rero en política y en una Sociedad que se transHabía escrito en 1888 la invitación que anora, después de su muerte, tiene vigencia. Por eso no hay para nosotros lectura más melancólica que la vida de los hombres superiores que ha producido Cuba. Mañach nos ha dicho de la crisis de nuestra cultura.
El estudio de la obra de Enrique José Varona nos dirá de su influencia. Para entonces, si la seguimos, nos sentiremos mejor.
Sobre la mesa en que escribimos, una escultura de Ramos Blanco nos preside: es la cabeza en mármol de Enrique José Varona, el admirado Maestro. La frente se precipita con impetu irresistible, con perfiles de altitud; sus ojos escrutadores, son apuntalados por dos cortinajes en reposo: la boca perdida en un rictus de melancolía la cubre un bigote en decaimiento. Es la emoción de un pasado glorioso que va, cincelada bellamente en mármol, cimo una flor de mármol.
Esto les cuento. En el Rep. Amer. OH, LA REVOLUCION!
No es fábula, fruto de la imaginación de cierta envidia o recelo. muy humano y proIriarte o Samaniego, sino verdadera historia pio de imberbes hombrecitos.
de una hazaña de la raposa que más parecie La zorra, hambrienta siempre, observaba ra de hombres aventura reciente.
aquel festín viviente y las intriguillas, ambiFloreciente corral aquel de buenas galli ciones y celos que por allí aparecían.
nas ponedoras, gallos garbosos y peleadores, se dijo: cnfatuados en su harem y de pollos que que. Si pudiera. si pudiera provocar el pleirían ser gallos y sentían hervir en sus pechos to, el desorden, la revolución. algo logra Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica