178 REPERTORIO AMERICANO piritual, sobre los problemas de la cultura. eficacia y temblor de su mensaje. cuál da su faena en esos trabajos, eminentemen.
En los días subsiguientes a Revista Lite de esos sectores pertenece desde mozo Mon te uruguaya, va de la simiente, a la flor y raria, colabora abundantemente en perió. tero Bustamante? Un breve, sugestivo poe el fruto. Prodigioso evocador es, en copiosa dicos del Río de la Plata, ya con poemas ma, Grecia, inserido en El Parnaso Oriental, galería de figuras nacionales, americanas y subjetivos o épicos, ya con narraciones o nos responderá: europeas que bruñó sin prisa pero sin desexégesis, labor diversa que, por acusar maSe agrietaron las columnas, canso, con rigor metódico, asistido de una durez prematura, motiva en su oportunidad se desplomaron los templos, versación acrecentada de continuo. Gran este verídico aserto de Julio Lerena Juay sobre la tierra dórica evocador, sin duda, porque escudriñó en los nicó: Bien podría decirse de este escritor reinó silencio.
personajes y circunstancias históricos con que no ha conocido los balbuceos; su pluVinieron de todas partes ojos limpios; porque percibe en su magnitud ma tuvo siempre treinta años en sus manos a ver las ruinas del pueblo; el impulso civilizador de los instituidores de niño.
el Partenón mutilado, de nuestro civismo; sus luchas, sus derrotas, Innata dignidad singulariza sus creaciones el Acrópolis desierto, sus dolores callados; porque siente como primigenias. Su prosa le conquista en seguilas columnatas caídas propia la quemante sed de ideal de los escrida un lugar en el cotidiano La Prensa de junto a los plintos severos, tores y artistas, cualquiera sea su época; Buenos Aires, cuyas columnas honrarían cual si un rendaval hubiera porque consigue abarcar en su desmesura durante cinco lustros sus Correspondencias, batido al Peloponeso.
el espectáculo de las naturalezas universa.
registro puntual del acaecer literario y arLa procesión de las razas les, cosa al alcance de muy pocos; porque tístico del Uruguay. Sus rimas alcanzan de desfiló sobre el desierto convoca, en fin, a las sombras epónimas, repente la esbeltez formal, la distinción del sin conseguir arrancar en la sede del arte severo y del silencio que tono y, a pesar de la inspiración a veces doa las piedras su secreto.
dijo Annunzio, destinando lo mejor de sus lida, cierto aire de energía anímica caracNadie lo sabrá jamás; horas a redivivirlas, mientras al amparo de terístico de sus páginas líricas reunidas en sepultose con el pueblo, la grave y fiel soledad rinde su mente las Versos (1900. y de su Canto a Lavalleja duerme con la raza doria síntesis más altas. 1902. opúsculos que concretan su aportaen los regios mausoleos.
ción al género poético.
En 1908, publica la Semblanza de Carlos En las colinas de Atenas María Ramírez, el constitucionalista, el reiEl canto al vencedor de Sarandí que solitario, canta el viento, vindicador del gran calumniado de la hisrecitábamos siendo escolares, cuidadosos de y su voz dice: jamás. toria platense. el revolucionario de los Palajustarnos debidamente la corbata, y de, a y dicen: jamás. los ecos.
mares de Soto, el diarista polémico de cada culminación estrófica, echar atrás la Precozmente mayor, no se engrió sufi. El Plata y La Razón, el ministro de ha.
frente. es a todas luces un dechado de ciente: debía superarse. Leyó y releyó sin cienda de Julio Herrera y Obes, cuando las poesía patriótica cuyo acento robusto le perdescanso, pero no con ánimo ligero, como finanzas públicas yacían en ruinas; el aus.
mite hombrearse a momentos con la Leyenel que busca simple esparcimiento, sino po tero jurisconsulto, catedrático y legislador da venerable (1. En 1905, una editorial barseído de una preocupación profunda: la de cuya oriundez bajo pabellón extranjero ducelonesa distribuye El Parnaso Oriental, coposibilitar la progresión de sus dones me rante el exilio impuesto a sus padres por la legido y anotado por nuestro escritor. Abre diante una siempre dilatada cultura. Fre Guerra Grande, diríase presagio de su destiel libro un prólogo, rico en substancia: La cuentó a griegos y latinos en su lengua ori nación a los arduos deberes morales y las poesía del Uruguay. Sus orígenes y su desginal; reacudió a la vena inexahusta de los trascendentales empresas de bien público.
envolvimiento, sinopsis que arrancando de clásicos españoles; a! Quijote, las Novelas Es de 1909 su Semblanza de don Bruno las Invasiones inglesas llega a la promoción Ejemplares, las Moradas; a la prosa sanguí Zabala, fundador de Montevideo, que comde Julio Herrera y Reissig.
nea y majestuosa de Fray Luis de Grana puso a conciencia, yendo a fuentes insospeCuanta individualidad de resalte por en da y las liras extasiantes de Fray Luis de chables y desechando todo dato confuso o tonces había y alguna sin resalte, es in León; lo retuva la móvil forma de Quevedo incierto. Más tarde ejecuta nuevos perfiles evitable encuentra cabida en el libro, que y Villegas y la plétora de compromido pen de varones esclarecidos. Materia de sus esreúne piezas y noticias difíciles de hallar en samiento de Gracián. Atrajéronlo, además, tudios, a menudo exhaustivos, van siendo otra parte; sesudas apreciaciones respecto irresistiblemente, los hontanares de Fran en el plano de lo uruguayo, entre otros ar.
de clasicistas y románticos; encomios sin cia (él ha confesado después, cuánto apren quetipos: Fructuoso Rivera, el guerrero inmezquindad y certeras adivinaciones a pro dió a amar, de joven, la alígera flexibilidad dómito, fundador y defensor de la nacionapósito de los decadentes que advenían. lo gala. Llamáronlo asimismo los que ofre lidad, sol de caudillos; Andrés Lamas, sol.
grados, definitivos, o trayendo en la aljaba cen Italia, Inglaterra, Germania. Hízose por dado, publicista y hombre de estado, supe.
flechas visibles solamente al ojo zahorí. El tal manera su expresión cada vez más suel rior al desengaño y el infortunio; Melchor conjunto de modernistas que agrupa, re ta y transparente; su visión de las cosas fué Pacheco y Obes, varón pundonoroso y temviste, por eso, enorme interés: alternan allí afinándose día a día; y de ahí la seriedad plado, notable al par por la intrepidez y el con el apolonida de primer orden, señero a de sus juicios y la iluminada donosura con ingenio. De ningún rasgo imprescindible la sazón y siempre, el artista impar que ha que traslada a la urdimbre de una alocu carecen estas figuras, que salen de sus mabía de descubrir luego su camino de Damas ción undívaga la inquietud de su espíritu. nos semejando criaturas vivientes; cada arisco en otro género literario; y el que aban Amante del color y la virtud melódica, há. ta de su modo de ser, cada hito de su acdonaría el trato de las musas, absorbido por bil en la experiencia de arrancar a los vo ción emergen sin ampulosidad pero tampoespeculaciones ajenas a las letras. Tampoco cablos el secreto de sus tintas y matices, y co descarnados, como retrotraídos que fue.
se echa de menos al muchacho fervoroso, en la de trasponer la puerta de sus miste ron por la magia de la simpatía y la comde aptitud inferior a su entusiasmo desbor rios eufónicos, Montero Bustamante posee prensión. si excita y enardece al describir dante. Pero en todos ardía una chispa del en ancha medida, en cuanto prosista, los exaltadamente el auge cenital de sus héroes, fuego divino en tanto juraban por Verlaine dones del pintor y el músico, en especial, conmueve hasta el enternecimiento cuando y Rimbaud, Samain y Le Cardonnel; todos creemos, los del pintor. Sus Corresponden. consigna sus fracasos, su decadencia, su des.
depositaban su alma misma en el altar del cias reseñan, pintan los sucesos de la cul asimiento de bienes y lauros. Sorprende la matiz, la alegoría y la música, cuando abier tura uruguaya de 1904 a 1929; gracias a ellas sutilidad con que relaciona y liga sucesos, ta y liberalmente los congregó el antólogo. y mediante el amplificador del diario ante vincula épocas, aparta malezas que ocultaLunares incluiría, no es improbable, tal dicho, supieron las naciones como, en la re. ban el derrotero de un hombre o una geneparnaso, si bien como fuente de consulta gión de sonrientes colinas donde el charrúa ración; y cómo, tanto o más que su acción no se ha impreso aún el que lo aventaje. comía hasta quedarse dormido, abrigábamos externa, delínea sus diferenciaciones temA poco que se observe el cuadro de nues los orientales, anhelos de excelencia moral peramentales. De Frutos Rivera ha concebi.
tra vida intelectual, se comprueba esto: co e intelectual, obedientes a la admonición do una semblanza cabal y completa. Veamos existen en su ámbito, con los escritores sin emersoniana: Ata tu carro a una estrella. como imagina al patricio en su hora meraíces, cuya débil savia se exhibe irreme Pero si en su labor de corresponsal iba la ridiana: Estaba en la plenitud. La noble diablemente, los de raigambre sólida, que impronta de las que se efectúan con afición cabeza caucásica, virilmente erguida sobre en las literaturas madres tomaron los jugos tenaz y encorazonada, otra reclamábalo a el tronco fino y nervioso, proclamaba la convertibles en sangre y carne propias, en la vez: sus estudios a propósito de antiguos pureza de su raza y de su hidalga estirpe valores literarios y políticos del Uruguay y española, que ya había figurado con lustre (1) La Leyenda Patria, de Juan Zorrilla de de los países a los cuales debe el Uruguay en la historia del Río de la Plata. La intem.
San Martín.
aporte decisivo de ideas y sentimientos. To perie no había atezado su ancha y pálida Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica