REPERTORIO AMERICAN 233 Introducción a la Vida de ATICO Colaboración de Camilo CRUZ SANTOS ¿Qué extraño encanto poseyó aquel hombre, qué influencia ejerció sobre Si me preguntasen cuál fué el método sus amigos, cuando hasta esos dos gran. que adopté para escribir esta biografía, no des patriotas erón y BI са podría decirlo. Desde luego ninguno de los lumnian a sí mismos en favor suyo, y clásicos: ni el griego, ni el romano, ni el con tanta facilidad le perdonan lo que alejandrino; tampoco los que están ahora condenan en otros?
en boga, el de Maurois, Zweig, Ludwig. No Gastón Boissier.
me sería dado, asimismo, decir cuál ha sido la influencia predominante en mi manera de hacer, porque son tantas y tan diDe los varones ilustres de la antigüedad versas las semblanzas que he leído, que se en cuya admiración me inicié cuando estu han neutralizado mutuamente. Sin embardiaba historia y latín, ninguno captó tan go, si se tratara de una confesión sincera, definitivamente mi simpatía como Tito declararía que siento irresistible inclinaPomponio Atico. He sido constante a su ción por el estilo biográfico de Marjorie memoria toda la vida, y puedo asegurar Coryn, joven escritora británica, y que he sin vano alarde que nada de lo que a él releído con delectación los libros que ha se refiere me es extraño.
publicado. Su vida de Leticia, la madre de Este libro hubiera podido publicarse ha. Napoleon (Good bye, my son) es para mí ce algunos años, pero es el caso que no la mejor biografía que he visto en los últipude obtener textos que deseaba para en. mos veinte años. Su The Incorruptible y riquecer mi documentación, y que en vano The marriage of Josephine son obras en.
pedí a Europa por conducto de libreros; cantadoras. Acerca de la primera dice un unos porque estaban agotados ya, y otros comentador norteamericano: superb hisno pudieron venir por causa de la guerra. otry, of a super woman, superbly written.
Pero en gira por California encontré en la el crítico literario del primer periódico bibliotettca Pública de San Francisco un de los Estados Unidos, The New Yoric cuantioso arsenal. Pude entonces consultar Times: fresh, original and powerful taa mis anchas los volúmenes de las epísto lent.
las de Cicerón a Atico y a sus familiares Creo que sea suficiente para justificar y amigos, y varias obras sustantivas acer mi admiración y mi inocencia.
ca de aquel período que, para mi propósi Ahora bien, como nada hay más ameno to, comienza con la edilidad de Cicerón y e interesante que la historia de los grantermina con la transformación política de des hombres, la biografía debería escribirAugusto. Pasaban de ciento cincuenta los se con el encanto de una novela, pero con tomos disponibles, y se me permitió llevar toda la exactitud de una pieza jurídica, conmigo los que consideré más útiles para en la que no se deslice ningún concepto mi trabajo, porque así entienden la misión que no pueda demostrarse. Por lo demás, cultural de esos institutos.
ya Emerson previno: Cicerón Busto. En la Galería degli Uffizi.
Florencia. No existe historia, propiamente, sino biografía.
El hecho de que Tito Pomponio Atico, a pesar de haber salvado para la posteri.
dad los tratados de Cicerón, sus acusaciones y defensas y su epistolario, y de haber servido de consultor a los varones más cultos de su época, sea menos conocido ahora que otros romanos que, en su tiem.
po, fueron tenidos por inferiores a él en sabiduría, prestancia, generosidad e influencia cultural y social, lejos de arredrarme en el empeño de escribir su biografía, constituyó un acicate. La posteridad no siempre es justa con los hombres ilustres, aun cuando suele afirmarse lo contrario a gui.
sa de arbitrio retórico. Mas el continuo devenir de los tiempos trae consigo virtuali.
dades revaluadoras y la acción justiciera de las generaciones no termina jamás. Siempre acaba por encontrarse un documento inédito, un extraviado manuscrito, una moneda o una medalla, una clave para desembrollar una situación intrincada y confusa. una Piedra de Roseta que permite descifrar jeroglíficos mudos durante millares de años, o el testamento político del emperador Augusto en un templo soterrado del Asia Menor, o un cofre de papeles oficiales en una aldea escandinava, que revelan la verdad sobre la tragedia de Meyerling, y surgen entonces puntos de vista nuevos, be abren horizontes a la investigación cronológica, se desecan lagunas, se destruyen leyendas, se eslabona la Historia.
No faltan investigadores tenaces, pacien.
tes compulsadores de documentos, devotos de la Filosofía de la Historia, amantes de la verdad más que de Platón. espíritus porfiadamente inconformes, quienes no aceptan los errores e injusticias de los contemporáneos, ni los prejuicios de quienes les siguieron, ni la negligencia con que algunos de los modernos aceptaron a ojo ce.
rrado cuanto habían escrito parciales his.
toriadores antiguos (siempre la versión de los vencedores, nunca la de los vencidos)
o diatribistas, turiferarios y áulicos.
Julio César Busto. En el Museo Británico.
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