Cuban Revolution

292 REPERTORIO AMERICANO tificante como el ejemplo de esas hazañas sin aparato, sin escenario, que consistieron en el sacrificio espontáneo de millares de vidas en las aras de un ideal remoto; de los innumerables que cayeron y sucumbieron sin nombre ni gloria, para obtener para otros los bienes humanos de más precio: el honor y la libertad. Tomo III, 190 191. JOHN KEITH, Manuel de la Cruz quien, digamos de paso, publicó años después sus Episodios de la Revolución cubana, siguiendo los datos y en ocasiones los relatos, casi íntegros, que le regalara la charla cordial de Roa dijo el 20 de octubre de 1890, en La Habana Elegante: SAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL Balanzas TOLEDO (Toledo Scale Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. Duplicador GESTETNER (Gestetner Ltd. Londres)
Poco a poco, como paisaje que se ilumina lentamente, va surgiendo a los ojos de la posteridad el grandioso panorama de la revolución cubana. Hoy vamos a ocuparnos, aunque no con toda la latitud que quisiéramos, de un nuevo libro sobre la guerra de Cuba, escrito por el señor Ramón Roa, ayudante secretario del general Ignacio Agramonte y, posteriormente, secretario de los generales Sanguily y Gómez, secretario de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Estrada Palma, que con otras ocupaciones de menos importancia, pero no menos útiles, sirvió, con tanta inteligencia como lealtad, la causa de la República, por la que abandonó brillante acomodo en la Argentina, donde le esperaba porvenir más risueño que el de recorrer nuestro suelo, a pie y descalzo, desde las lomas de Trinidad hasta las montañas de Cuba, en busca de fusil y pólvora par aperecer combatiendo por la emancipación de la patria. pie y descalzo es un grito de combate que en alas del eco que lo trae a nuestros oídos se convierte en patética elegía; es como un epitafio escrito con sangre, cuya leyenda es: abnegación; y que lo mismo a los muertos que a los vivos los unge para la apoteosis de la inmortalidad en el tribunal vindicador de la historia. El relato de una de aquellas bandas de peregrinos, de la que fué más lejos y acaso sufrió más peripecias, relacionándola con las demás, es el asunto del libro del señor Roa. El lector no podrá llenarse de entusiasmo contemplando la caballería arrasando al contrario. Qué asunto pueden ofrecer a la musa épica pelotones de hombres descalzos, desnudos, hambrientos y sin armas? Su heroísmo está en su perseverancia, en su fe, en su dignidad. La abnegación vale la mejor proeza: aquellas legiones bien valían lo que los lauros de la más reñida de las batallas. El libro del señor Roa, en suma, vigoriza y fortifica; leyendo sus páginas concisas y sobrias nos sentimos orgullosos de ser hermanos de esos que, sin exageración, podríamos llamar fundadores del patriotismo cubano. Tomo III, 193. el grito de protesta de un noble corazón herido por la ceguedad y la injusticia. todavía tuvo que someterse a mayores tristezas, a la honda tristeza él, sincerísimo cubano, carácter rebelde e indomable de depender de un puesto administrativo, para sostener, primero a su anciana madre, y luego a una familia cada vez más numerosa.
Enfrente de la miseria de las cosas, y envuelto siempre como en una atmósfera de escepticismo y desaliento, llevaba continua mente en el alma el vivo recuerdo de las pasadas glorias, enlazado íntimamente con las memorias excelsas de los caudillos vencidos e inconformes, y de los héroes muertos; y así se convirtió en su constante e infatigable apologista. Tomo III, 158 159. Máximo Gómez, que le profesó una amistad constante, le escribía el 11 de febrero de 1903: Ninguno como tú, que jamás te has manchado con la mentira, puede escribir episodios de aquella hermosa y honorable época.
Escribe. Tomo III, 284. sacrificio, el patriotismo de los cubanos re.
volucionarios. Es una narración sencilla, natural, en estilo llano y claro que se adapta al asunto a maravilla, que a veces es castizo y puro como el del más habituado al trato de los maestros del idioma, y siempre ostenta el colorido necesario, el relieve, la con isión del que no rebusca el efecto porque conoce la fuerza de su propio asunto.
Esto quiere decir que el libro del señor Roa ha logrado cumplidamente su primer propósito: componer un libro que vaya en derechura al corazón del pueblo cubano, que ha de ver en las páginas de pie y descalzos, un retrato, tan verdadero como grandioso, de su pasado heroico, de los milagros de su civismo. Más que con admiración, con pasmo, se lee un libro en que todo es sombrío, desgarrador, o para decirlo de una vez: en que asistimos a la epopeya de la abnegación. El señor Roa, en suma, ha hecho historia, la historia que enseña y vigoriza. Lo que su libro demuestra no debe echarse en olvido. Tomo III, 194. El mismo Manuel de Sanguily dijo a Ja muerte de Roa, en El Figaro, el 14 de enero de 1912, entre otras alabanzas: El lunes de esta semana fueron conducidos al cementerio general los restos mortales de Ramón Roa, parte del camino en hombros de veteranos de la independencia; porque él había servido a la misma causa con resolución, constancia y abnegado patriotismo en la guerra de los diez años, durante la cual llegó a obtener el grado de teniente coronel. Las vicisitudes de aquella larga campaña le hicieron recorrer toda suerte de alternativas y desempeñar diversidad de funciones, ya de expedicionario, ya de literato y de poeta, ya de guerrero, ya de negociador. Tocóle la mala fortuna, inevitable e ineludible, por su competencia y prestigios, de intervenir en las condiciones del convenio del Zanjón, como miembro del que 32 llamó Comité de la Paz; y por cierto que, ante el desbordamiento de inconformidad e iracundo desagrado que como violenta racha levantó aquel acontecimiento lamentable, principalmente entre los cubanos que no habían concurrido al campo mismo de la lucha, publicó un opúsculo vindicando el patriotismo y la honra de sus compañeros de la guerra, y que más que otra cosa fué sin embargo, este hombre y su libro recibieron dos violentas arremetidas: una de Enrique Trujillo, Director de El Porvenir de Nueva York, deleznable pues no era este hombre de muchos prestigios; y otra, grave por el tono y por venir nada menos que de José Martí. Este, más de un año después de publicado pie y descalzo, cuatro meses después del ataque de Trujillo en su magnifico discurso de Tampa, de 26 de noviembre de 1891 dijo que al autor azuzaba el miedo y las tribulaciones de la guerra y pretendía asustar (a los cubanos) con el sacrificio mismo que apetecían. Tales frases, y otras injuriosas para Roa, fueron causa del más grave inci dente personal que tuvo Martí en su vida de político, que estuvo a punto de terminar en duelo con el general Enrique Collazo. Este peleador heroico de la Guerra Grande, y luego de la del 95, uno de los amigos que animaron a Roa a publicar el libro, escribió a Martí una carta firmada por tres patriotas más haciendo la defensa de Roa devolviendo sus graves reproches con otros de no menor gravedad, y afirmando que todos ellos vivían en Cuba cara a cara al gobierno y eran entonces lo que habían sido en 1878. y esperando estrecharle la mano (a Martí) Manuel de Sanguily escribió en La Lucha, el de noviembre de 1890: Con este significativo título, que pudiera servir de tema a la leyenda del judío errante, ha dado a la estampa el señor Ramón Roa un libro interesantísimo, que es historia pura, triste, grandiosa, conmovedora, como que relata al pormenor, con fidelidad absoluta, una de las etapas más notables que atravesó la revolución cubana, aquella en que más se puso a prueba y en que llegó a mayor altura la abnegación, el Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica