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72 REPERTORIO AMERICA O Los dinamiteros del verbo Venía el amigo, después de cruzar zonas terribles como la revolución esPor Bernardo GONZALEZ ARRILI pañola, comprendiendo piadosamente (En Rep. Amer. la vida, convencido de que su tesis es la que acierta, y sonriendo. Porque González Pacheco era un lírico que Para «tandilero) y pese a todo su tristecidos, con las cuartillas garaba pensaba en los dinamiteros de la fáafán universal, quería al terruño de teadas durante el (éxodo. Algunos bula con la cara llena de risa y el alma alma. No errará quien asegure que sus traían versos del tono airado de aque volcando bondad. Sabía machucar al mejores páginas traen el eco de sus llos. Felices de vosotros los imbéci. poeta tropical que llegaba a Buenos serranías piedras, rocas, aguas, les. Otros, un drama, con el Aires después de cantar loas dulzonas y de sus valles (acribillados de celes personaje consabido que se va aba a algún mandón, y lo llamaba «el partes manantiales. sus arroyos (que rranca abajo. Los más, una página do que es dueño de una ocarina. samurmuran bajo tapices de berros) y con el palabrerío que intentaba ser bía recordar su (Pico blanco) en las sus selvas pobladas de apájaros atur corriente, filudo, como la prosa de tres leguas de campo pampa, parejero didores. Su cariño por la tierra se le Barret, breve, irónica y entradora. guapo; sabía memorar a Irineo, el desborda sin advertirlo. La querencia, Nos encantaba Pacheco por el esti cantor y guitarrero que nadie aplauque puede ser no más que una ilusión, lo de su prosa y por el estilo de su de porque el efecto de su voz es para brota de nosotros mismos. En la cár. vida.
adentro y como de agua en los terrocel y en el destierro, el recuerdo del Lo seguíamos queriendo, aunque nes les esponja las entrañas. rincón natal llen a los pechos de lirios. ya no lo leíamos, cuando se fué para Cuba y México, cuando siguió para Pacheco con el nombre de «Carteles. En dos tomos juntaron la prosa de Rodolfo González Pacheco nos gustó por el estilo. Nos llevaba diez años España. Nos gustaba su teatro. Nunde ventaja en la edad y diez leguas de ca le escuchamos discursear; dicen Leyéndolos, vuelvo a encontrarlo, no que lo hacía bien, no sólo cuando leía, do y canoso, sino como las primeras como la última vez que lo ví, sonreídelantera en las letras, cuando nos sino también cuando improvisaba.
encontramos en Ideas y Figuras. la Debía de ser así porque era dueño del veces, con jopo a la oriental, elocuenrevista de Ghiraldo cuya sala de rete y fustigador. Cuando le encontradacción debió ser el café (La Brasi. picotazo elocuente del que se vuelca sincero. Su frase (cortada como con ba, en rebusca amistosa, la particulaleña) de la calle Maipú, pues no cohacha) se formaba de imágenes y de ridad de los dedos largos a Florencio nocimos otra. Por entonces primeSánchez ideas, y quedaba. Era tremendo cuan.
y decía en su elogio la inoda década del siglo, los muchachos Plata y sus «carcamanes mañeros. y checo volvía en derrota hallaba maras hojas del almanaque de la segun do mordía. Véase su página sobre La cente mentira de que tenía el orgullo de su oficio de canastero. Cuando Pa.
y los ya mozos, todos auarquizaban la por gusto. Usaban palabras que asusque dedicó a Bahía Blanca donde todas las casas aparecen tiendas. Pero escarmientan los flojos. Comparaba a nera de asegurar que del fracaso sólo taban servían de pretexto a la autoera querendón cuando elogiaba. De su los caballos del pago agricultor con la ridad, pero que en realidad no eran nada. Los «dinamiteros del verbo llegada a Mendoza decía: el alma se formaban un batallón cuyos nombres pega a la ventanilla como un mucha humild de los labriegos y sabía encontrarles un cacho de cielo en las pudieran dar la pauta de muchas cocho a una vidriera de golosinas. Su fuerte estaba en saber inquietar. Pin. pupilas absortas. sus cascos son serio de la Revolución de Mayo que vesas pasadas. Se acercaba el Centena chaba. Qué esperan el (pelado de llos sobre la pampa: firman la paz.
que nía parejo con los primeros conflictos México, el croto» de Chile, el «raído» tierra natal. iba con otro cruzando del Paraguay. entre obreros y patronos. Se vieron dos caminos principales abiertos hacia Pacheco lo perdimos durante campo, cuando vló venírsele encima la fecha americana: el de las ligas muchos años. En las ciudades popul le dí la espalda. Pero el reprouna polvareda. Volqué el caballo y patrióticas, conservadoras y temerolosas se naufraga con frecuencia y cada barrio es una isla. Volvimos a enche del hombre, triste más que sesas, y el de los grupos reducidos, rebeldes contrarnos casi cuarenta años después vero, me manoteó las riendas: disonantes. Los dos caminos de las reuniones en la sala de redacquerían conducir. ahora lo vemos No haga eso, don. No ve que es su pago mismo que viene alzando los cruzando zonas distintas, hacia la 11 ción de La Brasileña. Ya había muer.
bertad. Sólo que a los disonantes los to Ghiraldo. Ya teníamos eucima el brazos? No lo desaire.
solían tomar presos, seguramente padespotismo de la justicia lista. Ya esDe este anárquico, lírico y criollo, tábamos tordillos.
ra aquietarles el ánimo que andaba se puede seguir el rastro literario, la medio revuelto. Libertad, pero no. Amigo, cómo fué eso?
modificación ascendente de su prosa mucha. Había unos señores que manifestaban su amor a la patria con Se nos había escurrido el agua de cortada, la robustez de sus frases, el filo de sus adjetivos, recorriendo esos celos de guardianes, y extremaron la la vida por entre los dedos de la manota. Sancionaron leyes poco justas no. Algo más quietos, en el panorados tomos de prosa. Todo era para el y las aplicaron con las equivocaciones ma cambiante, con un asiento más Carteles. Prosa de principios del escuchando las voces de los siglo, de autor comparable a la de de la prisa. No quisieron creer que mismos oradores. Seguía él en su te aquel que empezando cada día gastó los jóvenes suelen ser sinceros y vale ma. Ahora ya sabíamos que por estos la pena escucharlos.
La mayoría de los temas quedaron pagos nuestros, el que se apresura y inactuales, pero el estilo, a pesar de Pacheco se lo llevaron a Usuhala. atropella sale airoso; que se producen las disconformidades que se le puedan Ghiraldo lo encerraban cada quince dos ados deslomaduras. lo cursi y lo días. El grupo cafeteril, lírico e ino chabacano, pero que do gananciable) oponer, sale al cotejo con vida y se mantiene tal cual.
fensivo, se rompía y luego se volvía a es lo que se prefiere. Hay que hacer formar. Los muchachos caíamos al dinero, si puedes, honradamente, y Bernardo GONZALEZ ARRILI grupo medio sonrientes y medio en. si no Buenos Aires, 1958. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica