REPERTORIO AMERICANO 119 Canto a Soleida (En Rep. Amer. Para Mamá, el de febrero, cuando nació Soleida.
Soleida Brenes Carrillo Por los largos corredores había gorjeo casero, Al volver yo aquella infausta tarde en el jardín la magnolia florecía. dónde, dónde mi hermana alada?
brillaba el sol aquella mañana de febrero, Mi alma un instante rozó tu alma toda la vieja casa era regocijo y alegría.
tus enormes ojos negros desde la blanca almohada, me miraban.
Nació la niña! Era bella y blanca, azucena.
El mundo entero sobre mí se desplomaba Manos exquisitas de dedos diminutos, perfectos, Soleida, Talle de Lirio en Flor, sombra, sombra no más de de pétalos de rosas, conchas marinas sus uñas sedosas. hermana.
Nació la niña! Se llamará Soleida. Soleida por Soledad.
Sólo quedan los ojos y los rizos azabache, El cantor, Padre poeta, así clarín dulce eleva Soleida!
tus finas manos son huesos, pero hay translucencia en ellos, por doquiera se aspira una sutil fragancia, Dió sus primeros pasos el Domingo Santo de Ramos, es tu alma que perfuma la estancia.
Pascuas Floridas para sus niñas plantas. Soleida por qué el silencio, todos los días me escribías?
Crece jugando, riendo, corriendo en jardín madreselva. Hubiera volado a tu lado. Sonriendo, la voz la misma, bajo cielo azul, su aliento común flor de jazmín. Para qué? No había necesidad, dime qué será tu niño. azar de naranjo, limonero, rosas, danzar de colibrí.
Temblando salí de la estancia, temblando surgía el dolor, Un día, sin pensar, de la enredadera una hoja cogió en mis entrañas florecía una vida y Soleida se nos iba!
y así corriendo y cantando al césped la tiró. Por qué. Por qué? Era tan joven, tan dulce, tan buena, El Padre Maestro, vino al jardín con paso lentonunca a nadie hizo mal, pensó mal, habló mal, a todos amo. Soleida, esa hoja recoja y póngala otra vez en la rama Por qué tronchar la vara en flor!
de donde la quitó.
Día tras día, noches largas, horas negras, qué larga su agonía!
Soleida la niña blanca y rubia de alma sencilla, la buena Dormía al ver su rostro me decía, no viene más el aliento de la dulce Soleida se ruborizó, de puntillas, ansiosa, su boca!
la hoja de la rama de la enredadera sostenía, Pero no, tenaz, quemante la muerte todo vestigio destrozabapero cada vez que la hoja soltaba, en círculos al césped volvía. roía la roca!
Poco a poco en sus ojos apareció una lágrima, la niña lloraba.
Yo desfallecida, caminaba sola por las calles llorando, llorando Vive en el ambiente del jardín su voz. Nunca destruya nada!
y pidiendo al cielo, llena de rebeldía, por su vidaUn día en querella con ella le pegué en la cara En mi ser otra voz me llamaba pero yo lloraba por la muerte de su tez por el golpe de mi mano sonrosaba, mi hermana.
sus ojos negros, amorosos, dulces, me miraron asombradaSoleida de diez y seis años su alma con entereza preparaba.
Sin alarde, sencilla, me dijo: Pégueme del otro lado.
Papá leia y ella su Luz a Dios eleva me guía por sendas de La furia murió avergonzada y siempre lo he recordado.
justicia a causa de su nombre.
Aun cuando ande por el valle de la sombra de la muerte, De Dios, del futuro, del amor, juntas hablábamos, no temeré mal alguno, porque tú, juntas reíamos, muy juntas dijimos un último adiós estás conmigo al pajarito que del nido voló. Las dos oímos sus alas batiendo insistentes en la ventana, tu vara y tu cayado me dan consuelo. Otra vez Papá. En verdes pastos.
con manos enlazadas y un mismo corazón oímos su canto desolado.
Nadie vino a nuestro cuarto a decirnos que nuestra hermana, Cuando llega la hora suprema, ella pide la cruz en la frente, la pequeña Ana María como pájaro voló, sin palabras lo sabíamos. la cruz en la casta boca, la cruz en su virgen pecho.
Juntas las dos de ella tristes nos despedimos.
Sabia, paciente, Vestal de Fuego, Luz Celeste, Calladas, juntas, una parte de nuestras vidas habíamos vivido.
Aroma consagrado de la Esencia, Soleida en tu hora suprema Soleida niña de diez y seis años, sabia, firme como muro, voz dulce de suprema florescenciaescudo su Fe Mamá, béseme en la frente, dígame adiós, ya me voy Talle de Lirio en Flor, dulce joven ligera de pie, Se fué Soleida, caminó en el jardín de magnolias, alondra en los cielos, el día de mis bodas, rosa capullo.
jugó chiquilla feliz en el jardín de enredaderas, Rosa su traje, rosa su tez, niña corazón rebosante de amor.
Aquel día de nieve y tormenta en que inesperada brilló la luz vivió un instante fugaz entre nosotros, voló alada, eras vestal de fuego, tierna hermana bañada en rubor, a su santa Morada, donde feliz espera.
bella esencia misma de aquella luz!
Pasaron los meses, cinco meses felices para mí, Fresia BRENES de HILAROV cinco meses terribles para tí, Soleida, para tí entrenamiento que consumió tu carne rosa.
Milwaukee, Wis. 1951. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica