44 REPERTORIO AMERICANO Canto a Guatemala Por Marcelo Antonio PINEDA (En Rep. Amer. Del poemario inédito, Corazón enarbolado para mi amor y el amor de los que en tu nombre se levantan.
nocturno confidente para la queja de mi ma(rimba, doloroso escenario de la misera comedia de los que enarbolan cervicalmente el podrido feto de la oscuridad y la ignominia y que quieren a fuerza de espanto, pólvora y (sangre, acallar la garganta del pueblo que los des (precia Patria de todas las matrices hoy desgarran tu vientre de los ojos centinelas, vigilantes hoy golpean tu lágrima de la tierra violada, vendida, robada. en ti los piratas sientan hoy su guarns.
ción de los cielos tranquilos, azules, los pájaros asesinos hoy los insultan del afanoso obrero del fértil subsuelo hoy la mano avara, agria, venenosa, exprimte los racimos de su vida bandera pura noble, substancial, objetiva, elocuente. hoy está enfermo el símbolo de tu liber.
tadAgua, tierra, viento, frutos, clarin de los metales, abono y estación de la Primavera, geometria de los astros en plenilunio, conchería de los nidos marítimos para la soledad y el naufragio de las espumas, carne en comunión de risas y de llantos, luz, aroma, resonancia de los tres tiempos. catecismo de la dicha, fragua de las egregias sonoridades, tambor del salto de los líquidos, casa de la esperanzu, bandera de la dicha, estrella de almíbar, redondez de tristeza para un otoño sin rosales, espiga de los cavidades hondas, area maravillosa, flor trigueña, Patria. Patria mía!
Risucña, fragante, encendida empañada estrella, sofocada música, horizonte fresco, sílaba única, cuando pronuncio tu nombre me estremezco, me sorprendo, saltan mis elásticas resistencias, palpo mi sangre, lloro, río, canto, sueño, sufro, grito, leo, acaricio la pluma, muerdo las letras con los ojos que una a una voy prendiéndolas en la página; desgarro la mirada en la distancia, mi alma se inunda de meridianos, conozco la raíz del agua, en mis hombros se enredan hilos de luz. Patria. Mi Patria!
El cariño sale de tu traslúcido pecho donde mi fe se amamanta. Patria!
Patria de los vientos firmes, de las claras arcillas, de las canciones antiguas.
Patria terrestre, aérea, líquida, amanecer de colores puros, frutales, chirimía pajaril, para mis alegrias glaucas.
Patria ensimismada en mis sueños positivos; matriz de madera sonora, sexo de mi anhelo, Isomucané que te incorporas de las vasijas minerales para continuar tu sinfonia en jades lineales, en violines despiertos, en pergaminos milenarios, en lámparas lacustres. Patria!
Patria mía de los imanes viejos, del maíz para la exactitud del hueso, filosofía manual de güipiles donde arco iris se han dormido.
Patria concreta, delirante, en la geografía de los ejercicios de la vida, potente, de cariños nuevos, verbo incendiado de savias antiguas, Balam en la física de las resurecciones, cosmos genital para mi amor delimitado por la sandalia de tus mitos, pedernal de luna, luciérnaga submarina, anhelo tuberoso de luceros desvelados en la electricidad de los corceles del oxígeno.
Patria de la ancestral tristeza que te heredaron los hijos del sol.
Patria que renaces cada día en la protesta grandiosa de los surcos agraristas; pequeño territorio de grandes luchas; lejana, tan mía, tan, adentro en el botón sonoro, de mi pecho, en los relojes líquidos de mis células, en ésta cara y en la otra cara, en la uña, en la articulación que me daña, en el gérmen circular de mis pupilas, en estos cabellos, en el remanso de mis frondosas ansias, en los puños para tocar a todas las puertas y decir tu sufrimiento, gritar a todos tu lacerado cuerpo, clasificar los insectos que te están enfer(mando. Patria!
Patria mia cariñosa, abnegada, fecunda, creo en ti, a tu inmensidad me encomiendo, encomiendo mi espiritu a tu inquebrantable destino, a tu historia profunda, resplandeciente, a lu que vendrá y de la cual seré yo una sen(cilla letra, Patria mía que estás en mi alma en el texto, en la sangre, en el labio, grandioso sea tu nombre, definitivo, santificada tu arcilla, in vulnerable tu destino, ven a nos, por tierra, por agua, por el dulce cauce de tus organizados minerales, hágase la voluntad de tu lucha sin tregua, aquí en la tierra para conquista madrugada.
El pan nuestro de tu nombre elocuente dánoslo hoy, mañana, siempre, castiga a los deudores de tu geografia robada que nosotros ya aprendimos sus nombres para no perdonarles el salvajismo.
No nos abandones, no te olvides del abecedario de nuestro grito constante, Aqui nos tienes, madre nuestra, cosechadores de protestus, convocados de lucha, revolucionarios en la célula insatisfecha, unhelantes de tus frutos, con el corazón inundado de tu electrizanta (lamento que tiene dimensiones de mundo, vigilantes, alertas, decididos, al llamado de tus claras matrices para elaborar una nueva hora en todos los relojes. Y en la paz de tus huertos ciegos habló la imaginación de la sangre.
Te poblaste de Relámpagos, de albas, de Formadores de tu gesto primitivo.
Te levantaron los gigantes de la aurora en el día de las uvas y los pájaros. conociste la hora de la tragedia y la lucha de la sombra con la vida Fue la claridad para la potencia laboriosa.
Se dijo agua y piedra y el hombre nació para tus rosas.
Desde entonces eres un canto de recuerdos, una biblia que florece en ingenuas risas te. rrenales Patria!
Patria mia indiscutible en la esfera donde la ternura se gesta con las canciones de todas las primaveras. Oh, la cara de tu mapa omnipotente!
Tus resplandecientes arenas diseminadas a lo largo de mi grito, tu ombligo de arcilla y madera incorporado a la afluencia de mis cristalinos impetus, tu sonora voz que se vuelca a los túneles de mis venas, tu fondo azul transubstanciado en donde nace el verde de una espiga, la locomoción de tus líquidos conocidos, la aspiración de tu follaje inquieto. Patria. Patria mia!
Por más que mi corazón se extienda no llega a abarcarte con su llama pequeña, lejana y tan mia solar querido, inconmensurable. Patria. Mi Patria!
Madre que naces de dolores y de muchos ojos a pagados; por tu nombre comienza mi vida; en tu cuerpo florece mi amor.
Mi vertical presente a tu tierra entra.
Yo te pronuncio y to conjugo con los vientos, con el agua que muerde tu cintura.
Patria. Guatemala mia!
La otra, la de los pies descalzos y rajadas 21 callosas (manos La Guatemala agrarista, revolucionaria, la de jacobo, la que sufre y Tricha, la que siente en la espalda como una brasa toda la voracidad de una mandíbula extran(jera. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica