DemocracyWorld War

140 REPERTORIO AMERICANO El regreso del soldado a veces en el cuerpo y siempre en el espíritu del combatiente.
Sintiéndose Walter menospreciado, solo (En Rep. Amer. entre sus amigos de ayer, entre los suyos, Era de los mozos más atractivos de su miento es largo y cuando la cicatrización que es la peor de las soledades, arregla su pueblo, bellamente anidado en los aledaños se produce, ha dejado ya un anquilosis en equipaje y se dirige a Los Angeles, donde de Santa Bárbara de California. Los jóve extensión y abducción, que obliga a Walal menos, se decía, nadie me conoce; nanes buscaban su compañía y de sus mira ter a describir un arco de cuarenta y cindie sabe quién soy y menos quién he sido; das y sonrisas vivían pendientes las jóve co grados a cada paso donde la indiferencia no me hiere; donde el desdén no me mata.
nes. Alto, erguido, fuerte; fuerte como ven.
La campaña de Normandía con el feliz En el magnífico Hotel Biltmore se descedor que era en cien concursos de agili éxito de los aliados, es el principio del fin dad y resistencia; alumno distinguido de arrolló una noche la siguiente escena: En de la Segunda Guerra Mundial. Fracasada la Escuela de Ingeniería. Todo, todo se dael amplio salón, profusamente iluminado, la contra ofensiva de Runstedt, sólo se haba cita para conformar de Walter Smith danzan numerosas parejas; damas y cababla ya de la paz.
lleros conversan animadamente arrellanauna vigorosa personalidad de claros desLos pasados actos de heroísmo comien.
tellos para el futuro. Ese, o un hombre así, dos en cómodos silones; algunos visitantes zan a perder colorido. Así es de frágil y quisiera yo para mi hija, comentaba cada extranjeros contemplan desde sus asientos tornadiza la mente humana! Es en estos madre en la intimidad del hogar.
los diferentes matices de la elegante reumomentos cuando Walter, El Héroe. re nión. De pronto, irrumpe por la puerta prinEra el año de 1942; entran los Estados gresa a su pueblo; regresa con mil ilusiocipal del Hotel un miliciano, luciendo en Unidos en la guerra y Walter Smith fué nes en el alma; con un juego de medallas supecho un vistoso juego de medallas de de los primeros en ser llamados a filas; si en el pecho y con su pierna derecha en ex.
guerra. En sus ojos, muy abiertos y su mi.
no se le hubiera citado, también habría si tensión y abducción describiendo un arco, rada inquieta, se adivina que busca a aldo de los primeros en acudir voluntaria. como si al marchar tratara de despejar el guien. Nerviosamente atraviesa el salón, mente. Libertad, Justicia, Democracia, eran camino con el borde interno de su pie de recorre los distintos pasillos, escruta las fi conceptos muy hondamente estereotipados, recho.
sonomías, las fisonomías femeninas, pero por herencia y por educación, en su espí Walter es recibido en su pueblo con ca. no parece encontrar la que busca. La mulritu. Después de un largo período de en riño, pero sin entusiasmo; las fiestas pla titud pasa con indiferencia la vista por las trenamiento en que sus cualidades de dis. neadas en su honor son pospuestas sin que medallas, pero se detiene persistente ante ciplina, ingenio y resistencia sobresalen, lleguen las más a realizarse. Aun cuando su marcha caprichosa, provocando en unos Walter es ahora soldado del brillante ejér muy joven, Walter no puede por incapaci una mirada de piedad, en otros una sonrisa cito victorioso en Africa, Italia y Norman dad física alternar en los juegos con sus burlona, en nadie un gesto de estima ni sidía. Aumentan sus galones y su nombre es compañeros de ayer; se siente cohibido en quiera de simple cortesía. La cita le ha fa.
frecuentemente citado por su audacia y por las reuniones sociales; ridículo luciría si llado. Como no hay un asiento vacío, ni su valor. Su pueblo natal se siente orgu pretendiera bailar; todo ha cambiado para ninguna persona le ofrece el suyo, Walter, lloso de las noticias que de tarde en tarde él; su pueblo no parece ser el mismo; sus fatigado, sudoroso, se reclina sobre una de le llegan de su arrojo y de su coraje. Cuan amigos y amigas no parecen ser los mis. las columnas exteriores del hall. Un em.
do la guerra termine, decían, y Walter re mos; tampoco él es el mismo; quien tanto pleado lo observa, lo comprende, lo comgrese, lo pasearemos en hombros al ruido amara la paz, suele sentir nostalgia de la padece y le acerca una silla adicional. La y olor de fanfarras y pólvora. Oh las fies guerra. Rota está la continuidad de las emo música continúa; el baile continúa; las contas que organizaremos en su honor! ciones de la infancia y de la juventud; nue. versaciones continúan. Walter se ha que. Quién se atreve, preguntó un día el ca vas impresiones se han superpuesto sobre dado dormido; un aire de satisfacción domipitán del batallón, a penetrar en aquel bos las viejas. La ausencia, es madre del olvi. na su semblante. Sueña acaso en las jor.
quecillo sospechoso y escudriñarlo para do, dicen los españoles; despedirse, es mo nadas de Africa, Italia y Normandía. Sueevitar una sorpresa? Walter reclama para rir en parte, dicen los franceses. Las visi ña acaso en el bosquecillo donde sorprensí tal privilegio, por ser, dice, soltero y tas de hombres y mujeres para oír, más diera al enemigo y que le valió la medalla fuerte. Todos aplauden el gesto del solda por curiosidad que por interés, de los pro de los servicios distinguidos. Sueña en do y le desean buena fortuna. Walter, bien pios labios del Héroe la relación de comba el triunfo final de la Libertad, la Justicia armado, encorvado primero, de cuclillas tes, hazañas y aventuras, son cada día me. y la Democracia? De pronto los músculos después y por último arrastrándose, sor nos frecuentes. La indiferencia, primero y faciales se contraen; las mandíbulas se prende al enemigo, pero el enemigo tam la frialdad después, es el clima en que se aprietan; los labios se pliegan en signifibién lo sorprende a él. Una bala certera mueve Walter Smith a las pocas semanas cativo rictus y la mano derecha, crispada destroza la pierna del valiente muchacho. de llegado a su querido pueblo. Jamás quie. como una garra, se dirige en actitud ameImponiéndose el espíritu a la materia, Wal nes están lejos del frente de batalla en las nazante sobre el vistoso juego de medallas ter logra llegar hasta el lugar donde sus guerras modernas, podrán comprender y de guerra.
compañeros lo esperan; jadeante, pálido y apreciar en toda su intensidad sus horroSolón NUÑEZ.
con voz entrecortada les informa del peli res, ni el heroísmo de los soldados. Tam San José, Costa Rica.
gro que sobre ellos se cierne, y cae ago.
poco la huella indeleble que la guerra deja Agosto de 1953.
biado por la hemorragia, la fatiga y el dolor. Walter es conducido al hospital de re.
taguardia con especiales recomendaciones La independencia de Puerto Rico en el año centenario de Martí por haber salvado su batallón de una muer te segura. Los médicos diagnostican, y la (En Rep. Amer. radiografía confirma, una fractura conmi.
nuta de los huesos de la rodilla. El general En José Martí, concomitantemente con la guerra libertadora de Cuba, y escribe su visita al enfermo y lee una elogiosa cita. su apostólica consagración a la indepen memorable carta del 25 de marzo de 1895 ción a la heroicidad del joven miliciano, dencia de Cuba, se manifiestan sus inquie. a su fraternal amigo dominicano, apellida.
al mismo tiempo que prende en su pecho tudes, sus anhelos antillanistas. La mejor da por su destinatario: Testamento Políti.
la medalla de los servicios distinguidos. El prueba de ello la tenemos, más que en la co de un Héroe. no reitera su fervoroso general lo abraza y la concurrencia aplau articulación de las Bases del Partido Re. antillanismo proclamando que: Las Anti de. Ya nadie llama a Walter por su nom volucionario Cubano que al propósito pri llas libres salvarán la independencia cie bre propio; todos lo apellidan El Héroe. mario de libertar a su patria de nacimien nuestra América, y el honor ya dudoso y El semblante del Héroe irradia alegría. to, agrega el compromiso de ayudar a la lastimado de la América inglesa, y acaso ¿Qué importan los peligros y los sacrifi emancipación de Puerto Rico en la ma. acelerarán y fijarán el equilibrio del mun.
cios. Qué importan la sangre derramada ravillosa armonía de su literatura política, y los dolores y esta inmovilidad a que los en donde es, como un leitmotiv, este pen. Al terminar la gloriosa y cruenta gue médicos me condenan? Yo soy El Héroe. samiento, que nunca pierde vital resonan rra emancipadora de los cubanos en 1898, Yo he contribuído a que la Democracia, la cia ni en sus palabras ni en su pluma: Las con la innecesaria intervención de los Es.
Libertad y la Justicia triunfen en el mun Antillas han de salvarse juntas o juntas tados Unidos de Norteamérica, y el postedo. Qué emoción en mi pueblo cuando a han de perecer. en las horas de sus rior amañado Tratado de París, los idea.
su regazo vuelva! Pero la herida infectagrandes decisiones cuando se disponía a les martianos sufren rudo golpe, porque el da no sana de primera intención; el trata partir al amparo de Santo Domingo para ya poderoso vecino, en vez de rendirles do. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica