REPERTORIO AMERICANO 207 Son los manes de América que crujen entre orgasmos y voces vegetales y en la prosa salvaje de los vientos se saturan de pólvora y metralla.
Es el grito rebelde de una naturaleza que no se siente vencida pero si flagelada.
El filibustero la golpea y machaca la fe criolla en su tierra, su Destino y su palabra.
El filibustero lleva en su sangre el dominio y en el brazo el fuste del canalla.
Vino a Nicaragua en son de amiga gente con William Walker a la cabeza.
Aún no había incendiado Granada pero ya había violado igual la Ley y las doncellas y persiguió el honor de las familias hasta en el corazón de las montañas.
Hundió en el lodo de la abyección el patriótico sentido de la nacionalidad. he aquí que. es leyenda o historia? por los rumbos del horizonte se siente llegar una avalancha.
No era la tierra en sus locos espasmos.
No eran sus turgencias epilépticas.
No eran huracanes rompiendo sus ataduras.
No eran los volcanes que vociferaban.
No eran otras patrullas que entrasen al horno de la beligerancia.
No eran voces de cañones en coro quebrando el aire con el estruendo de sus gargantas.
Qué era, entonces, aquel alud endemoniado que resoplaba por el llano ilímite con boca de ciclón y muslos de tormentas asustadas?
Pero no estaba sola Nicaragua.
Para eso tenía cuatro hermanas y todas, a una sola voz, concurrieron a la cita del sacrificio, de la controversia armada, del patriotismo en holocausto.
Eran ellos. Eran ellos. Eran ellos.
Eran ellos los caballos.
Los caballos de la remonta sudorosos y elásticos.
Sudorosos y elásticos en tropel despavorido.
En tropel despavorido penetrando en la batalla.
Las narices en anhelo de tragarse la llanura y las crines iracundas por el viento alborotadas.
Los bucaneros los vieron llegar blancos de pánico y el sol de septiembre ya maduro les vió correr, aún más que los caballos. En San Jacinto qué claras madrugadas; los venados del sol corrían locos entre cercas de piedra y jicarales.
Septiembre 14.
Cursa el año de 1856.
El filibustero ronda en las planadas.
Prepara su golpe. Acecha con su zarpa.
Precisa una victoria decisiva y rápida.
Entre peñascos las cabezas rubias.
Las mechas prontas en los arcabuces.
El ojo avizor; el brazo tenso y el grito de avanzar en lengua extraña.
De pronto el primer estallido rompe el aire entre un coro de balas.
Se ha desencadenado la tormenta sobre el pecho gris de los viejos corrales. así se inicia la pelea.
La fe legitimista se encabrita y responde al asalto con sus veteranos fusiles de mecha, con sus gritos de arrojo y de combate, con uno de sus primordiales elementos la astucia. con piedras, con machetes y con palos.
Potros erguidos, alma de los manes.
Veguas electrizadas, de ancas finas y lustrosas para la fiebre de los potros.
El Himno Nacional de Nicaragua lo cantaron en las piedras, con los cascos, en salvaje orquestación con sus relinchos.
La mañana dió un baño de fina luz al episodio y a la derrota filibustera siguió el canto de los pájaros.
Los pájaros libérrimos. los potros volvieron a sus viejos rodeos: los potros de la Justicia. los vientos izaron sus velámenes cansados: Jos vientos del Derecho que son uno para todo Centro América.
Los caballos de la Victoria bebiéronse la luz sobre los llanos.
Agenor Argüello Nicaragua Managua 1956.
Chile es Homenaje a Chile en Gabriela Mistral (En Rep. Amer. Es un gran honor para Chile haber Mas también ocurre a veces que esos en alma alguna se han condensado, cosido la cuna de esa gran Mujer de Amé estremecimientos son germinaciones pro mo en virtuoso metal de maravilla, las rica, Gabriela Mistral.
fundas, son como gestaciones de prima incontrastables e ineludibles leyes del un pueblo elegido, una luz veras y auroras; el corazón vibra atra ideal, es en ti, Gabriela.
eterna brillará sobre sus Andes.
vesado por un nuevo rayo y el alma se Tus sonetos a la Muerte, tus rondas veces las leyes del Mundo interno, lla con aletazo audaz las cúspides de lo a los niños que tanto amaste, toda tu inteligencia, sensibilidad, voluntad, amor desconocido.
poesía, será el centro planetario del unisufren sacudidas que se concentran en Gabriela Mistral, simple Maestra de verso espiritual. Todas las potencias en cataclismos, en verdaderas pérdidas pa escuela. En el mundo de las letras, tu ella tienden a lo alto, mordidas de hamra la especie y para sus magnos desti pensamiento es una luz que se contagia. bre Zenital, ebrias de vuelo y refrescaEs entonces cuando la justicia, la que sabe superarse a cada instante y das de azul.
libertad, el heroismo, vacilan en sus pe simpatizar con todo, es principio, es ley, Maestros de Costa Rica, generación destales de conciencia, y una sombra es norma fatalistica en el equilibrio de de los talentos nuevos, noble grupo de de melancolia cubre el alma de la Hu: las almas y si en alguna mujer se han escritores y poetas, legión de los jóvemanidad.
concentrado en su máximo potencial, si nes, oh, porvenir viviente de mi pais: nos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica