162 REPERTORIO AMERICANO Por qué sufrimos y para qué Colaboración de Edgardo Ubaldo GENTA ¿Por qué existe el dolor. Es fruto del que nos hace padecer. El fin del tiempo mal o es un bien? En el mejor de los cacos, si el dolor es bueno ¿cómo poder. nable que la omnipotencia de la causa Entonces, nada se diría más cuestio señalaria, por tanto, el último minuto del dolor y el primero de una felicidad conciliar, precisamente cuando más suilimitable.
de esta vida que sufre. Aunque no su De donde se comprende la frimos, la conciencia de su bondad con su desesperación de soportarlo? si somisericordia, por rigor de contrasentido, sublime intuición y la esperanza de Schiller, en su Oda a la Alegría. puesto que crear es amar. Por lo que a mos criaturas de una providencia omnila idea de Byron sosteniendo que quien ¡Sufrid con valor, oh seres, potente, sabia, piadosa, paternal ¿por más sufre es el Creador, ha de reflejarse sufrid por un mundo nuevo!
qué nos ha dado, aun con beneficio, la solución del tormento?
el padecer de toda creatura; de tal suere que a los dolores de su lid titánica ha El dolor entraña la evidencia de una ¡Preguntas! Interrogantes son de mi de sumarse todo el gigantesco dolor unillones de almas que, mudas de pena o a contrariedad al propósito original, plasversal.
gritos desgarradores, alzan los ojos inmado en arquitectura y movimiento. En cuanto ternos en busca de una luz que los libre a la omnipotencia, puede cada ente, de acuerdo a su lugar en la de una tiniebla poblada de horror. ser admitida no en el presente, sino en escala de la vida, se le atribuyó un graque nos formulamos los todavía dichosos, el ápice de la Historia, en trance de efec do de posibilidades para reconocer y retividad; lo que significa que el mal real recordar que la euforia del momento sistir el peligro que acecha o ataca su es sólo la antesala de un dolor que nos trocede, de derrota en derrota y a pe integridad, desde la simple irritación de sar de sus éxitos efímeros; y con él la los tejidos a la tristeza y la dolencia en espera.
causa negadora, deformante, destructiva los organismos superiores.
Es sorprendente la sabiduría que rige Mejor que decir con el Talmud: Dios la defensa de los seres creados. En el hace sufrir a los que ama. pensamos reino mineral prima la gidez contra la con Bacon que es preferible no tener deformación. Pero como el propósito suninguna idea de Dios a tener una opi.
premo es ir conquistando la máxima linión indigna de él. todavia, creemos bertad con el mínimo de materia, se ve con Byron, que el dolor forma la mitad obligado a valerse de mil sutilezas en de Dios.
la medida que disminuye el rigor y auNo hay duda que el autor está antes menta la agilidad de la estructura. Al que la obra y que no hay obra sin creareino vegetal lo ampara con tensores, esdor. De modo que el Universo, prodigio pinas, apoyos, corteza. al animal lo de alguien. ofrece al que lo observa vuelve tanto más sensible cuanto lo elede lo infinitamente grande al microcosva en exquisitez, gracia y sentido. Por mos, maravillas de exactitud, sabiduria.
último en el hombre se establece una reconcierto y previsión. Pero toda esa plelación prodigiosa entre la causa de la vinitud en la naturaleza, desde la que juzda la sensibilidad del efecto, que es el gamos inerte a la más activa, se desarrocuerpo humano. Y, todavía, entre la menlla, de lo intimo a su totalidad, como un te de cada hombre y el cuerpo universal, inmenso drama entre dos fuerzas antala naturaleza toda, a través de artificios, gónicas, una que procura crear, armonialora creaciones del genio, que multizar, perfeccionar; otra que tiende a deplican y orientan la sensibilidad al punto formar, entorpecer y destruir todo lo de poder medir desde la palpitación del creado. Todo, del infusorio al hombre átomo al pulso de las constelaciones.
y de la tierra al Cosmos, es campo de Pues bien; todo el arsenal de caparazo esa lucha, cuyo equilibrio es la existennes, garras, dientes y músculos; la agucia. El astrónomo, el físico, el biólogo deza de los sentidos y la infalibilidad del son espectadores permanentes de fabuloinstinto, suficientes en los animales, de sas tragedias, no más escalofriantes en seguro obstarían la comprensión y vivael astro que se inflama y aniquila que en cidad de nuestra especie, casi divina. Nos los seres orgánicos que se devoran en es necesario, hacia el exterior, un cencadena, como una fatalidad sin aparente tinela muy sutil de los peligros que amejustificación a los ojos del moralista. nazan la maravilla de nuestro ser; y hasólo aquella pugna de los dos principios cia adentro, un juez perfectamente justo esenciales logra explicar el espectáculo de los errores que padecemos. si cuanque nos pasma y sobrecoge. Porque totos tienen sensibilidad, incluso las plandos, aun los que en el instante fugitivo tas, conocen el sufrir fisiológico, timbre parecemos disfrutar de salud y ataraxia.
de alarma entre los medios de defensa somos apenas árboles temblorosos con el baluarte que procura salvar de destrucel hacha en el pie.
ción y muerte solo al hombre es daу Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica