Democracy

REPERTORIO AMERICANO 31 La pequeña Costa Rica (En El Tiempo de Bogotá, 18 de enero de 1955. Envío de Mario SANTA CRUZ Esta es la hora de la prueba. Es la hora, porque la agresión armada a un país pacífico prosigue violentamente. lo es, porque aún no se han adoptado las resoluciones necesarias para que el agresor reciba la sanción merecida y para que una violación semejante del derecho internacional y de los derechos del hombre no pueda repetirse jamás.
Es la hora de la prueba, en un doble sentido. De la prueba del dolor para la animosa Costa Rica; de la prueba del deber para la Organización de Estados Americanos. aún para el mundo. Porque ninguna conciencia humana, ante un caso como este, puede permanecer indiferente.
El caso, en realidad, es decisivo. Muy pocas veces la lucha entre la fuerza y el derecho se habrá presentado con tan diáfana claridad. En otros conflictos, aunque se vea que la balanza de la justicia se inclina a una de las dos partes, puede sin embargo, la otra aducir algunos datos y argumentos en su favor, y recordar que, en este disputado mundo, si bien unos tienen razón y otros no, nadie tiene razón ciento por ciento. Pero, en el caso presente, en este nuevo capítulo de la historia del perpetuo combate entre la fuerza y el derecho, Costa Rica lo tenía todo del lado del derecho y un cero por ciento del lado de la fuerza.
Para que el caso resulte más expresivo, la característica de Costa Rica consiste en ser un país pequeño. La pequeña Costa Rica. Pequeña y sin armas. Tan pequeña que, en el artículo que El Tiempo tradujo y publicó el pasado jueves, su autor afirma con humorismo cariñoso que los costarricenses deben de ser originarios de Liliput.
Sin embargo, esos liliputienses son gigantes en cierto modo, puesto que Costa Rica sigue diciendo Luis Marden. pequeña por su extensión territorial y por su población, es grande por sus ideales, poi la efectividad de su democracia (los hombres que no votan son multados) y por la fi.
delidad con que se aferran a un concepto de la existencia que podría resumirse en estas palabras: vivir y dejar vivir.
Ahí es nada. Esos rasgos típicos de Costa Rica son algo asombroso en estos tiempos en que los ideales se esfuman, la efectividad de la democracia se pierde, y lo de vivir y dejar vivir se ha vuelto tan difícil que la mínima convivencia, la simple coexistencia, constituye el insoluble problema mundial.
Hoy los pueblos se empequeñecen es.
piritualmente, y tienden, en cambio, los Estados a agrandarse y a alcanzar dimensiones colosales. En la actual contienda del mundo, ocupan el primer plano los Estados Unidos, con sus 160 o 170 millones de habitantes; Rusia, con sus 200 millones; China, con sus 400 o 500 millones. Cómo no mirar con ternura a la pequeña Costa Rica que no llega al millón de almas? Ceando los poderosos Leviathanes cuentan su población en números de nueve cifras, nos encanta esa humilde república que con seis cifras se contenta, y que para vivi: no pide sino que la dejen vivir.
Nuestro siglo confunde tamaño con grandeza, cantidad con calidad. Lo quiere nos del admirable educador costarricense!
todo cuantitativemente gigantescc: los Es Leyendo esa revista de pobre papel y estados, las masas humanas, las fábricas, las casas pretensiones, podía uno conocer, día máquinas, la propaganda, la guerra.
tras día, lo mejor que aparecía en el munOlvida nuusoo tiempo que lo espirirual. do de lengua castellana y tener un selecto mente grande ha sido, casi siempre, ina panorama del pensamiento de Hispanoamé.
terialmente ueño. cada paso, habl.
rica.
mos de salvar la civilización occidental.
Distanciados uno de otro nuestros veinPues bien: esta civilización se basa en te países, el semanario de García Monge, dos columnas, el helenismo y el cristianis pequeño y grande como su patria; pequeño, mo, símbolo ambas del desdén hacia el ta por sus recursos económicos, grande por roaño y del amor a la verdadera granrinza su obra de cultura, era un faro al que tojel espíritu dos espiritualmente se reunían. ese faro, a república de Atenas era muy pequieencendido por su torrero infatigable. rraña. Todo lo que la ha hecho inmortal sa diaba su luz desde el corazón de una midesarrolló en un territorio tan dininuto núscula república de vida rural, olvidaba que hoy un viajero, sentado al pie de Paren el mosaico de naciones centroamericatenón, lo puede abarcar con la mirada. Y, nas.
en cuanto al cristianismo, su gloria es su Me acuerdo también de que en el Remisma pequeñez material. tú, Betlehem pertorio había una sección titulada. Qué Ephrata, pequeña eres entre los millares hora es? Su objeto era llamar la atención de Judá.
hacia los problemas del día, a estimular al Hoy, la pequeña Costa Rica está, ade lector a no quedarse atrás y, para decirlo más, inerme. Mérito excepcional en esta con un galicismo, a estar a la página. a época de la carrera de los armamentos. estar al corriente de la marcha del mundo.
Cuando tanto se discute acerca del desar. Que hora es. Sí. Esta es la hora de me, Costa Rica ya se desarmó. No tiene la prueba. No sólo para la pequeña Costa una fuerza aérea, no tiene un ejército Es Rica sino para la América Grande y aún un país enteramente civil.
para la conciencia universal. Es la hora de Ahora, atacado por tierra, aire y mar, demostrar que una nación pequeña e inerha pedido con angustiosa urgencia arras me puede mantener su independencia y su para defenderse. Soldados, puede improvi libertad al amparo del derecho. Es la hora sarlos. Para cada fusil, tenemos cien vo.
de comprender y de sentir que, si el dereluntarios. los corresponsales extran cho esencial de un pueblo es conculcado, jeros atestiguan que esos voluntarios con por débil que ese país parezca, peligea la baten con valeroso entusiasmo. Prueba de existencia de todos los demás países, por que el pacifismo es compatibie con el pafuertes que se crean, y queda destruído el triotismo y hasta con el heroísmo militar.
orden internacional. La pequeña Costa Rica. Recuerdo Hay un apólogo hebreo de profundo que, hace ya muchos años, llegaba regular sentido y ahora de candente actualidad.
mente hasta mi casa de Madrid su disers.
Sobre una barca, en el mar, uno de los to mensaje, enviado desde la ciudad de hombres se pone a hacer un agujero. los San José, que, por entonces, no teniría indignados reproches de los otros, responsino 40 o 50 mil habitantes, como cualde. De qué protestáis? Yo hago el aguje.
quier modesta capital de provincia. El ro solamente en el sitio en que estoy Genmensaje, expresión fiel de la nación de tado.
donde venía, era el Repertorio American El mundo es hoy una unidad. El suelo de García Monge.
costarricense es exiguo; pequeño parece el Con humildad que lo enaltecía, el Reagujero. Pero el mar está agitado y repertorio apenas publicaba artículos origi vuelto, y, si se abre una vía de agua, pelinales. Estaba hecho a punta de tijera. Fero gra la nave con todos sus tripulantes.
icon qué acierto, con qué cariño, con qué sentido de valoración la empleaban las ma Luis de ZULUETA.
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