DemocracyJoaquín García Monge

106 REPERTORIO AMERICANO Solidaridad del espíritu del espíritu en América (En La Nación de Buenos Aires, Mayo 11 de 1953. Envío del Prof. Juan MANTOVANI, en Buenos Aires)
Dr. García Carrillo CARDIOLOGIA (Radioscopía y Electrocardiografia. METABOLISMO, VENAS VARICOSAS.
Sus teléfonos: 1254 y 3754 Lic. Aníbal Arias subsidios ni ayuda de ninguna especie ya que ni gobierno, ni partido político, ni organización comercial los sostienen estos cuadernos de cultura hispanoamericana buscan tan sólo unir en el conocimiento y en la defensa, que es preservación, de las ideas de una magna patria. la que forjaron esos mismos americanos cuyo nombre allí se repite a diario: San Martín, Bolívar, Hidalgo, Juárez, Sarmiento, Alberdi, Hostos, Martí, González Prada, Rodó y muchos más que son su posteridad no des.
mentida. No falta tampoco la mención de grandes norteamericanos, como Jefferson, Lincoln, Emerson, Walt Whitman y otros, que representan el más alto pensamiento o la más alta virtud de aquel sector de Amé.
rica.
Otra revista continental, Cuadernos Ame.
ricanos, de México, ha tomado la iniciativa de honrar a su hermano mayor. ese colega ejemplar de Costa Rica, con un symposium o reunión de opiniones ya ilustres en las letras y en el pensamiento, entre las que no falta la de la Argentina, encarnada en la voz autorizada de un filósofo. Acertado homenaje, que no podrá ser Abogado y Notario Apartado 2352 San José. Costa Rica más grato al espíritu del escritor costarri cense, emisario de la cultura ecuménica en el seno de nuestros pueblos; pero, sobre todo, justo premio de solidaridad y simpatía para un hombre, para un maestro cuyo amor a todo lo americano es admirable en su obra y en su conducta.
El cuidador de ideas Por Jorge MAÑACH (En el Diario de la Marina. Habana, 24 de marzo de 1953)
Por encima de las fronteras y de las divergencias políticas hay una realidad ame ricana que es hija de su suelo, pero mucho más del espíritu de los hombres que lo habitan. La gran historia de América aunque parezca a veces escindirse en guerras y desconfianzas se eslabona en he.
chos que arrancan de una común voluntad y conciencia. Hay una simpatía mutua que une a todos los pueblos del continente; y esta simpatía surge, más que de los tratados entre las naciones útiles, pero acaso episódicos del conocimiento entre los hombres y los pueblos, de la obra tesonera y silenciosa, aunque parezca paradójico de cirlo, de sus intelectuales, educadores, escritores y artistas. Nace de una gran soli.
daridad del espíritu.
Desde hace treinta y tres años ocurre en Centroamérica, en un país cuya pequeñez geográfica y nombre de promesa excitan la imaginación, Costa Rica, un suceso que no conmueve al cable ni agita a las cancillerías y que, por cotidiano en la tarea de su promotor y semanal o quincenal en sus efectos visibles, no parece milagroso, pero ha unido voluntades y dado a conocer ideas y hombres de América tanto como la prensa toda del continente. Este es el Repertorio Americano, cuadernos de cultura hispánica que edita Joaquín García Monge. El escritor costarricense escogió para su periódico el nombre que Andrés Bello diera al suyo en Londres, allá por 1826. No ha sido casual el tributo: su hoja volante reune y desparrama un siglo después cuanto de valioso encuentra en el pensamiento y en las letras hispanoamericanos. Poetas célebres hubo cuya primera noticia se dió en las páginas del Repertorio; escritores de otras lenguas y razas fueron difundidos desde allí en traducciones de su director o bien a través de las de otros que consideraba útiles, acaso inmejorables para que fueran conocidas en el mundo latinoamericano. En esas hojas de la cultura en América todos tenían cita y hasta se veían invitados y agasajados los que, por desatentos u olvidadizos, ignoraban la pre.
sencia física de ese Repertorio, que pronto rebasó los límites del país en que se levantaba, porque toda obra del espíritu resulta más grande que el asiento que la sostiene.
El Repertorio Americano y su director, Joaquín García Monge, no ocupan más que un sencillo cuarto de trabajo que da a la calle en San José de Costa Rica; en él se ven una mesa cargada de papeles, un sillón desvencijado, fotografías, rostros que tienen un nombre conocido, autógrafos, libros, diarios, revistas y, sobre todo, tijeras para recortar lo que es digno de reproducirse, con la honrada costumbre de mencionar la procedencia, y para rechazar todo lo que no sea emanación de un noble espíritu americano de paz, libertad, justicia, democracia. Para mantener esa línea sin desmayos, una lucha por las grandes causas. trincheras de ideas. como la que predicó José Martí, el Repertorio Ame.
ricano tuvo que soportar penurias económi.
cas, como que no salió ni saldrá nunca más que de los magros bolsillos de su director y de las pocas subscripciones que siempre se consiguen entre la gente de letras. Sin El doctor Antonio Barreras un magis el título para esos Cuadernos de cultura trado, ya lo sabéis, que reparte su devo hispánica. de la revista que en 1826 pución entre la justicia y las letras me es blicó don Andrés Bello en Londres, bajo el cribe una carta que le dictan a la vez ain designio de defender, con el interés de bos amores. He aquí un párrafo de ella: causa propia, la de la independencia y li Con motivo de haber cumplido Reper bertad de los nuevos Estados erigidos en torio Americano treinta y tres años de pu aquel mundo sobre las ruinas de la denoblicación, la gran revista Cuadernos Ame minación española. El nuevo Repertorio ricanos, como usted sabe, le acaba de ren de García Monge nacía así inscribiéndose dir cumplido homenaje a don Joaquín, por en una gran tradición, y desde el primer su misión cultural impar en nuestra Amé número hizo buenos sus propósitos.
rica. Aunque la voz de Cuba se dejó escu. Por qué lo recibió con tanta simpatía char en esa oportunidad, a través de la plu la juventud de entonces, y hasta algunos ma de Manuel Pedro González, estimo que, viejos que todavía no habían dejado de ampliando el condigno tributo concebido y ser jóvenes. Yo creo que fué porque el llevado a cabo por don Jesús Silva Herzog, Repertorio reflejaba un nuevo momento, debemos los escritores de Cuba, y precisa un momento de rediviva vocación de soli mente con la representación que nos da daridad, en la conciencia americana. Nues.
el Club, dejar plena constancia de tros pueblos habían nacido a la libertad nuestra gratitud y de nuestro fervor para bajo signo continental, bolivariano. En los García Monge. Barreras me pide que años próceres de la primera Independenyo contribuya a hacerle ambiente propicio cia, no se decía peruano ni argentino más a la idea.
que para fines de localización regional. Cómo no. El Repertorio Americano en lo histórico e ideológico se decía ame y su director y animador don Joaquín Gar ricano. Todavía no nos habíamos dejado cía Monge son, para muchos de nosotros secuestrar el adjetivo por los americanos los escritores cubanos que ya vamos acau de habla inglesa Pero esa etapa romántidalando más recuerdos que esperanzas, ob. ca, en que Bolívar había soñado el Conjetos de devoción vieja, patinada por los greso de Panamá y la liberación de Cuba, años. El Repertorio es un poco de nuestra pasó. Vino la etapa caudillística: la del repropia vida, de nuestra esperanza e ilusión gionalismo feroz, la del nacionalismo esgastadas. Suena algo melancólico esto, y trecho, la de las disputas de fronteras, la espero que se vea enseguida por qué. de ensimismamiento parroquial. Los cauDon Joaquín García Monge era, hace dillos hicieron lo suyo de puertas adentro; treinta y tantos años, un buen maestro os pero atomizaron a América. El primero curo allá en Costa Rica. Nadie le conocía que quiso rebasar esa dispersión fué Marfuera de su breve república ejemplar. la tí, y es una de las más claras marcas de República en que había más maestros que su anchura y altura de visión. Pero en la soldados. Un buen día, comenzó a publi vía de ese intento otro obstáculo había car Repertorio Americano. Había tomado surgido: la gravitación de los Estados Uni. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica