REPERTORIO AMERICANO 291 SELECTA La Cerveza del Hogar COLECTIA EXQUISITA SUPERIOR sobre los grandes de la guerra; y Centinela del pasado. en que se incluyen otros de aniversario y rememoración. En el tercer tomo. Holganzas de vivac. Vigilia del patriota. y Ultima carga éste es un discurso sobre Ignacio Agramonte, escrito para ser leído en Camagüey, lo que impidió la muerte de Roa más un Toque de silencio. artículo necrológico de Manuel Sanguily sobre el amigo muerto, y muy importantes apéndices. documentos políticos, cartas públicas o íntimas de Roa o para Roa, que muestran su vida de soldado y completan su biografía, muchos muy importantes para la historia de Cuba. Ilustran los volúmenes varios retratos de Roa y de los personajes más importantes de su vida: Jua: Manuel Macías, Ignacio Agramonte, Julio y Manuel Sanguily, Domingo Faustino Sarmiento, Benjamín Vicuña Mackena, José Antonio Páez dos facsímiles, etc. La obra ya se ve ha sido preparada por el nieto con esmero, orden, tino y amor ejemplares.
laciones del trópico, la pobreza de sus breñaEs importante en sí porque presenta, por les, ni tienen noticia del denuedo con que se primera vez, los escritos y documentos de un peleó en Cuba por la independencia, podrán patricio cubano y sobre él héroe de la apreciarlos con estos documentos de la fe y la Guerra de Diez Años, que fué entre otras reciedumbre cubanas. Hay figuras de epopeya, cosas ayudante secretario de Ignacio Agra entre las que indudablemente destaca la del Mamonte, secretario de Máximo Gómez y de Juyor, la de Ignacio Agramonte, valiente, firme, lio Sanguily, teniente coronel del ejército li.
fino, generoso, sentimental, culto, que nada bertador de Cuba, Secretario de Relaciones del tiene que envidiar a ningún otro héroe histó.
gobierno presidido en la manigua por Tomás rico o legendario. Siguen la de Máximo GóEstrada Palma, en suma hombre clave para el mez, gran jefe de campaña y de vivac, áspero entendimiento de una época capital de la his y fraternal a un tiempo mismo, y la de Julio toria de la Isla. Es también importante porque Sanguily, el que por sus heridas no podía tereúne la literatura de autor que mereció el elonerse en pie, pero batallaba sobre su ardorosa gio de sus más ilustres contemporáneos Va cabalgadura. No podía faltar en Cuba, tan rona, Manuel Sanguily, Manuel de la Cruz, unida a nuestro México un mexicano, y allí Marti cuyos versos patrióticos fueron con está Gabriel González, de primer relieve entre siderados, por el último, como los más orilos batalladores, quien muchos años después ginales. Lo es porque presenta la vida de un escribe una carta a su más íntimo amigo, Ra.
joven inquieto, ligado a hombres como Sarmón Roa, de tono cordial, ponderado, buído, miento, Vicuña Mackena y Páez en función socarrón, zumbón excelencias mexicanas de cubanidad e hispanoamericanidad que re(tomo III, 280. El mismo Roa pelea allí, cuerdan la de Hostos, Martí y otros antillanos sobre su caballo Perrotudo. que nunca olilustres. a todo esto se añade, y aun se antevidará Máximo Gómez con el buen gusto pone en un plano moral, el hecho de que es de no quitar, por vanidad de autor, la escena una reivindicación plena de una figura históa los demás. Entre buenos cubanos, no falta, rica en gran medida olvidada y mal conocida.
ni puede faltar la broma y el chiste, y una co También da relieve a esta publicación el de mo complacencia en dejarse ir viviendo sin coque sea presentada por Raúl Roa, joven ya ilustre de nuestra generación, caracterizado, lera ni amargura, aunque no sin fuego ni sin como su abuelo, por el temple y el talento.
impetu. No es este el sitio ni el momento paLa veneración del nieto por el abuelo es indice ra hacer el elogio del trópico, que ya inició de lo que aquél valía; y para el conocimiento Gabriela Mistral hace años; pero sí para recordel nieto, actuante en la vida cubana contemdar, a quienes lo han olvidado, cuánto valie.
poránea, mucha importancia tienen estas raí ron aquellos que fundaron una nación libre ces, hoy visibles, del abuelo. De modo que el bregando en sus campos deslumbrados y ar libro alcanza un siglo de vida política cubana.
dientes. Lo entendemos plenamente quienes hemos tenido ocasión de ver a su pueblo en paciNo es deleznable la prosa de Ramón Roa. fica labor, el modal suavizado y desmayado En pie y descalzo cuenta en excelentes pá.
por el termómetro, la imaginación siempre en ginas su odisea de insurrecto perseguido de cendida por la luz, haciendo libros, dictando cerca por las tropas españolas, hambriento y se.
cátedras, sembrando la tierra, levantando un diento, perdido en los vericuetos del campo, errante bajo un sol de fuego. Esa sensación de gran país pequeño; y quienes hemos tenido la de admirar a sus hijos en labor guerrera, voangustia se transforma en Montado y calzado luntaria y emocionada, desafiando la metralla en otra opuesta, de euforia: vemos a los cubanos de la Guerra Grande a caballo, tendido el del combate moderno por cielo y tierra de España, pereciendo con tanto arrojo como send galope, el machete en alto, o segando cabezas llez. oh sombras envidiadas de Pablo de la en encuentros homéricos, y nos transporta la Torriente Brau, de Alberto Sánchez, de Raiemoción guerrera. Buen perfil tienen los camgorowsky, de Benito Diéguez, caídos cuanpesinos del primer libro, muy vigoroso los combatientes del segundo. Un mundo atordo es dicha caer, llenos de fe en la vida y de mentado y un mundo glorioso están presentes amor por el hombre.
en los dos. Resaltan la abnegación y la valen En esos relatos que son, sin duda, lo tía de aquella lucha patriótica, larga y áspera, mejor de la literatura de Ramón Roa y en sostenida contra un clima matador, a pesar de todos los demás artículos, ha de subrayarse la un pobre avituallamiento y de un enemigo su devoción civica de quien nunca dejó de servir perior en armas. Los que no conocen las inso a Cuba, recordándole sus glorias, renovándole sus virtudes, presentándole sus ejemplos. En muchos de ellos, incluso en los más breves e incidentales, el apunte nostálgico embellece la prosa.
Como poeta de la guerra también merece Roa esta edición: sus décimas y sus romances que el nieto ha recogido de viejos papeles familiares, de archivos amigos, de publicaciones de la época son fáciles, a menudo graciosos, siempre como Martí apuntó en su prólogo de Los poetas de la guerra, Nueva York, Patria, 1893 originales. Roa tiene uno de los primeros lugares entre los más conocidos juglares de la contienda insurgente Luis Victoriano Vetancourt, Miguel Jeró.
nimo Gutiérrez, Antonio Hurtado del Valle, José Joaquín Palma, Antenor Lescano, Francisco La Rúa, etc. a quienes el celo patriótico de José Martí reunió dos años antes de su caída.
El aprecio de sus contemporáneos por el escritor y por el hombre puede tenerse idea en varios de los juicios que el nieto recoge en el Apéndice. Enrique José Varona dijo en la Revista Cubana, en 1890, recién pu.
blicado pie y descalzo: La historia de la revolución de Cuba es para muchos cubanos algo semejante a los resplandores de lejano incendio. Las virtudes que reveló de súbito el pueblo oprimido de la colonia habían quedado en la sombra. Las páginas sencillas y patéticas en que uno de los náufragos de esa época tormentosa refiere los episodios de una larga peregrinación a través del teatro de la guerra, entre peligros inauditos y privaciones mayores que esos peligros, vienen muy a tiempo para continuar la obra de la revelación que han emprendido algunos espíritus sinceros. Son como un poderoso foco de luz proyectado donde la sombra es más espesa; porque pone en realce lo más importante y significativo del período revolucionario, su aspecto moral, hasta hoy torpemente adulterado o completamente desconocido. Por esta razón el opúsculo del señor Roa tiene para nosotros valor inapreciable; y quedará como documento de subido precio para buscar en los hechos históricos no el elemento dramático que excita la curiosidad, sino el elemento humano en que radica el ejemplo y la enseñanza. En épocas como la nuestra, en que parece torturar a los espíritus hastiados el apetito de lo monstruoso y salvaje, nada hay tan for Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica