Democracy

102 REPERTORIO AMERICANO Pere Foix JEREZ JUAREZ PBAIXENCA que los Estados Unidos, Italia y Noruega forman parte de la misma región territorial.
Una es la verdad, y otra, bien distinta, la política internacional. dónde iría a parar el mundo si los Estados Unidos, para implantar el reinado mundial de la democracia y las instituciones libres, tuvieran que respetar los estrechos e incómodos límites de la geografía y la verdad? El fin justifica los medios: la mixtificación, al servicio de la democracia occiden:al, deja de serlo. así es como se consigue arrastrar a los pueblos, suavemente, al violento desenlace final. Así es como se logró, hace menos de dos años, que todos los países latinoamericanos firmaran el Tratado de Rio de Janeiro, aparentemente destinado a salvaguardar la paz en el Continente Americano, cuando en realidad no era sino la preparación a largo plazo, de la alianza bélica de los Estados Unidos con todos los países sometidos a su dominación.
Ha sido tan eficaz la preparación adormecedora de la conciencia pública en Latinoamérica, que al sobrevenir el anuncio de la concertación del Tratado del Atlántico Septentrional, destinado a comprometer a los Estados Unidos en cualquier guerra europea futura y per consiguiente, destinado a arrastrar a nuestros países a ella, como aliados forzosos de los norteamericanos en virtud del Tratado de Río de Janeiro; en vez de que la voz de alarma haya surgido de nosotros mismos, ha terido que venir de Washington para hallar cabida en nuestros grandes diarios. El viernes último, día 25, se publicó en la primera plana de uno de ellos el siguiente telegrama del periodista yanqui Drew Person el mismo que fué llamado recientemente hijo de perra por cl Presidente Truman, en un discurso sensacional. Washington, 24 de marzo. No obstante las promesas de Dean Acheson, de que el Pacto del Atlántico Septentrional no aumentará sus compromisos. los estudiantes diplomáticos iberoamericanos se inclinan a considerar con recelo el texto de este convenio. El Presidente de un país iberoamericano comentó, en privado, lo que sigue. Decir que no aumentarán nuestros compromisos, es una tontería manifiesta. El Pacto del Atlántico del Norte y el Tratado de Denfensa Mutua de Río de Janeiro, se fundan en un principio idéntico: que la agresión contia uno constituye la agresión contra todos. Es patente, por lo tanto, que donde se sobreponen los compromisos contraídos en uno y otro convenio, la responsabilidad posible de todas las repúblicas americanas aumentará considerablemente. Por ejemplo: supongamos que los rusos invaden a Luxemburgo. Si el Congreso norteamericano respeta el Pacto Noratlántico, debe declarar que la invasión de Luxemburgo constituye una agresión contra Estados Unidos.
Eso, a su vez, automáticamente traería a colación el Tratado de Río de Janeiro y pondría a las 20 naciones iberoamericanas al lado de los signatarios del Pacto Noratlántico, para emprender una acción conjunto contra el agresor. por amor de Dios, no nos hagamos inocentes y pretendamos que en realidad tal cosa no significa nada.
Efectivamente, esa es la situación. La alianza de Río de Janeiro nos obliga a luchar al lado de los Estados Unidos y como éstos, por el nuevo pacto que va a firmarse en Washington el lunes próximo, a su vez se comprometen a hacer suya la contienda de cualquiera de sus aliados europeos, resulta evidente que tan pronto como Norteamérica se sume a una guerra que estalle en Europa, nosotros, casi sin saber ni por qué, nos vamos a encontrar conwertidos en beligerantes. por carambola.
Cuando acababa de firmarse el Tratado de Río de Janeiro, tuve oportunidad de impugnarlo ampliamente y con toda claridad, mediante una serie de entrevistas y artículos apatecidos en estas mismas columnas de El Universal en los meses de setiembre y octubre de 1947. Bien conocido es el cargo de automatismo que lancé contra el Tratado, haciendo valer precisamente las consideraciones que ahora están a la vista de todos. En aquella época, el vocero que la Secretaría de Relaciones Exteriones destacó para que cumpliera la amarga tarea de refutarme. alegó que el automatismo no existía, pues el artículo 20 del Tratado de Río, aceptando la moción mexicana en tal sentido, concede a los países aliados el derecho de usar sus propios ejércitos dentro de un conflicto, sólo cuando lo estime así conveniente cada quien. ese respecto, contesté en mi artículo aparecido el 15 de octubre, lo siguiente. vale la pena acercarnos un poco al artículo 20 y ver, con la mayor serenidad, en qué consiste y cuánto vale el ponderado sisCompleta y documentada biografia del Betema que autoriza a nuestro país a abstenerse de emplear sus fuerzas armadas, cuando se ha nemérito de las Américas. En Costa Rica se iniciado ya un conflicto militar en América y vende en la Adm. de Rep. Amer. y en la Lise han sumado ya automáticamente a él tobrería Trejos Hnos. al precio de el ejemdos los países del continente sometidos coino estarán al artículo 39, según el cual toplat. Pida el exterior: dólar. Pídalo, acompado ataque armado, por parte de cualquier Es ñado de su importe, a Ediciones Iberoametado, contra un Estado americano, será consiricanas. Apartado Postal 1784. México derado como un ataque contra todos los Estados americanos y, en consecuencia, cada una fique el Tratado de Río de Janeiro, una de dichas partes contratantes se compromete a declaración bien sencilla: la de que por ataayudar a hacer frente al ataque. cuando se ha reunido ya la Asamblea de Consulta que que armado debe entenderse no cualquier uso de la fuerza militar de una potencia debe decretar las medidas de defensa común contra otra, sino solamente el ataque susobligatorias para todos, y lo que es más, cuando ha sido ya aprobado en esa Asamblea, por maceptible de considerarse una agresión, en virtud de no haber mediado provocación conyoría de dos terceras partes de los países asociados, la decisión de que se está en el caso de tra el atacante; y que, por consecuencia, frente a cada caso de ataque armado, Méxiusar los ejércitos de todos para combatir al co, antes de decidir si es de ponerse en jueenemigo. Lo importante es darse cuenta de go la alianza de Río de Janeiro, en ejercique la facultad establecida en el artículo 20, cio legitimo de su soberanía, y por medio solamente puede ponerse en uso cuando hay de los órganos constitucionalmente compeya un conflicto en pleno desarrollo, y de hetentes, resolverá si considera que en efecto cho y de derecho se han sumado a él los países de la América. No es, ni con mucho, una válse trata de un caso de agresión. Una declaración semejante alcanzaría vula de escape susceptible de impedir la partiperfiles redentores.
cipación de México en una contienda futura. Mientras no la tengamos, seguirá siena la que nuestro país se sienta ajeno. En el do válida la afirmación de que el Pacto de mejor de los casos, serviría para dejarnos coRío es una alianza automática, de siniestros locados en la condición de un beligerante que perfiles belicosos.
si bien declara la guerra en unión de todo La declaración no se hizo, a pesar de que un continente encabezado por los Estados Unidos, se abstiene de utilizar sus tropas para deel patriotismo más elemental la exigía. como severa lección para nuestros gotenderse. Grotesca ventaja: consiste en hacer Lernantes, que en 1947 aceptaron, sólo por todo aquello que significa la guerra, a excepcomplacer a los Estados Unidos, un sistema ción del aprovechamiento del ejército propio, de alianza automática muy peligroso para nostanto con fines defensivos como para contriotros, ahora encontramos, al darse a conocer buir a la derrota del enemigo.
el texto del Tratado del Atlántico que va a firEl de octubre de 1947, cuando todavía riarse el lunes próximo, que si cuando se paccl Senado de la República no ratificaba el Trata con los menores de edad latinoamericatado de Río, apareció en El Universal esta proros, manejables y sumisos, se exige el automaposición concreta que hice, encaminada a que tismo y se elimina la intervención del Congreel Gobierno de México, si efectivamente lo deso y del Presidente de la República para conseaba, borrara del Tratado el carácter automásiderar al país en conflicto con otro, en camtico: bio, cuando se pacta con los países viejos. Si mi tesis de que la alianza de Río de como Inglaterra, Francia, Italia, Bélgica u HoJaneiro es automática, no es una tesis justa, landa, se abandona la pretensión del automahabrá de ser porque la afirmación de que tismo y se acepta que cada país defina y gralos términos agresión y ataque arma dúe por sí propio ajustándose en todo a su do no son equivalentes entre sí, es también Constitución Política, su intervenc ón en un una afirmación errónea.
conflicto y las modalidades concretas de su par Si así es, que haga nuestra Secretaría ticipación en él.
de Relaciones, antes de que el Senado rati El cambio es de trascendencia y lo halla Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica