BourgeoisieStalinism

REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANA Tomo XLVI San José, Costa Rica 1950 Lunes 15 de Octubre NO 19 Año XXXI No. 1118 cosa.
Busto de la estatua de Balzac (Por Rodin. ha tiempo creada por los conspicuos stalinistas, manosean con excesiva frecuencia las obras balzacianas para ridiculizar a la burguesía de todos los tiempos. Más que nada, lo que quería nuestro hombre, era hacer resaltar las diferencias existentes entre los legítimos valores hijos de la selección con el tiempo y los arri.
bistas de todos los extremos que de la noche a la mañana, sin base moral ninguna, se habían encumbrado fácilmente y hasta obtenido tierras y títulos, a pesar de haber hecho funcionar el aparato del Dr. Guillotin, precisamente para acabar, de una vez y para siempre, con todos los blasones. Legitimista como era, había de sufrir al contemplar tanta maldad, tanta ruindad y bellaquería en aquellos que poseyendo dinero creían tener derecho a escalar puestos inaccesibles para ellos. esto es todo el tema de su enorme Comedie Humaine, empezada en 1829, y terminada en 1850, año en que la muerte lo citó.
Balzac abre una puerta después de cerrar otra. Cierra la del romanticismo y abre la del realismo, que luego siguen Sainte Beuve y Stendhal. Algunos lo suponen como el creador de la novela psicológica, y nosotros estainos con ellos siempre que concretemos lo que entendemos por tal Si ello supone desentrañar metódicamente todo el complejo humano sin consecuencias de y para el medio, diremos que Balzac no lo era; pero, si significa el hecho de aprovechar ciertos caracteres especificados por tal o cual pasión o por tal o cual virtud que todo tiene sus excesos habremos de admitir que sí lo era, y bueno. Porque toda su obra, exclusivamente toda, se basa en esos caracteres humanos que determinan ciertos seres y, al mismo tiempo, la felicidad o la tragedia de aquellos que con ellos conviven. En Eugenia Grandet, por ejemplo, no es sólo la embrutecedora sed de dinero del vulgarote tonelero Grandet lo que constituye el motivo del drama; forma parte de la trama, también, la estúpida bondad de mamá Grander, así como la ingenuidad de Eugenia y la pillería de su primo. En Azucena en el Valle, tampoco se concreta en describir la hipocondria del desdichado conde, personaje fatal, dominado por un egoísmo homicida, tan explotado luego por tantos autores, sino la inútil fidelidad de Enriqueta y el platónico amor de Félix. No le basta una sola deformidad humana, necesita de otras y también de sus opuestas para concretar todo el tejido de la obra. así desfilando tipos y más tipos: el nefasto comerciante que padece frío y hambre para amasar una fortuna que luego no sabe aprovechar; la pobre Petrilla víctima inocente de tales se res envilecidos; el pobre Coronel que creyendosele muerto, pierde la fortuna, la consideración y la esposa, presentando ya un caso que años después se repite tantas veces acerca de la mujer bígama y de cuál matrimonio es el legal; la esposa perversa que con tal de no restituír la parte de los bienes al marido primero es capaz de la más vil de las villanías, etc. etc. así, todas sus obras son visiones de movimientos constantes en los que no es el cuerX Con BALZAC, en su centenario Por Lorenzo VIVES (En Rop. Amer. Ahora, nos anticipamos. No importa. La los tenían cuando mandaban emisarios al fucuestión es el recuerdo, y él se lo merece, co turo Luis XVIII cuando veían en peligro de mo pocos.
eclipsarse la estrella de Napoleón. Defectos en sus obras. Quién no los la sociedad nacida de aquella época turtiene! Pero nadie como él, ha sabido describir bulenta, en la que la guillotina cortaba testas tan bien sociedad burguesa de su tiempo, y de todas clases, había de poseer todos los vipor cierto, tiempo bien interesante. Del furor cios de los pillos y ninguna virtud de los seres de la loca destrucción de la nobleza, se pasa de pro. Aquel estado de cosas dió lugar a una a la creación de otra, nacida en el arroyo, con burguesía vulgar y grosera que rindió culto al todas las taras innatas. Cómo no había de dinero como nunca los nobles asesinados y despsicoanalizar aquellos caracteres grotescos naci. terrados lo habían hecho. No importaba la dos de la revolución, ávidos de fortuna y de indole del negocio particular: abogados, nopoderes, sin reconocer ni a Dios ni al diablo; tarios, toneleros, merceros, banqueros, todos dados al que mejor pagaba, fuera un fanático vivían con la brutal ambición de hacer dinero homicida, fuera Bonaparte o bien un Borbón! para figurar en aquella sociedad vacía de to ¿No son siempre los más allegados los que me. do contenido aristocrático.
nos seguridad ofrecen al encumbrado? Carlota Pues bien, mientras los románticos de la Corday fué un símbolo para muchos, que es época basaban sus obras en la desesperación peraban, como ahora tantos, la caída de los y en motivos eróticos o menos interesantes, déspotas y el regreso de los decentes. Fouché, Balzac, el infantil Balzac, el de las grandes emTalleyrand, Carnot y los subalternos tanto presas imaginarias, en las que podía ganar miquerrían al Emperador como a Luis XVIII, si llones, y que vivía siempre a merced de los éste tenía probabilidades de retornar y ser rey, usureros, retrataba fielmente aquella gente coy así, según soplaron los vientos, se arrimaban mo nadie lo había hecho ni nadie volvió a al uno o al otro. No tenían reparos en hacer hacer. Carácter social a su obra? De ningufasilar al digno duque de Enghien, el último na manera. Los rusos de ahora, interesados en Condé, para tener más seguro a Bonaparte, ni arrasar todas las clases, menos la oligarquía Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica