Anarchism

278 REPERTORIO AMERICANO vano, porque ellos vuelven a levantar las casas, a cubrir las aberturas de la tierra y a reemplazar a los que murieron, de modo que su per.
sistente tendencia a mostrarse impasibles ante los azotes es una estratagema para engañar a quienes los producen.
Poco después del terremoto, se oían estos breves y eufemísticos diálogos. Varias casas han comenzado a levantarse. Suena el martillo por aquí, por allá, en todas partes. Así es que nos embromamos del todo. dice un hombre que se ha detenido con una carretilla. Así fué no más. Nos llegó al mate! el del tijeral sigue dando martillazos y el otro empuja la carretilla. Han cambiado estas palabras para comprobar que conservan la voz, pero no creen haberse embromado del todo, porque uno tiene aliento para asestar martillazos y el otro va a tiempo para recoger el maíz, que está botado en el campo.
Otro se detiene más allá y dice. Bueno con la mortandad grande que hubo. Es que Dios no querría que fuéramos tantos! Es la respuesta. los martillos se embravecen en los clavos.
Más lejos, dos gañanes que retiran escombros en carretas chanchas, cuya capacidad apenas es de un metro cúbico, reflexionan ante una muralla ladeada. Esta caerá para el nuevo terremoto! toman las palas y van llenando la carreta. Es posible que en diez años dejen la ciudad despejada.
Los hombres del Tutuvén, aunque carecen de movilidad facial, en secreto, viven alertas, dispuestos a cualquier mala contingencia. cuando el hecho ocurre, más que al lamento, tienden a inventariar cuanto se ha salvado. Entonces expresan con modestia su admiración por estar vivos y porque el hecho no haya sido peor.
La tierra permanece. Lo que sobre ella levantan puede caer, puede volver al polvo.
Pero el polvo permanece y fructifica. Su actitud, si fatalista, es activa. Dentro de cualquier ritmo vuelven a la vida diaria, reconstruyen sus mil intereses, adquieren el sentido de totalidad, en fin, hasta tienen algo más fresco que poner en sus pláticas.
Con ese espíritu ¿qué podrá vencer a los hombres del Tutuvén?
Marzo 1940 45.
Otro Premio Nacional (En El Tiempo de Bogotá. 22 de junio de 1950. José Santos González Vera es uno de los mo elimina las disonancias. Cierne sus escenas hombres más silenciosos, modestos, acuciosos y hasta que no quede escoria. Polvo fino todo, finos que conozco en Chile. Ilumina su rostro polvo finísimo, arcilla ideal de alfarería muy una frecuente sonrisa. Aun cuando a menudo suya.
suele ser irónico, la sonrisa aquella es tan sin tal escritor le ha llovido el Premio Naacritud, que uno debe pensar varias veces lo cional de Literatura de Chile. Nadie lo habría escuchado para decidir si fué o es irónico. anunciado, pues sonaban otros candidatos. ha publicado dos volúmenes: González Vera ha recibido el galardón casi con Vidas Mínimas y Alhué. Otrora le reprocha. una queja: No podré pasar inadvertido. ha ban la satisfacción con que describía la existen. dicho, y agregó: Naturalmente siempre secia de los hombres oscuros. Carece de emo guiré siendo anarquista.
ción social oí opinar. Puede ser: no se dirá No se asuste el lector. El anarquismo que carece de emoción estética.
de González Vera no pasa de ser una especie Vidas mínimas es un librito que data de de evangélico anarquismo de principios de si1922. Narra la existencia en un conventillo, glo, el tolstoyano propósito de hacer su vida, es decir, en una casa de vecindad pobre. Sus no admitir órdenes ajenas, no pretender impoprotagonistas discurren apaciblemente. Ningu ner la propia jerarquía y hacer la vida que le no hace el elogio de la pobreza; ninguno la viene en gana. Como que, a semejanza de vitupera. Sería necio esperarlo cuando dicen Eduardo Barrios, otro premio nacional chileno.
tan lindas cosas. El cielo, aunque fosco, se tor José Santos González Vera, ha sido pintor, na sereno bajo la pluma del narrador. Pluma bodeguero, corrector de pruebas, comisionista, de pelo de marta, diríase, aplicando a la plu agitador, empleado, maestro, viajero hasta anma lo que conviene al pincel. El autor acaricia clar suavemente en las playas de la Universisus escenas y personajes, eliminando innecesa dad de Chile.
rios relieves. Hay cierto prurito de miniaturis Ya dicen los comentarios que las obras de ta en quien con tanta agudeza penetra en el González Vera se convertirán en best sellers.
alma de los humildes. Una mezcla especialísi o sea en grandes ventas. Discrepo. quizás, ma de Maupassant, Rodenbach, Coppee y Kem sí: se venderán mucho, pero se leerán poco. El pis brinda tal resultado, sin que sea forzoso suyo es arte de selección. Por algo el jurado ha que el autor haya pensado, siquiera, una vez, dicho a la prensa su confianza en el acierto de en dichos autores.
premiar la calidad sobre la cantidad, sin que Alhué es el relato de la vida de una aldea. haya pleito pendiente entre ambas.
Los tipos del pueblo desfilan llenos de savia, Digno premio a digno autor. Con éste son pero sin estridencias. Nadie trata de sobrepa ya nueve los escritores chilenos que han recisar al otro. Circulan mostrando sus almas, sia bido el apetecido y suculento galardón: Haldobleces. cuando los hay, el autor se da ma mar, Edwards Bello, Latorre, Neruda, Barrios, ña para hacer lisa la arruga, fácil el obstáculo, Cruchaga Santa María, Lillo, Prado y Gonzámusical el estruendo, matiz el colorido deto lez Vera. Todo está muy en su sitio. Todo está muy bien. Mas. no es cierto, lector, que Aparte de estas dos obras, González Vera se extraña en tal nómina el nombre de Gabrieha publicado croquis de personas reales o ima la Mistral? Anduviese ella inserta y todo sería ginarias, críticas a obras, descripciones de pai cabal. Absolutamente cabal.
sa jes. Toda su producción en tono menor. Se Luis Alberto SANCHEZ.
advierte una maestría ejemplar en la forma co Santiago, junio.
Algo sobre González Vera (Como anticipo del próximo NO 55 de Babel, en Santiago de Chile. En Rep. Amer. Uno de los chilenos más cargados de chile Estoy contando sobre todo al hombre nidad en sus temas y, a la vez, uno de los chi González Vera porque no tengo ninguna calenos más liberados del espíritu y de la letra pacidad técnica de crítico.
locales, criollos.
Casi todos los rebeldes resultan antipátiEsta plausible emancipación de lo lugare cos a la masa lectora y a veces también a la ño en técnica la debemos a sus copiosas y cua masa juzgadora. Se los mira como casos de acilitativas lecturas. Desde los veinte años, Gon dez estomacal; la agriura suya encoge la lengua zález Vera leyó con un agudo espíritu de se del catador. Pero tales gentes atacan en las lección, al revés de la generación mía que leía rajas lo putrido lo mismo que el limón comde todo, al azar y desorientada.
bate las infecciones.
Por la saludable sequedad de su lengua y Precioso me parece siempre el ojo desnupor su repugnancia del lugar común y del sen dador y corrector del hombre González Vera, timentalismo sacarino de nosotros, González precioso no en el sentido de la fea palabra preVera fué desde sus primeras páginas un pro ciosismo, sino en el de ojo ayudador de nuessista no destinado a la popularidad y eso sigue tras miopías o astigmatismos. Tengo tal virsiendo todavía.
tud como un servicio civil, de alta civilidad.
Hay que agradecerle, entre los demás bie la Patria se la sirve de varias maneras, de nes que nos ha dado, su repulsa del sentimen todas maneras, menos con el modo adulador e talismo barato y rigor de su prosa, nunca infantil del chovinista convencionanciero.
cargada de abalorios ni de lágrimas dulces (por González Vera siempre tuvo la náusea del haque hay el llanto corto y acre de los rebeldes lagador de multitudes.
y hay el lagrimeo blando y largo de los otros. Bien dado está ese Premio Nacional.
Se premia en él algo nada popular y na Porque la Nación, como todo cuerpo sano, neda criollo; un alma inconforme, una acerada cesita de vigilantes, de críticos, lo cual commente crítica, un testigo de ojos muy claros prende a la gente de escalpelo.
respecto de la vida local.
Mucho le agradezco yo, su lectora, el rinante.
Arturo Mejía Nieto MORAZÁN Presidente de la desaparecida República Centroamericana Editorial NOVA Buenos Aires 1947.
Se vende a 00 el ejemplar.
Exterior: 50 dólar.
Con el Administrador del Rep. Amer.
También la halla en la Libreria Trejos Hnos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica