REPERTORIO AMERICANO 185 no.
Gabriela, cómo te recuerdo. Notas para los biógrafos de su alma. Colaboración de Pedro Juan LABARTHE Oh Señor que estás en los cielos, si caravana con Azuela, Guzmán, Monteralguna vez he ido a Ti a pedirte un de, Jiménez Rueda, Castro Leal. iQué gran favor, es ahora, cuando espero me hermana genorosa con Juana, Delmira y des dulzura en el decir y me aclares el Alfonsina. Con los ya reconocidos? Oli entendimiento, pues quiero hablar de un Ella buscaba a los jóvenes y hacía arcángel, de Gabriela Mistral. Sé Señor, juicios a Concha Conde, a Margot Arque ella ahora está muy cerquita de ti, ce, a Octavio Paz, a Carmen Alicia Capues tu palabra la hiciste aliento en su dilla, a Jorge Mañach, a Juan Marinealiento y tu amor a los niños ella lo desllo.
parramó generosamente.
Sus clases no terminaban en las aulas.
He rodado mucho por la cáscara de Nos invitaba a su apartamiento en el la tierra. Me he estrujado con muchas Colegio Barnard y allí seguían las charalmas, pero jamás encontré ser más lu as informalmente. Se iban todos y ci minosamente bondadoso, bueno bueno pobre jibarito de Puerto Rico, hambriencomo Gabriela. Cuánta humildad!
to de luces se quedaba para prepararle su mate y a pasarle a maquinilla sus Cada uno que tuvo el privilegio de últimos poenas. Así y por virtud del conocerla corazón adentro y no ropa cariño, nos hicimos su secretario con ei afuera podría escribir sobre ella y de sueldo de su voz, de su cariño, de sus distinta manera. Sería fácil difícil.
enseñanzas.
Había misterio divino en ella como el de la Santísima Trinidad. Cada cual la Gabriela Mistral Terminamos por comprar su pan y interpretará de distinta manera y se essu leche y por pagar cuentas. De todas (Por López Mezquita)
cribirán muchas vidas como sobre Crispartes llegaban cartas, invitaciones. verto se han escrito. Yo escribo como la sos y manuscritos. Gabriela era un rosentí y la oi y talvez mi sentir y oir esble que velaba daba sombras las veindad de Columbia. ya el maestro benditén sin filos. Que estas notas mías sean ticuatro horas del día. Unas pocas hoto, Federico de Onís, nos había hablado útiles para los muchos biógrafos y seras de descanso para sus cansados ojos rán muchos y ya lo son pues es manan.
de la compañera maestra. Sabíamos de y seguía como reventona granada dánsus Sonetos a la Muerte. de su evantial dulce de inmortalidad.
dose a ayudar a la humanidad. El mungélica labor de educadora en Chile y en do para ella era primero. Ella era terOlvidemos el año 1889. Olvidemos México. Sabíamos de su cooperación la geografía y cuna de nacimiento. Ga con Madame Curie Henri Bergson en briela es de todas partes como una cien la Liga de las Naciones en Ginebra. Leia cada cartita o carta, cada poema cia. La ciencia del amor humano. Amor Todo eso ya lo sabíamos.
Pero esas o verso y con esa generosidad tan virfranciscano. Meollo amoroso.
eran notas secas para las biografías de tud entre los grandes, jamás dejaba de Sacramento. Unción.
enciclopedias. De Onís nos leía con contestar una nota, ni de animar a un Podrían escribir sobre ella aquellos amor y ternura sus poemas y así des botoncito de rosa que la miraba como pertó en nosotros el deseo vehemente a un milagro de Jesús.
que se acercaron a ella con amor: Palde acercarnos a la buena mujer. Se ponía ella en el lugar de aquél que nita Guillén, José Vasconcelos, FedeNos matriculamos en sus clases de le escribía y esperaba una respuesta. La rico de Onís, Concha Conde, Pablo Neliteratura hispanoamericana y fue el di cortesía nació con Gabriela asi con Alruda, Margot Arce, Luis Delano, Vicvino chispazo de conocimiento, Su catoria Kent, Consuelo Salivia fonso Reyes y Rómulo Gallegos, que reDoris riño de hermana hacia Amado Nervo y cordemos en este instante.
Dana. También el indio chileno, el indio mexicano, el jibaro puertorriqueño, de su deuda con Andrés Bello, Sarmiensu idolatría por Rubén Darío. Habiaba Muchos venían a visitarla de la coloel roto peruano. También la tierra, ei to y de Hostos. Dejaba de discutir a nia hispanoamericana en Nueva York.
aceite, el pan, el nar, la palma, el baEra un idolo y nadie para aquella épolos maestros y empezaba a filosofar en rro, el cardo, el pez, el trigo, el maiz y la misma clase sobre temas ajenos ai ca pensó que sería el primer Premio Noel roble.
bel en literatura de Hispano América curso y era entonces cuando era fogata. Cómo quería ella ser polvo, barro y lumbre. Por Dios, Señor, que la veo Pero era la corona invisible que todos pétalo ya veían de laureles inmortales sobre todo continuar siendo útil para como a tu HIJO, predicando. No, presus sienes. Así la vió Federico de Onís al nido del ave, al niño y a la maestra! dicando no, haciéndonos conscientes de cuando la trajo a la Universidad de CoSer ánfora para calmar la sed de todos. la vida. así, esas clases eran lumbia.
Señor, ténme los ojos bien abiertos y poemas más poemas, más vivos. era los oídos. La veo, la escucho y la sien fuente, raudal y Monte Olivo.
Allí en donde ella veía la necesidad Era toda miel cuando hablaba de Jo iba con la ayuda. Aprendimos en ella to.
sé Martí. Empezamos a amar a Méxi a llenar el favor antes de que se perdiera.
Primer encuentro: co en ella. Su Alfonso Reyes, su Car Tenía intuición de sibilina y adivinaba.
Antes de besar su ruedo de su largo los Pellicer, su José de Núñez y Do Fue poeta y los griegos dicen que los sayal de Maestra Rural en la Universi minguez, su López y Fuente y así en poetas somos adivinos.
cera.
Cáliz y sus Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica