ImperialismVicente Sáenz

REPERTORIO AMERICANO 121 Mensaje de Juan Antonio Corretjer Envio del autor. San Juan de Puerto Rico, Cárcel de La Princesa. a de agosto de 1936 Compañeros de América: mente conocida por Atlanta Esa sentencia Desenmascarado en Puerto Rico, el impefluctúa desde diez años para el señor Albizu rialismo yanqui ha recurrido al asesinato y Campos, el señor Luis Velázquez y el seal terror para desbandar el Partido Nacionacretario que suscribe, hasta ocho años para lista. En octubre del pasado año, en Río Pics otros compañeros.
dras, la guardia yanqui al mando del Coro.
Desde la cesión de la Luisiana a Estados nel Riggs asesinó a un estudiante y a cinco Unidos que convirtió inesperadamente a Esobreros por un delito terrible: defender, destados Unidos en un gran imperio, y en aliade la trinchera nacionalista, la causa de la do forzoso de la Gran Bretaña, sembrando independencia de Puerto Rico. Desde entonasi el desequilibrio en América, ninguna ces el terror ha sido una norma de gobierno cuestión histórica es más importante, para el El 23 de febrero pasado dos jóvenes, cultos e equilibrio entre los pueblos de la América, inteligentes, Elias Beauchamps e Hiram Roque la independencia de Puerto Rico. Al ensado, fueron fusilados en el cuartel general carcelar la dirección del Nacionalismo el Imde la policia yanqui, sin sometérseles a juiperio pretende aislar de nuevo en su círculo cio. Esto sucedió en la capital, a la una de la causa emancipadora de Puerto Rico, que la tarde, en la oficina del oficial de guardia!
is la causa de la libertad de América. CamiA esa misma hora la redacción de La Palano de la prisión y del destierro, y quizá de la bra fue asaltada y golpeados los obreros. El muerte, entregados indefensos como estamos de abril el compañero que suscribe fué conen manos de un enemigo impiadoso, llamaducido a la Corte Federal yanqui y sentenciamos a los hombres puros de América al cumdo a un año de cárcel por negarse, en su caplimiento de su deber. América debe conrácter de Secretario General del Partido Netestar al imperialismo preguntando al gocionalista, a entregar al Fiscal los documenbierno de Washington con qué fuerza moral tos del Partido. La madrugada del 30 de Se presenta, cuando su delegación se levam julio, el presidente del Partido Nacionalista, ante la Conferencia de Buenos Aires.
Juan Antonio Corretjer Pedro Albizu Campos, el secretario El Partido Nacionalista de Puerto Rico esgeneral que suscribe, el tesorero, Luis tá en pie. Significativas han sido estas paVelázquez, el presidente y secretario de la tor Velázquez y el obrero Pablo Rosado labras de uno de sus líderes: el Partido Najunta de Caguas, señores Clemente Soto Ortiz, fuimos condenados, en el más arbi cionalista está presto, y para nosotros, AlbiVelázquez y Erasmo Velázquez, el presi trario de los procesos, a cumplir una sen zu Campos sigue siendo su presidente Codente de la Juntad e Mayagüez, Juan Ga tencia de cárcel y destierro en la Penitencia rretjer, su secretario.
llardo Santiago, el estudiante Julio Héc ría Federal del estado de Georgia, comunJuan Antonio Corretjer doctor El preso Pero le faltó el pan, y no hubo arado.
Vino a llorar aqui. Fué un asesino.
Creia en los milagros, como una madre, creía en los fantasmas, como los niños.
Era como todos los hombres Sus manos eran manos para el arado como para el cuchillo ¿Recuerdas? Aquellas eran cuatro cuatro paredes, compañero.
La pared del frente, sorda, tuerta, solo un ojo impasible de lente reejado, decía: Oye, tú, que predicas injusto el orden angosto que torna a los hombres esclavos: desde la rigidez inquebrantable de mi línea aristócrata yo te fulmino. Alto!
Nosotros, los ricos, los fuertes, los poderosos, los que emanamos luz, como los astros, los que sabemos el manantial de nuestra vida salido de las divinas manos para correr, correr, correr, correr inmensamente, sin obstáculos; los que nacimos para mandar, para regir, nosotros, nosotros tenemos el supremo derecho: nosotros somos intocables como el viento ¿Quién osa desmentir nuestras verdades?
Anatema sea!
Suyas eternamente las tinieblas. Recuerdas, compañero?
Ya tú estarás allá, allá lejos. estancia de ilusión y de ensueño, Desde tu celda entreveias el familiar paisaje campesino: La casa, los plátanos traseros, el gallo clarinete, bravo, ridiculo, como la humanidad presente.
Otro también fue como tú.
Los mismos sueños, los mismos entusiasmos, las mismas intenciones buenas.
Sin la tercera cera pared supo su vuelta.
El tiempo es una mano terrible. Puede Jo que no puede la voluntad.
No es en vano que se vive, y la vida tiene cosas terribles.
Pasan ciclones, pasan graves tormentas; el cuerpo, como el alma, necesita, días de sol, mañanas apacibles, noches voluptuosas. aquí está otra vez el pobre hombre.
Ya no goza esperanzas, como antes.
Dormida está la mano que era fiesta en la guitarra criolla y seco el canto en la mina del contento.
Carta alusiva Cárcel de La Princesa. a de agosto.
Mi admirado don Joaquin: Hace cuatro meses que estoy preso. AI iniciarse el proceso por conspiración contra el liderato nacionalista desobedeci un sub poena de la Corte Federal yanki que me obligaba a entregar al Fiscal de dicho tribunal, como Sec. Gen. del Partido, documentos incriminatorios. Brutalmente se me sentenció a un año de cárcel por desacato. La pasada madrugada del 30 de julio se me condenó, en unión a Albizu Campos y seis compañeros más, a anos de prisión y destierro en la Penitenciaria Federal de Atlanta, en el estado (sic) provincia, de Georgia, en Estados Unidos.
Es esta la primera oportunidad que lengo de escribirle. La aprovecho para enviar al Repertorio mi postrera colaboración antes de partir hacia el destierro.
La feroz disciplina del presidio yanki será muy dificil de burlar.
Aprovecho esta oportunidad para sa ludar a ud, a nombre de Albizu Campos y demás compañeros, y rogamos extienda Ud. a Vicente Sáenz, a Juan del Camino, a Mora, a todos los que por allá sienten y bregan, nuestro saludo y nuestra gratitud.
Le ratifico una vez más mis sinceros afectos, y en la más firme fe en el desfino de mi patria, y de América, le esTrecha la mano su seguro, Juan Antonio Corretjer embargo, Aquella otra pared, obscura, tosca, impasible en la perenne noche, aquella otra pared también nos habla. Yo soy como un pañuelo.
Yo he sido como un lienzo, Verónica parada en el misterio.
Lágrimas de dolor, llantos de sangre, han sollozado en mi las prostitutas.
Sobre mi han sollozado los ladrones, los pillos, los rateros.
Yo he visto a un criminl, a un asesino, lo he visto sollozar, lo he visto gemir, implorar.
Ahora, tú, compañero, igoza la breve dicha de estar suelto!
Suelto como los pájaros, como los ríos, como los vientos, suelto como los mares infinitos,