132 REPERTORIO AMERICANO ra. se somos cuatro sean viene a decir su mensaje a los hombres. No es extraño así que Arévalo Marti un canto a sí mismo, y expresándolo con He aquí su destino y el elemento tras nez sea un gran egoísta. No puede dejar un verso suyo, diré de ese canto que se cendental de su poesía. Pero ésta no tie de serlo aquel que agoniza, asfixiado a llama Desesperación. Desesperación se ne el sentido panteista, grandioso y pu pausas, entre los garfios diabólicos de traduce por negación, por vacío, por la ro, de donde fluye el optimismo inago alguna de esas indescreptibles neurosis Nada sartriana. En ese sentido, desespetable de un Guerra Junqueiro, sino la que parecen ser el precio que se paga por rado equivale a falto de algo substancial atormentada, la cavilosa duda filosófica, el dón poético. Es derecho que otorga el que no puede llenarse jamás.
el torcedor analítico, la disección mania padecer el sudor de sangre evangéli.
ca de la realidad que le circunda a la co acrecentado en la soledad de estas cual interroga vanamente. Tal estado almas que nada ni nadie puede rescatar.
mental alterna con trances de tierna emo Lo declara él, con dejo de mansa resigCon semejantes premisas, podría aceptividad, que lo fija en afirmaciones sen nación y displicente desprecio a su pro tarse que nuestro poeta es, en términos cillas y consoladoras, cuando se pone pio mal: vive entregado al infinito egode literatura, un decadente, como se le en gracia de sí mismo y de acuerdo con ismo de contar las pulsaciones de mi do tuvo y él se definió: Mi musa obscula fe cristiana: Somos cuatro armiños lor. obsesionado por el complejo de su. de ojos ya velados, ya videntes. que van sin pastor ;incapacidad de vivir. Sin embargo, su mi musa de fracaso y de belleza, niños huérfanos, Señor. Niños que pa inal se reduce a vivir más intensamente ha aferrado a los versos decadentes por la angosta vía, uno de otro que los demás, a reaccionar con más hon por lo bien que disfrazan su locura. en pos; pero no se crea que vamos do sentido de individualidad que los hom por lo bien que expresan su tristeza.
son guía. adelante va Dios. en bres ordinarios, allá en la isla desierta ¿Qué es femenil la queja? bien que una y otra actitud, el poeta no puede de su yo, nunca conocido en su verdade importa si ya no somos hombres. sino ser sincero. Arévalo Martínez obra realidad. así va, a rastras de su esserva Luis Alberto Sánchez, desconfió píritu, creído de que, por enfermo y solo. Qué se entiende por decadentismo?
de Dios, de ese Dios que, para él, es coDifícil admitir una definición, que luego ya no es el hombre en su integridad husale sobrando, o dar una interpretación mo el buen Dios de Rainer Maria Ril.
mana sino el monomaniaco inofensivo. entre tantas como se han dado. Brañas cike. Qué le alejó de Dios? Se lo he que se entretiene tejiendo estrofas con ta varias, todas insuficientes y pueriles: preguntado. Me dió una respuesta larga sus versos. en juego inútil y divino. derivación degenerada y enigmática del y confusa. Perdióse en el dédalo de sus La génesis de ese lacerado egoismo simbolismo. refinamiento de la sensitantasías. Forjó un Sér a imagen y se parece estar en una necesidad de impe bilidad y el estilo, que se apartan de la mejanza de sus perplejidades. Pero esto riosa defensa contra sí mismo, contra sencillez y neutralidad. barbarie pasano es lo importante. Muchos desconfian los hombres, contra la vida y la muer jera. al decir de Menéndez y Pelayo.
y se alejan de Dios para volver mejor te; y, por derivación o por contraste, a su fe en El. La clave de esa huida pa hace de él un egolatra. Sin quererlo o conTodo eso es miopía de eruditos, suficiencia de ateneo. Si preferimos la acepción rece estar en cierta aridez del alma, causintiendo en ello, ha de vivir sólo atento simple del vocablo ir a menos, dismisada por el prurito racionalista del poea sí mismo, amándose aun en sus trances nuir debe convenirse en que Arévalo ta. Me induce a suponerlo esta obserde repudio y vilipendio a su naturaleza Martínez sólo es decadente porque él vación intima de Alberto Velázquez: carnal, como el sujeto más digno de in lo dice y lo acepta, hasta con fruición, Rafael no lo he visto reir ni llorar nunterés, en un modo de extático doliente casi con orgullo, como si se tratara de Esas manifestaciones anímicas están narcisismo. Es tan sostenida esta actitud una patente de superioridad. El decapor encima de su cansancio espiritual y mental, tan fijo y permanente ese estado dentismo suyo no pasa de ser impudor físico: es él como un ave que se mece en de alma, que no cabe sospechar ninguna y displicencia, fatiga y desasimiento del su alcándara, entre el sonreír y el sonllo simulación, originada en la voluptuosi valor positivo de las cosas, de su signiar. Mas. llora realmente su poesía: dad masoquista que suele afligir a no ficación práctica, como ahora se dice.
Su poesia acendra, si se quiere, todas las pocos hiperestésicos, pero que resulta En el fondo, neurosis. Pero quién ha amarguras. todas las congojas, todas las impropia de la desnudez interior que demostrado que la neurosis implica deangustias y las quejas; pero no tiene el caracteriza la personalidad del hombre y cadencia en el orden intelectual? Al conlloro, que es consuelo, bálsamo de hudel poeta. Casi toda la poesia de Aré trario: se ha observado que el genio, mildad sobre heridas y desolaciones, que valo Martínez apunta Velázquez, es aún menos, el talento artistico, apareja fertiliza y ablanda, hace brotar la incasi siempre alguna anormalidad nerviotuitiva certeza de que el alma, lo más sa o mental. El decadentismo que se dio dócil que existe a la infección según COMO CONSEGUIR por aquellos días afirma Brañas, y es el pensamiento de Keyserling cura por verdad era todavía moderado modersu propia virtud de todas las infecciones. LA PAZ MUNDIAL nismo. Los impugnadores locales de esto ocurre en él a pesar de su exul.
éste no hacían más que cumplir con un tante amor a la vida, que canta exalta Solicite gratis folleto consigna de la critica en boga, hacer suen sus ratos buenos. Ese amor, en ocailustrado a todo color de esta yo un cargo que se formulaba afuera por siones frenético, casi delirante, acaso le los tradicionalistas españoles, para quiefundamental obra salvaria si no lo empañara su pavor, ennes la opinión de Menéndez y Pelayo tre filosófico e instintivo, ante el fenó directamente al autor equivalía al magister dixit sin apelación.
meno de la muerte, y el espanto deleitoCarlos Armero Sixto so que le provoca el trágico prodigio de En el poeta guatemalense, la inestabiesa misma vida: el seductor enigma im lidad de ánimo, el dolor, la desesperanza, Casilla de Correo 254 penetrable. Estas sensaciones, en el eran reales y sinceros. Pero en eso no La Plata. FCNGR. ARGENTINA persistentes, son ajenas a los místicos de había decadencia. la inversa. había Dios o de la Naturaleza, vigor, voluntad creadora, fascinación por Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica ca.