REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANA San José, Costa Rica 1950 Viernes de 15 Setiembre Tomo XLVI No. 17 Afio XXXI. No. 1116 Desde su publicación en 1900, Ariel fué el libro más importante para las reediciones y Cincuentenario de ARIEL la crítica en Indoiberia. Alrededor de 1930, Por Humberto TEJERA en una adversidad de remolinos ideológicos. En El Nacional de México, Junio 28 de 1950. parecía inminente la sumersión del bello libro.
Al cumplirse el primer cincuentenario de su publicación, en 1950, se le está celebrando como fiesta intelectual del mundo indoibérico, por más que la existencia misma de este mundo esté pasando ya a términos de controversia.
Apenas habrá gente letrada entre los ciento cincuenta millones de hispanoamericanos que desconozca a Ariel. No puede decirse, con esto, que el espíritu y la doctrina de este breviario de indolatinismo haya penetrado en la gran masa continental, que si por algo se caracteriza es por la informe inercia vegetativa.
Al aparecer, trajo Ariel la dedicatoria a la Juventud de América. Los tropeles juveniles des de su despuntar, alzaron al sol naciente este tirso de pensamiento emotivo. Ya uno de sus primeros comentadores españoles confió en que aparte de sus tesis, la obra de José Enrique Rodó resistiría solamente por su belleza la insidia del devenir. Alado, aerodinámico en su estilo, no cabe imaginar chafado ni roto el manual del idealismo que Rodó entregó en cien páginas a los adolescentes hispanoamericanos. Subsiste, para nuevas creaciones alígeras, con la misma consistencia que le empujó a atravesar siglos, desde los quemantes dramas chakespirianos hasta las buriladas páginas del BAIXENCH escritor platense.
Otra cosa es indagar sobre el contenido y José Enrique Rodó significado mismos del popular libro. Rápida(Por Menéndez Came. mente los críticos de sus primeras ediciones lo consideraron como una respuesta al problema educativo de la América Indohispana, concre blicas de Grecia, cercadas por el desborde de caricia de la luz en el bronce damasquinaba de tamente, como un discurso pedagógico a lo prepotencia del gran rey.
oro; erguida la amplia frente; entreabiertos Fichte, y algunos lo vieron como un resumen Si hemos de tener idea concreta y clara de los labios por serena sonrisa, todo en la actitud de lo más hondo y característico de la repre las intenciones de Rodó, necesitamos fijar tres de Ariel acusaba admirablemente el gracioso sentación intelectual hispánica en la Historia. puntos. La simbolización del personaje presta arranque del vuelo; y con inspiración dichosa, El ilustre historiador de la cultura española, do a La Tempestad. El conjunto de precep el arte que había dado firmeza escultural a don Rafael Altamira, fué de este parecer, tos que comprende lo que Rodó no dudaba su imagen, había acertado a conservar en ella, adoptándolo desde ese mirador peninsular co en llamar mi prédica. el aluvión de pel al mismo tiempo, la apariencia seráfica y la lealmo futura orientación ideal de los hispano gro y amenaza que veía avanzar sobre Amé tad ideal. Armado con este numen, tan vi.
americanos. Esto era un voto oportuno, cuan rica Latina, concebida por el maestro platense viente y preciso como jamás lo corporizó un do estaba tan reciente el hundimiento de las como campo futuro de florecimiento de su poeta de nuestra habla, Rodó se lanza a proúltimas carabelas de poderío hispánico en los noble ideal.
poner: Anhelo colaborar en el programa que, confines atlánticos. Para la apreciación gene Invoco a Ariel como mi numen, dijo el al prepararos los jóvenes a recibir el ral, sin embargo, la valorización de Ariel co maestro a sus discípulos aquella tarde. aire puro de la acción, formularéis sin duda rrespondió a una ecuación urgente y sencilla Ariel genio del arte, que representa en el en la intimidad de vuestro espíritu, para ceque reclamaba la lógica continental después de simbolismo de la obra de Shakespeare la parte nir a él vuestra personalidad moral y vuestro las catástrofes de brutal absorción conquista noble y alada del espíritu. Ariel es el imperio esfuerzo.
dora que representaban los nombres de En de la razón y el sentimiento sobre los bajos Ese Ariel, ya bastante crecido y formal, mienda Platt, robo de Panamá, e intervencio estímulos de la irracionalidad; es el entusias que encarna toda una cultura, indubitablemen.
nes absorbentes en Santo Domingo y Nicara mo generoso, el móvil alto y desinteresado en te si atendemos no sólo a este libro famoso gua. América Latina encontró en Ariel, en las la acción, la espiritualidad de la cultura, la vi sino a toda la obra de José Enrique Rodó.
primeras décadas de este siglo, la más alta y vacidad y la gracia de la inteligencia, el térmi representada principalmente por la didáctica gentil respuesta del espíritu ofendido, ante la no ideal a que asciende la selección humana, de Motivos de Proteo, la cultura greco latina fuerza bruta. Sería difícil desatar ese laurel rectificando en el hombre superior los tenaces aditada con el Renacimiento y la Revolución fulminador que la ira del mundo indolatino vestigios de Calibán, símbolo de sensualidad Francesa es una legítima pero grandiosa y ligó a la diestra del símbolo imperecedero, torpeza, con el cincel perseverante de la vida. humana derivación del travieso espíritu gencuando el autor mismo con supremo arte amal El genio alado, el precioso símbolo, queda til de la escena shakespiriana. El Ariel de Rogamó el destino de los pueblos hispanoamerica materializado así en seguida: Desplegadas las dó trae, entre el iris de su túnica ligera, una nos a un paralelismo orgulloso con las repú alas, suelta y flotante la leve vestidura, que la ánfora colmada con la sabiduría de los siglos Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica