Roberto Brenes Mesén

REPERTORIO AMERICANO 73 Espiritualidad de don Roberto Brenes Mesén Por Salvador CAÑAS (En Rep. Amer. Francisco Morán, a su regreso de Costa tantemente leía en sus hojas, artículos o Rica, adonde fuera a continuar sus estudios poemas de Brenes Mesén, o apreciaciones en la Normal de Heredia, juntamente con acerca de su personalidad y obra, escritas Francisco Luarca, trajo una serie de inte por hombres de letras conspicuos. Más deresantes folletos, editados por don Joaquín finida en mí la vocación literaria, empecé García Monge. Entre éstos figuraba uno a admirar a este valor continental. En él cuyo autor era don Roberto Brenes Mesén. resplandecían los talentos y la ilustración La gente de letras de aquel entonces apro del maestro, del filósofo, del poeta, del esvechó el obsequio que Morán le hiciera a critor, virtudes que en armonía perfecta, fin de que se enterara del fuerte pensa formaron al humanista. los campos de miento americano. El mismo compañero la política y de la sociología éstos no fuepedagogo de religiosa dedicación guiaba ron propicios a su actividad mental lleen la lectura y en el comentario.
vó la profunda vibración de su fino espíCuando realicé Sexto Grado, en la Es ritu.
cuela de Varones Goicoechea. los profe El tiempo giró en su espiral interminasores se ceñían a los programas elabora ble. Lo conocí personalmente, años después, dos por don Roberto Brenes Mesén. Este en Guatemala. El y García Monge habían los hizo para que se desarrollaran en los sido designados para representar a la incentros docentes de su país, Costa Rica. telectualidad de Costa Rica, en el acto inauAquí los aplicaron temporalmente. Aunque gural de la Facultad de Humanidades de densos los programas, aceptáronse y se des la muy ilustre Universidad Carolingia de envolvieron. Estaban técnicamente hechos. aquel país. Hospedados en el mismo hotel, Su cumplimiento eficiente, exigia mentores los distinguidos invitados especiales, disen perenne ejercicio de estudio, de medita fruté el honor de tratar de cerca a don ción y constatación de conocimientos y ob Roberto y de escuchar su palabra henchiservaciones. Quien fuese remolón o inca da de sabiduría alada. De actitud siempre paz, profesor o alumno, renunciaba a la docente, pero de docencia orientadora, no disciplina de someterse a ellos. En esta for caía nunca en la fatiga de enseñar, de dogma tuve las primeras noticias del esclare matizar, de formar cenáculos por oficio.
cido humanista costarricense, don Roberto Con sencillez y hondura exponía su pensaBrenes Mesén.
miento, bien en el terreno pedagógico, bien Devoto de Repertorio Americano, cons en el filosófico, bien en el literario, bien BRIXENch Roberto Brenes Mesén En el 50 aniversario de su muerte: mayo 22 de 1949 Sembrador Don Roberto BRENES MESEN: Sembrador Insigne. En Rep. Amer. Le vi pasar. Iba presuroso, su puño en alto, gesto de preocupación.
Detente. Era la Ley la que hablaba. Qué Movía la Diestra a un lado, a otro y me haces, hombre?
parecía ver una paloma que inicia el vue El abrió la mano y. así es la Ley. fué lo. iniciaba vuelo al Infinito.
llevado a la cárcel.
Esa es Cizaña, alguien dijo. Este homSembrador: Sacas de tu Alma pedacitos bre siembra la Mentira.
y los lanzas al espacio, al mar, a la roca. Pero. un día salió libre, nada había a las conciencias yermas y siembras Idea hecho.
les, Ideales, Ideales.
Siguió la ruta. continuó la siembra.
En los Pueblos, los chiquillos le insultaron, los perros iban tras El. los hombres le señalaron. La siembra siguió, los antpos reverdecían.
Era el Florecer.
El Mercader le detuvo. Qué llevas en la mano. Por qué tan apretada. Son perlas. Es oro?
Sembrador le miró interrogante, abrió la mano. semillas blancas.
Oh, exclamó el Mercader: Tierra.
Sembrador, en silencio, reanudó su marcha.
Ahora lo detiene el Doctor. Gesto grave como a sabio corresponde; hablar profundo. gafas enormes.
Abre tu mano.
Sembador mostró su simiente de futuro.
El Doctor exclamo: Veneno. Mala si.
miente, es perversa. No la siembres, no la siembres.
Sembrador. sonrió y. partió.
en el social político. Brenes Mesén, lo mismo que García Mainez, Recassens Siches, Guillén Zelaya, Agramonte y Heliodoro Va lle, se vio cordialmente asediado por la ju.
ventud guatemalteca estudiantes, profesores, poetas, escritores, periodistas, quien le consultaba sus conflictos, naturales en el proceso formativo. El humanista costa rricense, responsabilizado de su alto inagisterio, contestaba a los muchachos y aun a la gente madura, con la sapiencia del hombre versado en varias disciplinas.
Vino después a El Salvador, invitado por la Rectoría de nuestra Universidad, para que participase, a la par de otras. emi.
nentes personalidades de América, en los eventos intelectuales organizados por la misma. Otras instituciones lo excitaron a fin de que dictase algunas conferencias.
Querían aprovechar la presencia de don Roberto, para proseguir con más aliento por los senderos de su realización cabal. El aceptó gentilmente. No eludía esta clase de compromisos. Los cumplía a complacencia entera, ya que éste era un aspecto de su apostolado férvido. Entre esas institucio.
nes, el alumnado de Secundaria del Colegio García Flamenco. gozó del privilegio de escuchar la palabra del humanista de re.
lieves universales, como supo también del poder convincente de un Agramonte y de un Mantovani. Fecunda labor la de estos tres maestros, pues los jóvenes de aquella época, quienes se educaban en el mencionado Colegio, guardan el recuerdo perdurable de las enseñanzas y sugerencias recibidas en la cátedra de extensión cultural.
Así como en Guatemala, aquí le rodeó la generación soñadora, sitibunda de horizontes esplendorosos. El acecho de la juventud salvadoreña y de las personas pensan.
tes de mayor edad, conmovió a los tres Maestros citados, según lo confesaron lle.
nos de satisfacción límpida, lejos del país, Maldito, dijo el Juez.
Eres instrumento de mentira, eres asalariado de perversos.
Sembrador abrió su mano: algunas semillas que en ella quedaban, volaron, volaron.
Nunca antes se había escuchado su Voz Profética, pero hoy, ante el insulto del Juez, exclamo: Paz, Paz, Paz, y salió.
La mano blanca se movía incansable: Lanzaba un puñado, sacaba más de su pecho y la siembra continuaba.
Iban quedando los campos listos.
Sembador, rostro de Iluminado, era infatigable, Sembrador, Sembrador, tu simiente ya germina. las Almas van a florecer y Tú, con corona de alegría. irás triunfante. Ya estás triunfante.
Juan CARAZO.
Costa Rica.
11 de abril de 1953. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica