120 REPERTORIO AMERICANO Roberto Brenes Mesén Colaboración de Fresia BRENES de HILAROV Este hombre fué de Estirpe Solar. Fué hijo del invisible Sol Espiritual que provee a la Humanidad de Hombres Faros. El fué antorcha envuelta en llamas para dar luz a todos aquellos que le rodeasen.
Unjo sus sienes como los antiguos a sus dioses con corona de mirto y laurel, con el aceite sagrado del amor eterno. El me dió la palabra, el pensamiento, lo mejor en mi alma es suyo. El me consagró a los dioses de su inspiración, él me llamó a su lado en la hora más vívida, violenta, pujante, de su vida. Es en esa época cuando implanta por primera vez en el país la coeducación en la segunda enseñanza. Ha.
ce frente al clérigo que le ataca. Publica su Gramática, historia y lógica de la Lengua Castellana. Acogida por Cuervo, Cejador, Menéndez y Pelayo, Mir, como estudio extraordinario en nuestra lengua, y casi desconocido en su tierra. Fué grande en todo y todo quiso agrandecerlo. Fué Maestro para sus hijos y para todos los que a él vinieron.
Su niñez fué triste, su juventud un Lamento de Leopardo, pero nunca desfalleció su idea. Se deleito siempre en busca de la verdad en las ciencias todas de la vida.
Nunca dejaron de cantar las alondras de BRIXEN Ch las ideas en su mente de cielo claro azul.
El odio, las invectivas y persecusiones no Roberto Brenes Mesén zahirieron su corazón.
Mis primeros recuerdos son de Heredia, donde era él Director del Liceo. Vivíamos pequeñísimo que llevaba lanza mortal de en una vieja casa de anchas paredes de guerrero. Luz que aclaraba las tinieblas.
adobe y gradas altas de piedra. Tarde de Le recuerdo a caballo cuando venía a la noche, la calle iluminada por la luna, San Isidro de Coronado, en donde mamá me despertaba yo temblando de miedo por me cuidaba de una grave enfermedad, y una voz que llamaba: Don Roberto! Salga! era él Subsecretario de Instrucción PúlbiQue lo voy a matar. oía yo el metal ca. El resto de la familia estaba en San de la espada en contra de la piedra de la José, mamá, Irán chiquitillo y yo, vivía.
grada. Luego la voz serena de mi padremos en una casita alera, una pila de tubo conversándole. Después venía él a mi ca: parlero en el patio, me sentaban en una ma a asegurarme que no era nada, que dur banca a comer huevo tierno. Venía papá miera tranquila. Recuerdo tardes en que cabalgando un caballo blanco hermosísimo papá iba a San José, donde daba unas cla y me llevaba a dar vueltas por la plaza.
ses, le íbamos a encontrar a la estación, Me hacía mirar las montañas, aspirar el sus tres chicos; tendría yo de tres a cua aire fresco, sentir la vida por medio dei tro años y ese terrible señor que odiaba a hechizo de su juventud y sus palabras del papá, nos impedía el paso, extendiendo sus imán radiante de su inolvidable voz.
brazos y piernas en la angosta calle empedrada! De lejos, por en medio de sus pierNos enseñó a todos sus ocho hijos, como nas veía yo a papá, sonriendo, que venía el gran psicólogo que era. Muy pequeñitos hacia nosotros. Qué consuelo más profun a cada uno lo rodaba de una frazada al do al tomar yo su mano! Era un Dios que suelo para que aprendieran lo que era caer me rescataba.
y prevenirlo. Nos mostró que el fuego quemaba, por medio de la llama de una canSufríamos entonces en Heredia una per dela en la llema de los dedos. Sus lecciosecución completa. El clérigo incitaba al nes fueron extraordinarias e inolvidables.
pueblo en contra, se nos cortaba el agua Una vez, Soleida mi hermana, arrancó rompiendo la cañería, no se nos vendían una hoja de la enredadera y la tiró al cés.
verduras, ni leña, para cocinar. Todas las ped. Papá que la había mirado la hizo persirvientas que procurábamos pronto se iban manecer largo rato sosteniendo aquella ho al confesarse no les daba el padre de la jita a la rama nosotros mirábamos. NunIglesia, la absolución. Atacaron a papá de ca olvidaré sus palabras: No destruya nainmoral por querer para Costa Rica la co da.
educación. Por tratar de prescindir del despotismo de la Iglesia en la educación púDe niña de escuela primaria me dió per blica, educación del estado que debe ser limiso de asistir a las clases de religión.
bre y no coerciva. Fué entonces cuando Como tenía gran afición a los libros, ga.
naba todas las medallas de premio, por sapublicó su Piedra de Escándalo. Un folleto berme el catecismo. Qué ironía debería ser para la maestra! Un día ella me habló (1) Apología a Roosevelt de bautizarme. Mucho me gustó la idea.
Semanas después el padre de la Soledad, iglesia por la que pasaba yo todos los días rumbo a mi casa, me llamó para cerciorar.
se si verdaderamente quería ser bautizada; le contesté que sí. pesar de que me había pedido silencio yo le conté a papá.
Me dice. Cuáles son los mandamientos de la iglesia. honrar a tus padres. Re: pita! Otra vez! Bien. Qué piensa Ud. de un padre que violenta él mismo ese mandamiento. No me permitió volver a las clases de religión hasta un año más tarde, cuando la Niña Amirita Castro fué la maestra. Persona ella veraz, buena, dulce, con gran amor y comprensión de su religión.
Años después, en Syracusa, Nueva York; Soleida y Flaminio asistieron a la Sinagoga, sábados y domingos iban a la iglesia protestante. Eran los dos mejores alumnos de sus respectivas clases. Soleida aprendió a hablar el Hebreo, leía la Biblia en esa lengua y en inglés. Sus compañeros no comprendían y en varias ocasiones les juzgaron judíos. En la misma época yo asistía a la iglesia católica y la presbiteriana. Papá discutía de sobremesa nuestras enseñanzas, haciendo comparaciones con creencias musulmanas, budistas, relativas a Confucio, prácticas religiosas de Bizan cio, Grecia y Roma pagana, de religiones incas y maya. Tenía íntima ansia de que comparáramos los principios de la moral espiritual, que comprendiéramos provenían de una misma Luz. Inculcar en lo más hondo de nuestras mentes y almas el deseo de aprender, de indagar, de estudiar.
Siempre inspirador, tendiendo su pensa.
miento a lo grande, quería viéramos lo her.
moso de los hombres y la vida, que ama.
semos a todos los seres humanos por ser nuestros hermanos. Muy niña aprendi su poema Soy ciudadano del mundo y com.
patriota del hombre. Los prejuicios no existían en su vida y eso mismo quería para sus hijos.
Exigía de nosotros maneras cultas para todos y en toda ocasión. Hidalguía la suya tan profunda que ni en las horas más pe nosas, de su enfermedad, en el delirio, nun.
ca fué descortés. Nos hizo aprender a tender nuestras camas, alternábamos por se mana el servicio en el comedor al mismo tiempo nos hacía hablar unas veces en francés, otras en español, durante las comidas.
En cierta ocasión hablendo estado enfer.
ma mi hermana Joselina, se le sirvió un pollito asado, solamente para ella. Eramos vegetarianos. Mi hermano Edin al ver dijo: Ya quisiera yo comerme una gallina solo. Al día siguiente en frente de su plato había una gallina asada. Edin, feliz, se disponía a cortarla y pregunta: Cuál parte quiere, papa. Ninguna. Ud. mamá. Ninguna, es solamente suya. mis hermanos. Ud, quería una gallina entera, no puede repartirla. Todos veíamos a Edin al rato comenzó a llorar. Estoy segura todos sentíamos la misma angustia. Ve no hay que desear cosas solamente para nosotros, es mucho más feliz el com: partirlas, ahora bien! Repártala si Ud. así lo desea. Quién podría olvidar tal lección. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica