Joaquín Gutiérrez

230 REPERTORIO AMERICANO Leticia Torres, Niña de Guatemala (En Rep. Amer. De los Cables: 19 de Junio. La primera bomba que cayó sobre Guatemala dió muerte a la niña Leticia Torres, de tres años de edad.
Ay sangre, que no te borres ni deies de germinar.
Sangre de Leticia Torres, sangre de Leticia Torres ayúdanos a luchar!
El Libertador Martí poema de amor escribió pero si hoy te viera a ti, pero si hoy te viera a ti lo escribiera como yo. Quiero a la sombra de un ala contar un cuento de horror, la Niña de Guatemala, la Niña de Guatemala no pudo morir de amor.
Leticia con su muñeca salió temprano a pasear.
en tierra guatemalteca, en tierra guatemalteca los niños sabían jugar.
Que por todos los caminos tu llama siga tus pasos y marque a los asesinos y margue a los asesinos de encendidos latigazos.
Manchales roja la frente no se vayan a esconder.
Tienes que hacerte inclemente, tienes que hacerte inclemente y en odio sagrado arder.
Ah, chilenos, mexicanos, argentinos, brasileños, costarricenses, cubanos. unid los puños, hermanos, los dolores y los sueños!
Jornaleros, artesanos, pescadores, campesinos, los que viven por sus manos, los que viven por sus manos resguardaban sus destinos.
Ya era de todos la tierra, libre crecía el maíz, guerra al hambre era la guerra, guerra al hambre era la guerra única en ese país.
Pero el ave de rapiña contra el quetzal se lanzó.
La bomba mató a la niña, la bomba mató a la niña y su sangre me quemó. tú, Guatemala ardiente, si la sangre te eligió comprende que hoy en tu frente brilla la estrella candente que el Libertador nos dió.
Cómo nos enajena el presente y el pasado como partes que son del tiempo! El tiempo para nosotros es un rito, un culto. Seguimos los minutos del tiempo con unción profunda. Estamos espiritualmente de rodillas ante el tiempo.
Ante el presente, ante este minuto que se alza y emprende el vuelo hacia la eternidad. otras veces nos vamos caminando por el pasado, nos adentramos en el pasado, hacia lejanías insondables del pasado, evocando las figuras de los seres amados ha mucho tiempo desaparecidos. con la misma ansiedad con que un hombre cavaría la tierra del camposanto buscando el cuerpo de una mujer amada, así cavamos nosotros en un pasado de treinta, cuarenta años, buscando las imágenes de seres y cosas que entonces existieron. esas lejanías de cuarenta años nos parecen hondas, muy hondas, insondables, tan insondables que causan vértigos. Cómo nos enajena esa visión confusa, incoherente, inefable, perdido. del pasado. Cómo quisiéramos galopar hacia él en busca de cosas amadas por una senda etérea y misteriosa que no sabemos dónde está. qué muchas cosas suscitan en nosotros la evocación de ese pasado en que vivieron nuestros padres, personas queridas y paisajes ya desaparecidos para siempre! El canto de los gallos, el bloquear de las gallinas, los ladridos lejanos de los perros, los celajes de la lluvia en el horizonte, los true.
nos, la luz verde de los relámpagos en la noche, todo eso despliega ante nosotros visiones borrosas, desvaidas, patéticas. Dónde están aquellos seres y aquellas cosas? No hay caminos para ir a ellos. En toda la tierra, donde tantos caminos hay, no podría nadie encontrar ese camino que a ellos conduce. Locura es pensar en eso. Existen acaso caminos en el tiempo. Cómo podríamos superar este loco afán de figurarnos el tiempo como un camino, como un pacio, en que el alma puede explayar sus ansias. Pero, acaso el tiempo no es el movimiento, la sucesión, lo que fluye, lo que esá antes, ahora y después, como el camino. Por qué no poder ir ese antes del camino del tiempo; antes que, a veces, es un grito del alma; ese antes que nos parece más hermoso, más querido, más patético que el ahora y que cualquier futuro después.
No; no existe en la tierra ese camino.
Existe si acaso en la región etérea, en el ámbito sideral, pero la tierra y la luz han dado tantas vueltas que jamás podríamos hallar la senda, hallar en el espacio el rayo de luz, que lleva a ese antes. donde se alzó el retablo de nuestros amores inolvidables. Solamente podemos ir a ellos con el recuerdo, con el recuerdo calentado por toda la sangre del corazón y hecho tan sentido y lancinante que, a veces, duele. así se vuelve el tiempo un rito, un sulto y en él, ante él, nos prosternamos. la tierra se vuelve un camino del recuerdo a falta del anhelado e imposible camino del tiempo. el cielo se vuelve un templo en que todas las cosas. nubes, sol, árboles, hierbas, praderasJoaquín Gutiérrez.
Santiago de Chile.
20 de Junio del 54.
El alma, substancia de la vida es(Er Rep. Amer. ese Nuestra vida se compone de días y cer la vida más vida. Hacerla anás inno de dólares. Entonces, lo que hay que tensa, más profunda, como la vida del cuidar son los días y no los dólares. No filósofo, del pensador, del poeta, del es el pequeño disco metálico lo que de artista, del apóstol, del héroe. Pero ey bemos mirar. Es la esfera de luz. Es esa absurdo esfuerzo aquel que nos convierinmensa y áurea moneda que el cielo te en máquinas, en autómatas o en pinos depara. Todos los millones de dó ratas o contrabandistas.
lares del mundo no valen lo que un solo Equivale a vender la vida por dinero.
día. Todos los millones de dólares no ¿Pero qué haremos con el dinero si nos valen para comprar un día.
quedamos sin vida? La substancia de la Pero la inmensa mayoría de los hom vida es nuestra alma. Qué substancia bres no miran la áurea moneda del día tendrá nuestra vida si perdemos nuestra sino la vil moneda de metal. Por conse alma; si la malbaratamos en tonterias y guir esa vil moneda entregan el día. Lo necedades?
entregan a la frivolidad, a la preocupa Oh, qué placer es contemplar la vición, a una angustia innecesaria. La ma da serena y desinteresadamente! Qué yoría humana no se da cuenta del valor placer contemplar las cosas silentes y verdadero y se dan a ganarse la vida. apacibles que llenan el orbe y se entrea comprar la vida, valorándola, no gan sumisas a nuestro amor! El mayor lo que es en sí misma como don del cietesoro es el tiempo. El tiempo libre. E!
lo, sino en términos de dólares. Es un tiempo puesto a nuestra disposición comodo de ganarse la vida que es permo don supremo del cielo. El tiempo derla. Qué tontería adquirir con tanto para el libre vagar fecundo del poeta, fuerzo lo que se nos da gratuitamente!
del filósofo, del pensador. qué cosas El esfuerzo vale cuando tiene como reno haremos en el tiempo si lo miramos sultado hacer la vida más hermosa, más como cosa sagrada; si lo miramos como bella. Cuando tiene como resultado ha la dimensión única de nuestra vida!
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