140 REPERTORIO AMERICANO Algunos fundamentos del Historicismo (En el Rep. Amer. 20 LA VIVENCIA El mundo de las cosas, o sea la naturaleza fisica, no ostenta el ser creador, poseído de angustia y, por ello mismo, trágico. En ese mundo todo aparece organizado y los movimientos son apenas de carácter circular. En cambio, los productos del hombre, la trama de su compleja historia, revela que él posee dos naturalezas: la psíquica y la física. En la esfera de la vida ambas ofrécense como una unidad.
Somos seres psico físicos. En las esferas de la vida nadie podría aseverar que una de esas nataralezas sea causa de la otra o que en sus mutuas relaciones mantengan, entre sí, relaciones de tiempo o de espacio. En la indestructible unidad de nuestra naturaleza sólo relaciones funcionales podemos señalar en aquellos órdenes. El torrente vital que constituye la historia surge, pues, de una indestructible unidad.
Uno de los aspectos más extraordinarios de la suprema experiencia religiosa de Cristo, fué el señalamiento que hizo del sitio que corresponde al reino de Dios.
El análisis de lo cognocente, de lo volitivo y de lo afectivo, en la espléndida unidad de nuestra naturaleza psicológica, nos pone en camino de alcanzar el conocimiento de la potestad inmanente creadora que, para el sabio Obispo de Hipona, era apenas un reflejo del Fer que inconmutablemente es, conoce y quiere: la Santísima Trinidad. En la vivencia se nos manifiesta nuestra interna unidad. Pero, no debe olvidarse que el hombre no vive solo.
Vive en comunidad, en sociedad, y en ese ambiente se opera el entrecruzamiento de los diferentes Yos; entrecruzamiento que constituye la trama o el contexto de la historia. La historia es, pues, un desarrollo de las fuerzas todas de nuestra interioridad, al ponerse en contacto con las otras naturalezas humanas en el ambiente de la convivencia. Por ello podemos aseverar que la personalidad plena del ser humano se derrama en la historia. Dilthey afirmó que el hombre no se puede engañar al vaciarbe hacia fuera. Todo lo que tiene de bueno y de malo sale libremente en la historia. Ninguna experiencia es mayor ni mejor que la que ella nos ofrece. En nuestra misma naturaleza podemos encontrar pedazos de la naturaleza del Quijote o de Sancho, de Goethe o de Cervantes, de Patroclo, de Ulises o de Priamo. En esos personajes y en todos los demás, de ayer o de ahora de la vida histórica y social, nos encontramos y reconocemos.
Con el propósito de resumir los conceptos de este artículo y los del anterior, dejamos como definitiva y firme la siguiente conclusión: el primer acto del ser humano es vivir; el segundo conocer, o sea representar lo vivido en el mundo del concepto.
La razón nos conduce, por un proceso de mera abstracción mental, al análisis de la vida.
Pero, una cosa es este análisis que es una mera representación, y otra cosa es la vida misma, la suprema realidad.
Alejandro AGUILAR MACHADO.
Costa Rica. 1950.
del pasado que hecho connota pasado se juzga y aprecia con el criterio del principio, del ideal operante postulado para el caso particular. Pero en finura de análisis, los hechos no tienen significado, por pretéritos todo signo es sentido, señal de lo que está adelante.
En el camino no hay atrás. Todo es adelante: todo es carretera de una sola dirección, hacia el mañana que se predica en el pensar del caminante: llegaremos a las p. cuando las cinco todavía no son.
Así con todo, el hecho es siempre hijo de ur principio. El hijo se muere, pero el padre se mantiene en vida engendrando constantemente hechos nuevos. Pero el hecho nace estéril; no tiene potencia de reproducción. Por donde que los realistas. los que se remiten a los hechos no son realistas de verdad, porque se contentan con la parte muerta de la verdad, que se tiene en el hecho cuajado ya; la parte principal y grande de esa verdad está en el principio, en el ideal. El idealista es futurista; el realista, preteritista.
Ahora, en el campo de la política, y en su sector principal contemporáneo, es a saber, el de la democracia, se hace evidente de luz meridiana esta verdad, esta presencia, esta justa de la vida con la muerte, que invade aun el dominio del conocimiento, cuando se hace pugna de la lógica del hecho actual con la lógica del fin moral. Si el hecho es promoción de fuego; el ideal será promoción de luz. Aquí es donde entra en función la Palabra, el Verbo que a los impacientes amantes de la acción se les antoja ruido ayuno de signo.
Pero es que el hecho mismo no rezuma señal alguna, ni sentido de destino. Aun el hecho en acción que ya es contrasentidoel hecho in articulo mortis, ya va para abajo, como proyectil disparado que encuentra su razón de ser en el cañón que lo disparó. Por esto es que el hecho con lo que se quiere decir la suma total de los datos de la ciencia tiene que referirse al ideal, al principio, que en esta figura la hace de cañón, y lo otro de proyectil disparado. Es decir, que el Hecho debe estar sujeto al dominio del Verbo, y no viceversa; porque la Palabra, el Verbo, es gobierno; mientras que el Hecho su suma total descoordinada como ahora es nada meContienda de la palabra y el hecho Por Alberto REMBAO (En Rep. Amer. Colaboración exclusiva. nos que Caos.
Alberto REMBAO.
Nueva York, marzo de 1950.
EL HECHO anda por ahí con mayúscu La noción de destino es por tanto antela, disfrazado de verdad eterna y ostentando rior a la idea de entidad. Antes de saber uno títulos de ciencia que nada valen en términos qué es, o quién es, ya sabe dónde está. Luego de futuridad. Lo que es más anda el hecho en seguida lo demás que en la memoria se le en plural, y se habla de los hechos como metió al abuelo nuestro aquel que primero se de alternativa incontrastable por comparación vió en el agua de algún lago, en imagen de con las palabras. Facta non Verba. Quien fotografía primordial positadora del problema dice los hechos está diciendo que trae en la del quién.
palma de la mano la respuesta final de todas La topografia modifica el sentido de la las preguntas: que es poseedor de lo concreto Palabra; pero aquélla es de toda suerte palabra aprehensible que se llama la Realidad. por también. Ya no es el suelo lo que interviene, comparación con la Idealidad esfumable que sino que su símbolo verbal. El suelo es el heradica por allá en la esfera de los fines filosó cho por antonomasia tierra, piso, cosa firficos. Por supuesto que al investir al Hecho de me, acabada, constante, perpetua, que está ahí finalidad lo que se hace es convertirlo en Ideal, para siempre jamás: Hecho de una realidad vale decir, en medida y metro de apreciación. terrena, tangible tan real que ya se asemeja El asunto no se tiende por rumbo de la a lo Ideal, es decir, a lo que permanece a pesar antinomia de nominalismo y realismo; se en de sí. Pero, de estos hechos terrenos de tierra dereza por veredas de lo político contemporá matriz no hay muchos los otros, los heneo y en redor de la Palabra democrática. Es chos que salen de la boca de la gente de la catamos en plano de definiciones que fueran de lle son hechos en sentido de cadáveres hetopografía: definiciones que nos permiten sa chos consumados, muertos, fichas de la Histober cuando menos dónde estamos.
ria, signos del pasado. El hecho como tal hala primera vista parece que en una inqui para atrás; mientras que el Ideal hala para sición de esta especie, el dónde es lo primero. adelante.
porque es el aqui. Es donde uno se pregunta Los ideales son principios que están ahí. dónde? Sin donde no hay de donde en el momento mismo del nacer de lo que seni adonde. Tal parece que el primer pen rá mañana. Los principios son por tanto fusamiento es topográfico de la tierra madre nu turos: de donde que se siga que valen doble: triz que a los humanos nos lleva pegados por en el hoy y en el mañana. Es la manera de las plantas de los pies a manera de placenta te indicar que son eternos; y, en otro sentido valórica.
len también en el pasado, porque todo hecho Con esta acreditada Agencia obtiene Ud. la suscrición al Repertorio Americano: The Moore Cottrell Susbcription Agencies Incorporated North Cohocton, New York Agencia del Repertorio Americano en Londres Stevens Brown, Ltd.
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