REPERTORIO AMERICANO 265 Canto profético a SIMON BOLIVAR Por Jean ARISTEGUIETA (En Rep. Amer. Del libro Poema Mural de Venezuela. Para Conie Lobell. LE canto sin rima y sin dogma alguno a este tierno Simón americano Le canto con el alto misterio con que el viento Abre las mariposas los insectos y luego asombra con la tempestad Con su fiebre de gritos sus relámpagos aura de las estrellas en la frente Canto en lengua de lúcida confianza sin temor sin orugas sin mordazas esta gloria besada por la muerte santificada muerte de los huesos Porque su llama que la noche alzaba desgarrando después hacia la espuma Era como la música del alma como trompeta torrencial un vértigo Natural jubiloso errante henchido de inmaterial grandeza verdadera Casi de fabulosos resplandores su nombre erguido su orgulloso timbre. Simón de los corceles en los ojos Simón Bolivar de la libertad!
Este canto es un canto tornasolado como los grandes ríos Igual que las tierras vírgenes que los regocijos populares Este canto es todo de Simón Bolívar nombrándole y alabándole Llamándole con voz de poesía ivoz profética! instándole a que se incorpore que levante su espada justiciera invocando su tristeza su nostalgia Invocando (iay! silencios del corazón) su vigilia crucificada por los fi listeos Su cruz diáfana sollozante altiva misericordio sa cruz Porque es necesario que no yazga en medio de los cadáveres porque no Pues de él vendrán el pan la leche y el reposo junto a la tierra junto al mar Ya que estamos hartos de proclamas pusilánimes de banderines exóticos Sálvanos Libertador padre de la libertad en la sangre y en los sueños.
Simón Bolivar Le tiendo el paisaje destos versos jeste paisaje trazado por una mujer. Por una mujer vigilante alma que vuela hacia la densidad de las ideas!
Simón nuestro, en Venezuela torre de jazmínea independencia estás solo Así como el día besa las corolas y nadie le acompaña en su secreto Solo como los árboles en medio de las trifulcas de los mítines a sueldo Solo como las montañas en medio de la lluvia Simón nuestro! he aquí nuestro grito Nuestro grito desesperado que le habla en silencio delirante Que desea sus palabras sus pensamientos su sed siempre su sed Simón nuestro alto lirio salvador alto nivel sin llaves oxidadas (Allá los que no comprendan este canto allá ellos porque el canto no se detiene)
Hay que llamar al héroe de nuestras esperanzas cumplidas Levantarle de la sepultura como Jesucristo tomó a Lázaro y le despertó Pedirle que se eche a andar con sus diamantes con sus lágrimas con sus violencias.
Es preciso que le digamos cantos de fe cantarle siempre Lo demás es negarle es echarle polvo en la cuenca de sus ojos caídos Nada de carteles políticos nada de proclamas baladies nada de manifiestos esnobistas El cantor debe despertar al errante Simón americano darle impetuosidad Cantarle aunque nuestras liras caigan agotadas aunque nuestras pupilas se cansen (se cierren Tenemos que clamar clamar por su saber por su grandeza Para que el pueblo alarmado al principio y en seguida extasiado se despierte Se han robado su palabra santa los oportunistas los melindrosos los incapaces Hay que cantarle cantarle hasta que se estremezca (igual que el viejo Homero despertaba a sus héroes)
Jean Aristeguieta de Gandía, Undurraga, el Profesor Rosemblat.
para no mencionar más que extranjeros.
Ya el día ha ascendido a la mañana intermedia. Las colonias de la parte Sur de Caracas se vislumbrn mansamente nítidas: parece una postal de esperanza con sus casitas bordeadas por arbustos, por mariposas y por aves erranMiro su frente que espolvorea la gloria de la soledad Soledad heroica cuánto sacrificio cuánta luz enigmática soledad del poema Su frente que vaga entre visiones tempestuosas imágenes ardientes Dele el cantor su tristeza su clarividencia su melodia infinita Démosle aliento puro protesta pura asombro eternamente en llamas Protestemos en su nombre por los papeles infamantes por el rebaño intitulado Marchemos con él hacia la soledad mecida por los ángeles ¡La verdad es su corona esplendorosa su corona!
Démosle palabras sinceras silencios heridos démosle sencillez Es lo que le hace falta a su nimbo asolado a su nimbo tembloroso démosle ardor El está fatigado de baladas idiotas de discursos ripiosos ¡Ea! vergan los grandes himnos a rodearle de savia nueva Vengan los himnos triunfales entrelazados con palmas con nubes con frutas y flores tropicales.
Vegan los indios los blancos y los negros y cántenle dulces profecías cubrirlo de amor como centellas démosle amor sereno inamovible.
tes.
Conie nos parece parte de este paisaje soñador y confiado. Los azules del cielo se mez.
clan con montañas de nubes blancas. La calma se ha adueñado de esta mañana encantadora. Mientras Conie, clarísima presencia y fresco perfumado, nos saluda en armonía transparente. quién lo ama tranquilamente quién le ofrece su pensamiento?
Los que canten más dulce serán sus hijos los que le amen con dignidad Oh brote ilustrísimo oh rama fecunda de los Vascones de la América de Venezuela De Venezuela dije y soy yo Jean Aristeguieta la que le ofrezco mi corazón Cantora de un pueblo humedecido por la angustia oh santísimo hijo de la tierra Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica