Víctor Raúl Haya de la Torre

REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANA Vol. XLIX San José, Costa Rica 1955 Mayo. Junio NO Año 34. No. 1167 In Memoriam Martín Gil, y el sabio rió de buena gana y halló coyuntura para decir cuánto le ALBERTO EINSTEIN había llamado la atención en su viaje a nuestro continente la perspicacia y la Por Haya de la Torre viveza imaginativa latinoamericana. Martín Gil había dicho que toda la teoría de la Relatividad se basa en el principio (Envío del autor. Es un recorte de El absoluto de que la luz avanza en el esTiempo de Bogotá, mayo, 55)
pacio con la más grande de las velocides conocidas 300 mil kilómetros por segundo y que, en consecuencia un rayo solar tarda en llegar a la tierra minutos. Yo conozco una energía decía más o menos textualmente Martín Gil. de velocidad mayor que la de la luz y es la del pensamiento. Mientras ella emplea en venir del sol a la tierra mi nutos, yo voy con mi pensamiento al sol y vuelo en dos minutos.
Einstein, debo confesarlo, ha sido para mí el hombre más egregio de nuestra épo.
ca y ningún otro ha concitado tanto de mi humilde admiración. Su bondadosa simpatía, sus palabras de aliento, son privilegio de mi vida. Y, acaso porque su generosidad era amplísima con los jóvenes, un día, en casa de Goldschmidt me hizo una amable broma. Súbitamente me dio. Como usted y yo somos co autores de un libro juntos. riendo ante mi estupefacción, me recordó que en 1926 se publicó en ho.
menaje a Romain Rolland el lujoso Liber Amicorum que prepararon Máximo Gorky y Stephan Zweig, para honrar al autor de Jean Christophe en aniversario. Conocida por ellos mi filial amistad con Romain Rolland, los compiladores me otorgaron un lugar en aquel volumen honrado por las firmas más ilustres del mundo. ahí figuraba, claro está, Haya de la Torre Einstein el tributo de Einstein. Sí, mi amigo, en el Liber Amico23 rum de nuestro amado Rolland, dijo muy alegre de verme un tanto confunEstreché por primera vez la mano de Oí tocar violín a Einstein en una púdido.
Einstein en Berlín en casa de otro tam blica velada de caridad realizada en la En 1947 estuve a visitarle en Princebién ya muerto profesor alemán, cuyas sinagoga mayor de la vieja Monbi ton. Había envejecido mucho en 16 años, vinculaciones con Indoamérica han sido joustrasse de Berlín en 1930. cuando pero la rara luz de sus ojos brillaba siematestadas en cuatro buenos libros: el eco en 1932, prisionero yo de la dictadura pre igual desde el fondo de su portentonomista Alfonso Goldschmidt. ello militar de Sánchez Cerro en la penitensa mente. La misma voz suave y pastosa, aconteció en el duro invierno de 1929. ciaría de Lima, corrió por el mundo la casi paternal en el diálogo, pero con una Einstein y Goldschmidt solían visitarse y noticia de mi inminente fusilamiento, novedad. Ahora Einstein hablaba en inera yo entonces secretario del Wirschaft Einstein fue de los primeros en enviar un glés, no muy claramente honraba asi Institut Latein Amerika honroso telegrama, redactado con seneel idioma de su tierra de asilo mas en midt fundó, y trabajaba con éste en su ra sobriedad admonitiva en reclamo de cuanto comenzaba a tocar temas profunbiblioteca en Grudewald. Eventualmen mi vida. El texto de aquel mensaje no dos se deslizaba casi sin dejarlo sentir te conversé más de una vez con el justa reproducido aquí por muy obvias razo. hacia la lengua alemana. Entremezclaba mente llamado Aristóteles de nuestro nes es ciertamente una de aquellas ciertas vocablos germanos con los ingletiempo. y le escuchaba tanto en grandes e inmerecidas compensaciones ses. Zeit, Bewegung, Materie, etc.
conversaciones con Goldschmidt como que la vida depara, cuya fuerza moral y luego entraba de lleno en el caudal de en las que de semana en semana soste sirve de compañía y estímulo en los si. su lengua nativa durante largos períodos.
nía públicamente con Plank en la roton lencios adversos.
Entonces, su pensamiento parecía más da del Instituto de Ciencias; amables tor. Una vez creo que este episodio va denso y luminoso.
neos verbales que eran presenciados por incluso en las notas compiladas en mi En su sencilla casa de Princeton fue gran número de gentes interesadas en libro Ex Combatientes y Desocupados para mi un huésped auspicioso. Me invilos problemas de la Relatividad y el comenrelaté a Einstein una agudeza o chis to a pasear su soleado jardin Quanta.
te científico del astrónomo bonaerense zaba la primavera y cuando cerca de su 60 que Goldschsus Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica