REPERTORIO AMERICANO 55 De la vida en la costa de llevarla a la cama y hacerle tratamientos caseros para reanimarla. Daba compasión su cuerpo contuso, sangrante, lleno de larvas de moscas. Es un cuento agreste de María de Noguera)
sus (En Rep. Amer. El tigre, después de matar la tortuga y saciar el hambre siguió a la muchacha (Dedico este cuento con de olfateando sus huellas, pero ella en un suvoción y cariño a la eminente premo esfuerzo pudo llegar junto a la educadora costarricense Doccasa y salvarse. Gracias a las manos ca.
tora Emma Gamboa Alvarado.
ritativas de las mujeres y demás moraMaría de Noguera. dores de la vivienda, recobró pronto su Santa Cruz de Guanacaste, 15 estado normal y pudo compartir las dulde Agosto de 1954.
ces horas del hogar costero. Pero un día fue sorprendida por el Resguardo Fiscal. No volveremos a vernos, Julián. apenaes a la infeliz en voz de moribunel fatal Resguardo. venían buscándola decía Chepita Espinosa a su novio Julián da. Azotada con la mayor crueldad y ya sin esperanzas porque creyeron que la Rivas, en la entrevista bajo los aceitunos cuando parecía exánime la desató el pa habia devorado el tigre.
frente al mar. prosiguió. Mi padre dre dejándola abandonada en el suelo está enojadísimo por lo del Resguardo. medio cubierta con las ropas. Horas des. Debemos presentarla al Juez, le dipués empezó a moverse; la brisa del mar jeron, Ud. no debe temer nada. Su padre. Qué tenemos que ver nosotros la había refrescado y poco a poco está en la cárcel desde el día que la cas.
con el enojo de los viejos? Allá ellos que venas golpeadas dejaban paso suficiente tigó, fué delatado por Julián Rivas.
se arreglen como quieran. El tuyo está a la circulación. Recobró el conocimienSin reaccionar sobre tales informe se enojado por lo del resguardo, y el mío to, se acercó al mar. Lavó sus carnes lasdespidió con lágrimas de gratitud, de la porque le dijeron que don Jacinto (patimadas y hubo perfecta luz en su consfamilia a quien le debía la vida y se fue dre de Chepita) tenía escondida la vacu ciencia. Alentó la idea de escapar de las con los guardas camino de la ciudad.
alazana pintada y por eso pidió el regis manos de su padre cruel e injusto. TamEn la sala ante el Juez del Crimen fue tro de la finca de Uds. Vos sabés que han baleante aún se fue caminando por la oriinterrogada: sido amigos, que se han hecho muchos lla del mar, estrecha cada vez más por servicios como buenos vecinos; por eso estar en creciente pero ella conocía los Su nombre. mismo mi padre se extraño de la mala ju atrochos y los vados de los esteros. Cami. Josefa Espinosa.
gada y es la causa de su enojo y resentinó y camino, ya la noche, se venía enci. Edad?
miento. El no la creía pero hubo quien se ma. Llegó al primer atrocho; conoció el Diez y seis años.
lo asegurara y ahí está la cosa. Pero repi. ruido que se dejaba escuchar, era el tri Es verdad que su padre la azotó to, eso no debe separarnos Chepita. qué turar de huesos que produce el tigre al desnuda y colgada de un árbol?
haré yo sin tí?
devorar una víctima. Oyó el rugido re. Sí es cierto.
petidamente, lo que la obligó a correr Debes comprender Julián que mi depara salir al clarete costero. El tigre la si Por qué la castigo, ber es obedecer y sentir con mi padre guió, lo vió a la luz de la luna ya cuando Porque me encontró conversando el ultraje recibido. Yo te amo también, ella llegaba a la boca del estero que en con mi novio Julián Rivas escondidos a ya te lo he dicho, pero antes que tu amor contró desbordado por la creciente del la orilla del mar.
está mi familia.
mar. Ante dos peligros eminentes esco. Solamente por eso?
Ambos volvieron la mirada como por gió el de mayor posibilidad de salir con Sí señor.
vida. Se lanzó al estero precisamente en impulso eléctrico hacia el montículo in Qué sabe Ud. de una vaca alazana mediato porque habían oído en esa direcel instante en que el tigre caía de un salción precisamente, el triz triz de una ra.
to en el lugar donde estuvo parada. Na pintada de don Antonio Rivas, vecino de mita seca al quebrarse. Su emoción fue do con éxito continuando luego su odisea Uds. que se perdió hace unos días?
de espanto al mirar ante ellos a don Japor las arenas marinas. La luna alumbró Absolutamente nada.
en plenitud. Con grandes esperanzas veía cinto, padre de Chepita, éste llevaba escopeta, cruceta al cinto y su manila de alejarse el peligro que le ofrecía la ira in prosiguió el Juez: ahora pasará Ud.
lazar.
justa de su padre y meditando en ello la al consultorio del médico para que dicsorprendió el bramido de otro tigre que tamine sobre el castigo corporal que le Ah. si. con que este es tu la seguía. Ella conocía esas voces de la dió su padre. de lo que diga el médico escondedero, mala hija. vocifero el selva, por lo que comprendió que ésta dependerá la sentencia judicial.
viejo lleno de ira. dijo al muchacho: segunda fiera estaba hambrienta. Cami Vete, antes que me haga desgraciado. nó entonces por el agua, de por sí la ca ¿Qué pide Ud. contra su padre. Quiso hablar el pobre Julián pero se ricia de las olas le daba bienestar. El tiA lo que respondió la muchacha: deseo se le dé libertad porque está enfermo.
le ahogaron las palabras ante el calibre gre, astuto, olfateando caminaba a la par, de la escopeta de don Jacinto puesto en por lo seco. Un rato después, como por Eso no es posible, respondió el Juez.
su pecho.
milagro apareció una tortuga de las granPor ley tiene que ser castigado aunque des llamadas báulas. escarbando para Ud. lo perdone. Anda, vete. repitió el viejo, la su nidada. El tigre hambriento cayó so Entonces, señor Juez, deme licencia Chepa me dará las explicaciones. En bre el inocente animal. mientras la mude permanecer en la cárcel al lado de mi el acto tomó a la muchacha de un brazo chacha que atisbaba con inteligencia, sa padre, sea cual fuere el tiempo que señay se interno con ella en la montaña. Poco lió del agua y echó a correr.
le la sentencia. Tengo que demostrarle rato después se oía el restallar del látigo Declinaba ya la esplendorosa luna a él que seré obediente olvidando para que caía en las tiernas carnes de Chepita cuando se oyó el ladrido de numerosos siempre el amor de Julián Rivas.
Espinosa, quien desnuda colgaba de una rama tocando el suelo apenas con la punperros de una casa costera, mezclados de vez en cuando con el bramido del tigre ta de los pies. El padre azotaba y rugía: que atrevido trataba de acercarse a la visí, ya comprendo, vos fuiste la que le divienda. Despertaron los moradores y sajiste al compadre Antonio que yo maté lieron al patio dos muchachos con sus resla vaca. Vos fuiste, porque sólo vos sapectivas escopetas y, cuál no sería su bías lo que yo había hecho. Sólo vos saasombro al encontrar en el suelo, junto bías donde enterramos el cuero y los cueral alero, el cuerpo exánime de una muAbogado y Notario nos. Vos le dijiste a ese cochino con quien jer.
te hallé. San José. Costa Rica No, padre, se lo juro por Dios Apartado 2352 que. Pero si es Chepita Espinozal. exnada he dicho. Esto se le entendía clamaron las mujeres de la casa después Lic. Aníbal Arias Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica