136 REPERTORIO AMERICANO La tierra de las Nahuyacas. de Carlos Wyld Ospina Nota crítica de Ofelia RODRIGUEZ ACOSTA La autora de la siguiente nota críti. En Rep. Amer. de psicología, de atisbos en los detalles. Se ca es Ofelia Rodríguez Acosta, gran noreconcilia una con Flori, ya Florinda. Se velista y escritora cubana, residente en enorgullece una intelectualismo aparte la capital de México desde hace cerca de de Manuel, como si fuera de su propio tres lustros. Escribe novela fuerte y fihombre. Pero es tal la verdad de la vida na a la vez, de forma realista y fondo que Wyld Ospina refleja y vierte en esas psicológico. Creadora de caracteres propáginas, que se siente ruina y desolación.
fundamente humanos, conoce como poLa nobleza, la probidad moral de los percos novelistas continentales, además de sonajes, su rectificación humilde, humilde; la técnica de ese difícil género, el comlos estragos físicos del tiempo, las valoraplejo de los instintos, las pasiones y los ciones estoicas y tardías, los mea culpa. sentimientos del hombre común y del lo irremediable, todo, todo hiere de nostalhombre extraordinario. Son escasos los gia, tristeza, impotencia. y dulzura rota y escritores que llegan a poseer un estilo amargura resignada. Este cuento, traduci.
propio: Ofelia Rodríguez Acosta pertedo al inglés, al francés, al alemán, sin de nece a tal grupo de privilegiados, y su jar de ser nuestro, americano nuestro, seestilo es maravillosamente vibrante, coría vida universal encarnable en toda realorido, ágil, rico de matiz y sutileza de lidad individual, en toda experiencia entonos. Como característica superior, se trañable.
advierte la tendencia dramática de su Ausencia total de literatura, de artifitemperamento artístico, que encarna un ciosa explicación a modo de entendimiensentido trágico de la vida y del destino to o excusa, en Juan Barrabás, capaz de humano.
honradez por su hija; honradez que es quiSu nombre y su obra son extraños a zá hombría. Salva siempre el autor la homesa gloriola que, de manera tan profusa bría en el macho. en bruto. Acaso no siemy convencional, se prodiga en Hispano.
pre. Por lo menos, me parece que no en América a tanta mediocridad literaria SIXENCH Felipe Esquipulas, el único ladino, creo, el por cierta prensa inescrupulosa y balaúnico bribón. de su pantalla. Se independí, y por la legión de críticos impredizó de su creador. éste se olvidó de sí parados, de manga ancha, que infestan Carlos Wyld Ospina mismo. Felipe le ganó el pleito. Entonces el mundo de habla castellana. Pero esta (Julio de 1930) todo es breve, salvaje, brutal; pero no cruel, singular autora es dueña, por derecho no morboso. El viejo Diego Simón es eso: propio, de una alta reputación entre esbrutal, bestial, obsedido mental, cobarde; critores auténticos y críticos de verdad.
Que, si no tiene tabús en literatura, tampo. pero no es sádico, no es asesino. Para ser entre sus calidades intelectuales, pre co tiene fetichismos. Jamás hace a sus pro sádico tenía que ser una de dos cosas: cisamente sobresale su talento crítico, tagonistas nauseabundos, aun cuando al patológico. o civilizado. Tal parece que de excepcional delicadeza, aguda penetrabajarlos como material humano, se mues cuanto él odia es su vejez. Odia el vientre tración y lejano alcance. El hecho es tra, como se dice en música, fiel a la par de la mujer, no su sexo. Su esterilidad selógico, porque todo buen novelista entitura.
nil es lo que aborrece. Es el testimonio lo cierra a un sagaz autocrítico, y por conEl secreto está. me parece en dos que le deshonra y humilla. El concepto de siguiente, resulta un buen crítico de la orientaciones de su espíritu: una, por donmacho, en esos hombres de la tierra, me producción ajena.
de se marca su sentido estético, ese que parece el mismo o equivalente al de la feLa producción bibliográfica de Ofelia puede descubrir tanta belleza en las Bru cundidad, como en Manuel Abrasán. De Rodríguez Acosta no es muy extensa, jas como en la Maja de Goya; la otra, su todas maneras, Diego Simón horroriza, pepero es de calidad. He aquí la nómira ternura. Decir de su comprensión, cons.
ro Felipe Esquipulas repugna. Lo acepto, de sus novelas: La vida manda, Dolien.
ciente; de su piedad, subconsciente, no es tal como está, en escritora, porque está tes, El triunfo de la débil presa, En la decirlo todo ni exactamente. Es lo que en bien hecho, difícilmente bien hecho. Bien noche del mundo, Sonata interrumpida noblece comprensión y piedad: la ternuhecho de asco, de base escurridiza, de dey La dama del arcón (muy bien recibira. Tanto en La mala hembra como en Los generación. No la animalidad feroz del vieda por la crítica y el público de Hispano América. Acaba de concluir otra no.
dos, Wyld Ospina no acaba por condenar jo escarnecido sino la eyaculación crimia las féminas de su creación. Creación. nal: el criminal es el otro, Felipe Esqui.
vela, próxima a publicarse, que acaso se.
rá el remate glorioso de su carrera liteaunque puede existir alguna modelo. pulas. La mujer, aquí. ni es mujer ni es Aún más: el autor inhibe, elimina la mohembra. Para qué decir lo que es. Del esraria: Hágase la luz. Ha publicado aderaleja convencional del lector, sea hipócri critor lo que hay que esperar, y desear, es más dos libros de crónicas y una confe.
ta, sea sincera. Para mí, eso es Arte. y que trate bien lo que escogió como tema.
rencia: La tragedia social de la mujer; el acierto máximo de Wyld Ospina está eso es Hombre.
y es autora de un ensayo acerca del En la vida real no puede haber tratado en el realismo de sus situaciones, de sus máximo José Martí. Algunas de sus obras relieves.
fueron escritas durante su permanencia mal a ninguna mujer, aun cuando mucho en Europa. Ha desempeñado honrosas daño le haya podido hacer alguna. En sus El estilo, en toda la obra, me deleitó misiones culturales en el extranjero, por historias, conduce a las mujeres con una sencillamente. Es limpio en su energía, coencargo del gobierno de su país, Cuba amorosidad perdonadora, con un sentimien. mo el escritor. Desapruebo en nuestros esto de belleza sutil. lo curioso es que hay critores iberoamericanos de hoy, en genela maravillosa.
algo de eso también con los hombres, cuan ral, ese afán, que con lamentable harta fredo se trata, por ejemplo, de un indio neto, cuencia desahogan, del decir grosero y obsNo empecé por su orden la lectura del sin adulteraciones de sangre o de ambien ceno. Sí que a veces la mala palabra se libro. El cintillo de la frase que encabeza te. Recios, sus varones; duros para el tra. impone en el tipo y en la ocasión. Yo misel segundo cuento, y que dice: Esa cosa bajo y la honradez; sanos y enteros para ma lo hice, por dos veces, en La dama del áspera que se llama la vida. me hizo leer el amor arcón, por boca de Alberto, cuando se ve primero La mala hembra. Fuerte, espeso, Los dos me dejó, me dejaron honda perdido, acorralado. Pero un hombre como pero ni perverso ni grosero. Su fuerza es mente triste. Hasta dónde la terrible y ex. él, en la circunstancia de verse atrapado, virilidad, no brutalidad, y esto no obstan trañamente fascinante debilidad de la mu tiene que soltar una palabrota. Hoy se ha te el tema. través de todos sus relatos jer hiedra que vence al muro, puede perdido toda noción de la medida. Muchos vibrantes, bravos el autor no puede (y desmoronar a un hombre tan cabal y tan escritores de nuestra América expresan el seguro que no quiere) evitar la delicadeza fornido, dentro de él, como Manuel Abra alma, la personalidad, los instintos, lo geen la crudeza. Yo creo que es porque él sán. Una, mujer, siente cólera. y emoción. nuino del carácter individual de nuestros no enjuicia a sus personajes al escribir. El encuentro final en el tren es admirable pueblos y sus medios o ambientes: indios. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica