REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANA Tomo XLVII San José, Costa Rica 1952 Jueves 15 de Mayo 17 Año XXXII No. 1137 Homenaje a Sor JUANA INÉS DE LA CRUZ en la Biblioteca del Congreso de los EE. UU. Testimonios enviados al Rep. Amer. por Wash. Palabras del Embajador de México, Rafael de la Colina, 12 de noviembre de 1951. ra a nuestra vista asombrada, con fulgores diamantinos, al disiparse los prejuicios an.
tigongoristas que por tanto tiempo ensombrecieron su memoria. Sus recias virtudes y su vastísimo talento, cultivados con sin.
gular esmero, aureolan la figura portentotosa de la divina monja. esta egregia representante de las mujeres de mi Patria grande en el pensamiento, sublime en la acción rindamos hoy el máximo homenaje de nuestra de voción imperecedera, y de nuestra admiración perdurable. Salve, Sor Juana Inés de la Cruz, símbolo y paradigma de la más acendrada mexicanidad! 000 Sor Juana (En el Suplemento Nº de Xallixtli.
co. Guadalajara, Jal. México. Qué podría yo decir a lo que esta noche se ha dicho con gala de erudición, donosura y elegancia en loor de nuestra máxima poetisa?
Debería yo por tanto limitarme a clausurar el presente acto, ofreciendo el testimonio de mi agradecimiento fervoroso, como mexicano y como Embajador de la Nación que fuera la cuna del Cisne de Nepantla, a los organizadores de esta inolvidable velada, especialmente al honorable Doctor Luther Evans, ilustre Director de la monumental Biblioteca euya hospitalidad nos ha sido brindada de modo tan generoso; a mi dilecto amigo, el Excelentísimo señor Embajador de la República de Honduras, Presidente del Ateneo y eminente hombre de letras, a quien por igual reclaman su Pa.
tria y la mía, y a mi carísima conterránea, doña Amalia de Castillo Ledón, a quien las hadas que presidieron su nacimiento ofrendaron por parejo inteligencia, bondad, gracia y belleza.
Apartándome empero de lo que la prudencia me dicta, voy a pronunciar unas cuantas palabras para rendir mi exaltado tributo a la insigna monja jerónima, cuya aparición en el escenario mexicano tuvo algo de sobrenatural y milagroso, al decir del renombrado polígrafo don Marcelino Menéndez y Pelayo.
Española de origen y educación, apunta en ella sin embargo, el genio característico de lo inconfundiblemente mexicano finura, delicadeza, profundidad, aunadas a un espíritu analítico de extraordinaria perspicacia y a una independencia de criterio que en los estrechos moldes del régimen colonial deben de haberle causado a la vez desazón y pesadumbre.
Su innato buen gusto no deja que la arrastre el espumoso torrente del culteranismo predominante; su inteligencia poderosa le permite entrever los errores y las fallas de la sociedad a que pertenece y de la que, por otra parte, fué leal y brillanti simo exponente; el amor a su suelo natal se revela a menudo en sus incomparables poesías; su compasiva preocupación por la triste suerte de los indios sojuzgados brota aquí y allá en sus escritos; su sensibili.
dad exquisita la impulsa a fustigar la hipocresía y la maldad, como lo hiciera magistralmente en sus célebres redondillas.
En los albores de nuestra literatura nacional el ilustre nombre de aquella a quien sus contemporáneos apellidaran Fénix del Occidente, se alza majestuoso y señero. En la perspectiva de los siglos se ofrece ahoSor Juana, valor universal (Palabras del Dr. Luther Evans, Bibliotecario del Congreso de los Estados Unidos, en la ceremonia de home.
naje a Sor Juan Inés de la Cruz en su tercer centenario, el 12 de noviembre de 1951. Señores embajadores, señoras y señores: Tengo en esta noche el gran placer de dar la bienvenida al distinguido grupo que ha organizado un certamen literario continental en honor de Sor Juana Inés de la Cruz, al cumplirse tres siglos de su nacimiento. El Presidente del Ateneo Americano de Washington y la Presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres, que han sido los padrinos de este certamen, explicarán la significación de la monja mexicana como poeta, humanista y precursora de la emancipación de la mujer.
Sor Juana Inés de la Cruz fué, en el or.
den intelectual, la niña prodigio de la Nueva España en la segunda mitad del siglo xvii. Hoy es una de las figuras más altas en el mundo en que se estudia las letras hispanoamericanas.
Su Excelencia el Embajador de México podrá testimoniar el hecho de que Sor Juana es, para los mexicanos de hoy, no sólo un nombre prominente en el mundo de la fama, sino una fuente constante de inspiración y un orgullo nacional.
Centenares de escritores de todos los rum.
bos de América, que han participado en este certamen importante, han sido una demostración de que la Décima Musa. como llamaron a Sor Juana sus contemporáneos, es parte de la herencia común de la Amé.
rica Española. Ella estuvo profundamente enraizada en su tierra natal, pero ello no impidió que llegara a ser un valor universal.
El poeta de Costa Rica que recibirá el Primer Premio en el Certamen Internacional traducirá en esta noche los sentimienAlfredo Cardona Peña Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica