Joaquín García Monge

30 REPERTORIO AMERICANO Don José Toribio Medina.
davía gravitan y configuran nuestra compleja realidad colectiva. así los papeles (Viene de la pág. 24) de este gran albacea de la Historia como nista. Pero hay además en esos países y los de su colega de México don Joaquín en Andalucía y Extremadura poblachones Puede ya afirmarse desde la perspectiva García Icazbalceta, mantienen suma actuaperdidos, ciudades que vinieron a menos de su centenario que acaso nuestra Histolidad y vigencia para la reconstrucción del y a donde llegará, también, el gran viaje. ria narrativa no alcanza aún toda la varie.
pasado. Medina como Bello, como Rufino ro preguntador. Le oía contar de un terri dad de temas y asuntos reunidos en la gran José Cuervo, como Diego Barros Arana per.
ble invierno en la fortaleza de Simancas prospección documental de don José Totenece a ese linaje de gigantescos trabajaque parecía más que Archivo, gélida y me ribio Medina. La Historiografía hispanodores que resarcen al hombre criollo de dieval tumba de los Reyes católicos, cuan americana del siglo xix fué sobre todo, gue.
aquel cargo de pereza e improvisación con do la calefacción y la técnica archivística rrera y política; ceñida al testimonio ofique muchas veces se juzgó nuestro disconmoderna no llegaba todavía a sus ateridos tinuo trabajo intelectual. Son hombrescial y externo sin penetrar casi en aquel muros góticos. El investigador pide un bra. oculto meollo intra histórico que preocupaAtlas que se echaban sobre la espalda la sero que es casi también del siglo XVlabor crítica y organizadora que en países ba tanto a don Miguel de Unamuno. Fué porque se le están congelando las manos Historia de Estado más que de Pueblo. de mayor sosiego y tradición, cumplirían junto a los papeles de Cristóbal Colón. mérito relevante del gran erudito chileno academias e institutos enteros. En ellos, el legado cultural de América es como un Afuera, en un paisaje que semeja de Libro es haber sido el primer Adelantado de esas de horas, como un caballo loco, está soplan rutas que han de nutrir nuevas y muy proAmazonas opuiento, cruzado de afluentes y meandros para que en él abreve y se diverdo sobre la estepa lunar el gran viento de misorias investigaciones en nuestro pasaCastilla; el viento contradictorio de la aven do social y cultural. En la masa de docusifique, de acuerdo con el avance de las téctura conquistadora y de las llamas de la mentos que el ordenó, por ejemplo, en sus nicas y especializaciones, el conocimiento de nuestra vida histórica. Tuvo además su Inquisición.
libros sobre la Inquisición chilena, peruatarea y por ello se asocian a la conme.
Otras veces sus andanzas de erudito que na y neogranadina, el historiador, el soció.
moración chilena de su centenario todos él contaba con áspera y sazonada gracia, se logo y el artista descubren otros aspectos los países de América aquel sentido conconfundían con escenas de turbulencia y de la sociedad criolla que contrastan con los tinentalista y de unidad del Nuevo Mundo desorden de varios países latino america más conformistas y convencionales inforque puede seguirse desde las Leyes de Innos hasta muy avanzado el glo presente. mes de Gobernadores y Virreyes o de la dias y los escritos de Las Casas hasta las El hubo de presenciar revoluciones, bala literatura panegirica. Junto al fonnalismo proclamas de Bolívar. Su ingente obra inceras, asalto de trenes por bandidos en re. y liturgia imponente de las grandes estructuras de Estado e Iglesia, penetramos aqui vestigadora es como otro templo de Potosí motas provincias de México y Guatemala o catedral indiana, de aquellas que labra.
a donde le condujo su inquietud pesquisa en zonas más soterradas y angustiosas de ban piedra a piedra y como para que dura.
dora. Recordaba un significativo diálogo la sociedad. Se nos explican allí, y por sose una eternidad, los artífices de la Colo.
con Estrada Cabrera, el sombrío tirano de bre el externo cambio jurídico que dife.
nia que casi no querían cobrarse en la tie Guatemala, pocos días antes de la cruenta rencia a las antiguas provincias ultramarevolución que le entregó a la vindicta po rinas del Imperio español de las repúblirra, porque aspiraban a conquistar el Cielo.
pular. El muy zamarro Licenciado. pro cas de hoy, una serie de problemas que to Caracas. 1952.
tagonista de la genial novela de Miguel Angel Asturias, no podía explicarse como un hombre puede viajar de uno a otro confín En el Nilo de América en busca de papeles viejos. Aquí debe haber gato encerrado. piensa (En Rep. Amer. el cauteloso señor Presidente. por corta Dedico el presente pasaje de la trenzadas las cabelleras, renuevan el aire providencia, mientras Medina reconstruye vida regia del Egipto, al Maestro con anchurosos abanicos, mientras la guarla lejana vida de Pedro de Alvarado, de Joaquín García Monge.
dia nubia, fornida y herculea, pasea por Bernal Díaz del Castillo o del florido crolos anchos corredores. Cefis, la tebana, su Cleopatra, la bella, la reina del Egipto, nista Remesal, es escoltado por agentes de rodeada de esclavas, da la última mano a esclava favorita, le hace un signo, y al punla policía. Así no le molestarán los indios. to, multitud de braserillos tintinean, al chole dice sarcásticamente el Licenciado Es. su regio tocado. Desde el balcón de su palacar contra el piso de porfido, y volutas azu.
cio de recreo, gallarda y varonil, vése la trada Cabrera linas en caprichosas espirales ascienden flota romana. Marco Antonio llega en ella.
Tornaba a Chile de esos viajes con toEn la terraza, de intercolumpios de jaslentamente embalsamando la estancia.
do un botín de pretérito. Venían los bultos pe y balaustrada de mármol, reclinada en Luego chirriando al correr sobre metahenchidos de viejas monedas y medallas muelle triclinium y envuelta en el real manlicas anillas, se pliega una cortina, dejan.
para sus estudios de numismática ameri to, está la hermosa Cleopatra, el mórbido do ver un proscenio, donde esclavas egipcana; de catecismos, cartillas y manuales brazo hundido en el almohadón, mientras cias sobre pieles albas túnicas vistiendo, de confesión en lenguas indígenas; de caruna de sus manos ensortija, distraída, la desnudo el torso y las sienes ceñidas por tas geográficas y derroteros para sus es: ondulante cabellera. Sus pies blandamente diademas, pulsan unas grandes arpas, copléndidos estudios sobre los navegantes aprisionados en babuchas cuajadas de pie. mo camaleones curvados, con cabezas de del Océano Pacífico; de impresos raros pacariátide; otras, címbalos y flautas, miendras preciosas, rasgan con el claveteado de ra sus monumentales bibliografías sobre oro, la solicromática alfombra de Smirna. tras varias de pie, los extendidos brazos la Imprenta en México, en Puebla de los la flotante sedosa túnica, con orlas argen.
en actitud dramática y con voz suave, canAngeles, en Guatemala, en Caracas, en Quitadas y franjas exóticas, modela los encanturrean extrañas canciones, impregnadas to, en las principales ciudades indianas; tadores escorzos de su carne de diosa.
de melancolía. Aquella música parece apro.
de abultados procesos donde el alma más piada para un país como el Egipto, donde gazmoña, soterrada e intrigante de la épo su alcance y pendiente del corolítico todo se distingue por ese sello de monoto ábaco de una columna salomónica, se baca colonial bisbisea tras de los confesionanía que le dan sus graníticas construcciorios y cámaras del secreto del Tribunal lancea a impulsos de la brisa florestal, un ries, siempre las mismas, vaciadas en un de la Inquisición. los eruditos de todo el grandioso abanico de plumas bizarras. Cleomolde común.
mundo solían disputarse ciertas numeradas patra lo abre, contemplando aburrida el bello paisaje. Su gacela, mimosa y ágil, pe Al poco rato, otro signo de Cleopatra y muy pulcras ediciones elzevirianas imhizo cesar la música. su vista entretúnetra en la estancia, derriba dos o tres ne.
presas en un tallercito doméstico en que grillos y de un salto sube al triclinium, vose contemplando los antiguos tapices de el autor y su esposa eran los mejores ticolor sombrío, decorado con las fantásticas apelotonándose a sus pies; ella acaricia el pógrafos. Tan buena obra de artesanía y luchas de Osiris y Tifón con los guerreros suave y mullido pelaje del animal, palmo.
limpio trabajo manual, y ciertas comidas de Sesostris. Las dos esfinges que, mudas, tea su coposa cabeza y en un instante de para los amigos académicos preparadas con inmóviles, reposaban en sus pedestales de locura la besa.
viejas recetas conventuales que comenzapiedra, se doraban con los últimos rayos ban, acaso, con el chilenísimo charqui. su alrededor reina sepulcral silencio.
del sol. los bajosrelieves, las cornisas cán de los padres agustinos para finali. El enjambre de esclavas sentadas sobre egipcias de líneas frías y severas, destazar con los alfajores y suspiros de las pieles, las cabezas inclinadas, esperan si.
cábanse mejor.
madres clarisas, eran casi los únicos ocios lenciosas las órdenes de su señora. Tres de aquella pareja ejemplar.
griegas hermosísimas, semi desnudas, des Aquella tarde Cleopatra está hondamen Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica