156 REPERTORIO AMERICANO Dr. García Carrillo CARDIOLOGIA (Radioscopía y Electrocardiografía. METABOLISMO, VENAS VARICOSAS.
sona toSus teléfonos: 1254 y 3754 la satisfacción que tenía en que el doctor Guerra siendo español, continuase desempeñando aquel cargo 51.
La conducta del clero escuiar y regular, los monasterios de religiosos, en general, como aquéllos de Tunja, según diría Bolívar a Santander en carta del 26 de setiem.
bre, no podía ser superada, salvo alguno que otro lunar, en cuanto a sus miras de adhesión a la causa de la Independencia.
Empero, pronto había de darse públicamente y a los cuatro vientos, la nota discordante y displicente: la responsabilidad de ello sobrevino sobre el Obispo de Cartage.
na, Gregorio Josef. En una fulminante y extensa pastoral de setiembre de 1812 52, atacaba despiadadamente los proyectos republicanos y a sus paladines, singularizándose, por derecho, a Bolívar. Revelando desde un principio sus motivos partidaristas, el prelado y los suyos veían con profunda consternación y desacierto la entrada del enemigo de Dios y del Rey en Santa e, en esta Babilonia ingrata cuyos habitantes se habían entregado al estudio abominable de falsas filosofías. Consecuencia: como su reino no es de este mundo, por desprenderlos de los bienes mundanos debemos aliviarles la conciencia 54.
definitivo y se efectuaría la emancipación completa de Venezuela 46. partir de estos tiempos, y con el correr de los años, hubo de acrecentar en rigor la empresa magna, con ella se acentuaron más y más en heroico crescendo, las complicaciones político militares. Con el transcurso de los hechos la fuerza y am plitud de aquel sistema político religioso que había imperado por centurias en la Colonia, organización cuya validez ahora se denegaba, fué perdiendo su auge y empuje según acrecentaba, en un vaivén de triunfos y derrotas, la prepotencia del ideal de emancipación; propósito que, para asegurar su triunfo, no se entendía en tolerar, sin sofocarlos, todos aquellos incentivos que en lugar alguno se proporcionasen a la gue.
rra sorda. Pedíanse eficaces y enérgicas providencias contra los que extraviasen la opinión pública a no ser que las contemporizaciones e impunidades destruyesen los fines que la Revolución se proponía. Mas el rigor de la ley debía recaer sobre todos por igual, sobre los incautos y desavenidos, contra los de fuera, y los de casa; porque cabe indicar que la vida militar suscitala lamentables episodios hijos de la impericia y el espíritu de indiferente subordinación.
Tráigase a memoria el quejoso caso del General Piar que hubo de culminar con su fusilamiento; y de importancia también, el escandaloso suceso de la muerte de los capuchinos de las misiones del Caroní. El in.
cidente sufrió varias interpretaciones, a juicio del venerable General José Félix Blanco, Gobernador a la sazón de dichas Misiones 47. De todos modos, era de común saber que estos religiosos, quienes ahora ocupaban las más fértiles parcelas, mejor cultivadas y productivas de la Guayana, y cuya preponderancia sobre los indios era tan autoritaria, habían mantenido desde mucho un abierto antagonismo al movimiento republicano 48.
Hecho de trascendencia y bien conocido es el que concierne con la batalla de Boyacá: episodio culminante en la liberación de la Nueva Granada a que sigue en diciembre 17 de 1819 la ley fundamental promulgada por el Congreso de Angostura, y declarándose por ella la unión del recién liberado Virreinato con la Capitanía Gene.
ral de Venezuela 49. Asegura Groot en su Historia Eclesiástica y Civil de Nueva Gra.
nada que la entrada de Bolívar en Santa Fe fué uno de los acontecimientos más gran.
diosos, solemnes y sentidos que se registran en los anales de aquella ciudad que hubo de transformarse en dicha ocasión en un ser moral. Dictáronse medidas, y entre ellas, el Libertador:. les envió Dios irritado con su impiedad, el monstruo del siglo xix con una partida de salteadores y bandoleros. El que se dice libertador de Venezuela es el que ha vendido vuestra sangre a los negros de Santo Domingo y a unos pocos traidores a sus leyes, a su honor, a su patria, a su constitución, y a su Soberano.
Tras de exhortar a la legión inglesa a que desertase la infame y degradante causa republicana, se pide al venerable clero, secular y regular y a todos los fieles cristianos estantes y visitantes de la diócesis, so pena de incurrir en grave y mortal pecado, acatarse, con sumisión devota y profundo respeto, a la voluntad del Rey y sus autoridades. este o parecido edicto podría haberse referido Bolívar cuando desde Pamplona escribía a Santander el de noviembre del 19: Sombria y dolorosa es la relación de aquella sorprendente marcha en la campaña de Bogotá; relación hecha por un patriota granadino que en calidad de aventurero habíase unido al Estado Mayor del ejército libertador. juicio de este tenaz republicano 55, muy a pesar de que por todas partes resonaban los más horribles dicterios con que se pretendía poner en duda la conducta de Bolívar, acumulando sobre él los calumniosos epítetos de cruei, sanguinario, asesino, el Libertador se condujo con excesiva generosidad; obró siempre con el más encomiástico tino y sabia pruden.
cia; y si algo podría habérsele imputado, tanto a él como a sus militares, fué el ha.
ber puesto en marcha los ideales de los pueblos hacia la revolución, haciéndoles conocer sus derechos, inspirando en ellos el deseo de sustraerse de la dependencia de España. Precisa recordar este testimonio a la luz de los juicios emitidos en la pastoral de Gregorio Josef. para más evidencia contradictoria a éstos, tráigase a cuen.
ta que, entre los muchos decretos del Liber.
tador en marcha, dictóse una inedida de equidad y de respeto al culto católico aliviando con ella la escasez y miseria a que estaban reducidas pobres religiosas conven.
tuales de la comarca 56; medítese otro tanto en cómo el cabildo eclesiástico de Santa Fe hubo de mostrar su patriotismo ayudan.
do a formar rentas con qué promover la prosecución de la guerra 57; así también, la adhesión a este propósito manifestada por el clero de pueblos y lugares convecinos según lo atestiguan las listas de innumerables donantes publicadas en la gaceta del 18 de noviembre, y en publicación oficial hecha por el Gobierno mismo 58.
De todos modos, la pastoral del Obispo de Cartagena fué, como había de esperarse, propiamente rebatida, pero no por Bolívar, mas por un patriota, en las planas del Correo del Orinoco, NO 58 59. Antes de em.
prenderla contra el Obispo Josef, el articulista tomó ocasión de arremeter contra ese catálogo de mentiras. la Sábelotodo que llaman Gaceta de Caracas y contra otra pastoral de fecha anterior, obra del Obispo de Mérida. éste se le señala como uno de los tantos que venían a nuestras; tierras, no a ser pastores de almas, apacen.
tadores de la grey de Jesucristo, sino a mantenerla uncida al yugo de la opresión.
Continúa el refutante volviendo al de Cartagena. Se acuerda Ud. de una pastoral goda que yo encontré en la mesa de Ud. y se la envié como un modelo al padre Guerra? Pues que la busque el padre Cuervo, y la copie ya que no sabe escribir, sin más variación que la de los nombres y la fecha. Allá nos llaman tiraros, usurpadores, bandidos, ladrones: Sin lisonja. a quiénes les vienen mejor estos nombres. Fernando y a los españoles no les viene de molde? 53 Dirigió un oficio al cabildo eclesiástico con fecha del 13 de agosto, pidién.
dole que dispusiese una fiesta solenne de acción de gracias al Todopoderoso en la iglesia Catedral. El cabildo así lo dispuso. 50 Este padre Cuervo, a propósito, que llegó a ser más adelante arcediano de Bogotá, era uno de los que le molia la paciencia al Libertador con sus cartitas y pastorales; quien por nuestros gravísimos pe.
cados lo hemos hecho provisor al decir de Bolívar. Otrosí, la imputación de ladrones podría haberse apoyado en hechos como el que nos revela esta declaración del Libertador: la misa, hecha con extraordinaria pompa y Te Deum, asistió numerosísimo gen.
tío, prestándole gran honor y lucidez al acto la presencia de Bolívar con los oficia.
les del ejército.
En otra disposición se recomendó nombrar nuevo gobernador del Arzobispado por creerse que el doctor Francisco Javier Gue.
rra había emigrado. No siendo este el caso y notificado el Libertador, éste manifesto. sobre los diezmos. Hasta ahora no se han tomado más que 11, 000 de los señores Canónigos, entre Tunja y Pamplona.
Cuando tomásemos la mitad de sus rentas, no haríamos más que ponerlos a medio sueldo como está todo el mundo. Res.
peto mucho su ministerio sagrado, pero Asombra ver hasta que punto ha podido el Gobierno Español prostituir pues tos tan santos, y ver entronizada con la Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica