280 REPERTORIO AMERICANO ARGENTINA CREADORA Refugio de paz y trabajo de Francisco Romero Veinte minutos de tren de Buenos Aires a Martínez. Esta última es una pintoresca población. En ella reside el filósofo Francisco Romero.
En la inauguración del Colegio Libre de Estudios Superiores, tuve el honor de ser atentamente invitado por él, para que departiésemos en su casa, situada en el lugar de refcrenc Un sábado, acompañado por el doctor Juan Mantovani, visité a Francisco Romero. Ojalá no se tome a petulancia mía el que diga así: Francisco Romero. Acaso existe un epíteto lo suficientemente sintético y expresivo para calificar a un hombre que es cima del pensamiento americano? Ni siquiera don Francisco debe decirsele. Recuerdo que a don Alberto más le placía que le llamasen Masferrer. El Don opinaba siento que me distancia de los demás. tenía razón el pensador de América.
Cordialmente me recibió el filósofo argentino. Después del saludo, pasamos a un predio, donde circulaba una brisa de terciopelo.
Se inició la charla en un clima amigable. Me expreso en esta forma, porque yo, siendo el menor en talla intelectual, no senti durante el tiempo que estuve a su lado, el más leve signo de superioridad. Manifesté a Francisco Romero que en Centro América se admira su obra. Que en El Salvador, desde luego. Agradeció el concepto, agregando que en el suplemento literario de El Diario de Hoy, le habían reproducido algunos trabajos suyos. El doctor Mantovani dijo que cuando él permaneció allí con motivo de la Jornada Universitaria, el doctor Sarbelio Navarrete habíale ha.
blado de las obras filosóficas de Romero, en términos elogiosos. Minutos después me pidió éste la nueva dirección del doctor Navarrete, para enviarle las últimamente publicadas.
Su gabinete de trabajo queda en el segundo piso. Impresionan de golpe los estantes repletos de libros y revistas. Unos adquiridos por él y otros enviados por grandes filósofos de América y de Europa. En un mueble, es pecial y cómodo, a manera de cajón, guarda los originales de su próximo libro a salir, titulado La teoría del Hombre, y hojas con apuntes y datos importantes. Como el doctor Romero es el encargado de la Sección Filosófica de la Editorial Losada, me di cuenta que bajo su sapiente dirección se han publicado más de 60 volúmenes. Antes dirigió la parte intelectual de la revista Realidad, que no aparece ya.
En cuanto lo creí oportuno recabé su opinión acerca de la conveniencia de introducir los Elementos de la Filosofía en los Programas de Enseñanza Secundaria, principalmente para los estudiantes de 5º curso de y Contestó que era de indiscutible utilidad hacerlo, porque necesitan los rudimentos de esa materia, para emprender con éxito los estudios de cualquier profesión con alguna base filosófica. veces el muchacho le teme a esta disciplina; en tal caso, los maestros deben viabilizar los métodos de la enseñanza de la Filosofía, para obtener buen resultado. Sin presunción de mi parte, añadi: En periódicos de mi país, El Salvador, he externado el criterio de que es necesario el conocimiento de aquella ciencia, en su fase elemental para dichos estudiantes, porque están ellos frente a sucesos de gran magnitud en el campo socialpolítico, y que, por lo tanto, deben adoptar la posición dictada y dirigida por un claro sentido de esas cosas; ya se ha lamentado la Por Salvador CAÑAS (En Rep. Amer. en la hora presente y futura. El acerbo de ciencia o el fondo de bondad, a las veces no sitúa bien a éste sus propios problemas y ante los problemas de la colectividad, porque carece de un hondo pensamiento filosófico.
Le di la noticia de que la Universidad Autónoma de El Salvador, contaba ya con la Facultad de Humanidades. Le complació esta noticia, porque conoce la importancia de la misma en el desarrollo intelectual de un país. Habíase tardado su fundación por circunstancias invencibles en aquella época. agregué.
Le contento, además, porque hasta los países pequeños, como el nuestro, están realizando su destino, validos de otros procedimientos, o sean los de la comprensión y los de la solidaridad en los comunes ideales y necesidades.
América trascendió la época guerrera; pero vive todavía la época literaria en su aspecto formalista. Llegará lógicamente para ella, ya se advierten los signos halagadores, la de la plenitud en las ideas y en la acción. Es decir, lo que Francisco Romero sueña para el hombre, Francisco Romero se aspira también para la comunidad: Superar (Dibujo de Duhart. el estado biológico. Las guerras entre pueblos vecinos, cualquiera la causa, constituían una deplorable disminución en el organismo cocircunstancia de los que se mataron en flor en lectivo.
aquel campo por no poseer los sólidos princi Al despedirme del filósofo argentino me pios de una ética política. Francisco Romero, entregó dos ejemplares de su Tratado de Lóque no sólo especula y teoriza, sino que tam gica: uno para la Facultad de Humanidades y bién practica y vive lo que expone, respondió: otro para el Colegio García Flamenco. Porque después de las luchas por la vigencia mí, en lo personal, un retrato de tamaño rede las ideas y doctrinas salvadoras del hom gular de Alejandro Korn. Valiosísimo obse bre en su integridad moral, lo único que pre quio por cierto.
valece y se impone a todo y a todos, es la Siento aún la irradiante fuerza mental de conducta recta, es el superar el estado bioló Francisco Romero. Frente a este hombre sengico para ser libre y entero. El maestro se cillo y grande en la abstracción y en la vida, iluminó al expresar este pensamiento. Su saber, se comprende diamantinamente que existe y su angustia, están al servicio de una Argenti existirá siempre una pugna entre lo terrenal y na grande, creadora, y de una América resuel bronco y lo radioso y verdadero. Sobre todo, ta a significarse como verdad histórica y cultu en estos momentos de negación o subversió ral. Francisco Romero, ya en la cátedra, ya de los principios sustantivos, acentúase la lu.
en la tribuna, ya en el periódico o revista, ya cha por reconquistar los mundos del espíritu en el libro, ha contribuído a la solución de las creador.
incógnitas del hombre, para responsabilizarlo Buenos Aires. 1950.
NOHE DE MORR NUNCA Por Lorenzo Rafael Gómez México, Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica