REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANA Tomo XLVI San José, Costa Rica 1950 Lunes 20 de Marzo No. Año XXX. No. 1107 propósito de la Exposición 33 artistas de las Américas Por Esteban Antonio de VARONA (Es un recorte del Diario de Costa Rica, de febrero de 1950. La Exposición se celebró en el Museo Nacional de Costa Rica, del 25 de enero al de febrero de 1950. Cuando se haya retirado el último visitante en la tarde de hoy, de febrero y comience la tarea, siempre triste, de encerrar pinturas en un prosaico y anodino cajón de madera, habrá terminado la visita a Costa Rica de unos cuantos artistas de las Américas. Una visita demasiado corta, etapa final de un itinerario continental; pero significativa y trascendente. Siempre lo son las que traen espontaneidad, entusiasmo y vitalidad: sobre todo, si a todo ello se añade un algo o un mucho de aventura.
Las treinta y tres obras de pintores de las Américas, representativos en diferente escala y valor de la labor plástica contemporánea de un hemisferio, podrán parecer a muchos interesantes por su novedad. Y, sin duda, este elemento, multiplicado en los modos de expresión de cada artista, se sucede a lo largo y en lo profundo de esta serie que nos envía la Ouro Preto Por Alberto Da Veiga Guignard (Brasil)
Unión Panamericana como regalo generoso pa ra el espíritu. Pero hay más. En ese mundo, desconocido para tantos, de hallazgos sorprendentes en formas y colores, mundo de imaginación tanto o más que de ciencia, lo importante es su voluntad decidida de manifestar un afán: el del hombre y su inquietud. Afán cotidiano, se dirá. Pero eterno, como el acontecer de todos los instantes, y fecundo como la capacidad de sentir y pensar de cada mortal.
Esa inquietud eterna y fecunda, expresada ayer por el anónimo artista que marcó su huella en las rocas de las cuevas de Altamira, y que continúa hoy a mover los pinceles de los Braque y los Picasso, convierte la anécdota en Historia, después de fijarla. Es el alma que juega con el tiempo, de Emerson. En pintura, es vencer a la naturaleza, realizar un milagro.
Este quehacer, sacerdocio de filósofos y artistas, obedece a leyes que el hombre no podrá recitar de memoria, ni quiere. Le basta que vivan dentro de él, muy allá dentro.
Si la obra de arte es, debe ser, superior a toda realidad, bien que hija de ese hombre, no exige más vida o apariencia física que aquella que no malogre el mito que le da vigor y permanencia. Entonces vencerá al tiempo, irá más allá del tiempo: el hombre que la creó se habrá superado.
Las treinta y tres obras de pintores de las Américas se nos van. Pero aquí quedan, de su paso rápido, imágenes e ideas que penetraron por la puerta abierta del espíritu costarricense.
siempre ávido de reinvestigación, de búsqueda, de respuesta. Mujer con Piña Por Rufino Tamayo (México. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica