Marx

324 REPERTORIO AMERICANO JOHN KEITH, SAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL Balanzas TOLEDO (Toledo Scale Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. Duplicador GESTETNER (Gestetner Ltd. Londres)
rasgos del padre y el cual no objetaba a ser clasificado como indio.
El deseo del arqueólogo de querer clasificar a sus hijos como indios, más bien que como a mestizos que lo eran, debe interpretarse como un esfuerzo para dar el ejemplo en suprimir la práctica opuesta tan generalizada de negar por vergüenza la sangre india y de clasificarse como blancos, aunque sólo sean gotas de sangre blanca las que se tengan. Significativa es la actitud de los hijos reacios al deseo del padre, quien o no logró trasmitir a sus hijos el amor por lo indígena que él tenía, o éstos cedieron a la influencia del medio ambiente.
Estas y otras características del hispanoamericano que son síntomas de su conflicto de mestizo, han sido observadas, comentadas y representadas con más o menos exactitud por filósofos, sociólogos, novelistas y pensadores en general, tanto europeos como americanos del norte y del sur. Ahí están, entre los contemporáneos, las obras de Keyserling, de Waldo Frank, de Manuel González Prada, de Rómulo Gallegos, de Eduardo Mallea, de Ezequiel González Martínez, de Rubén Romero y de tantos otros más.
No han faltado recetas, por supuesto, para enmendar la plana. En el siglo pasado, se habló de europeizar a Hispanoamérica. Recordemos a Juan Bautista Alberdi. Recordemos la influencia francesa en las costumbres, en la literatura, en las ideas. Francia era el modelo en todo:París, su ideal de vida.
Lo curioso es que aunque la Argentina, aprovechando sus peculiaridades geográficas, logró intensificar la inmigración europea hasta convertirse en un país esencialmente blanco, las características del mestizo de las que veni.
mos ocupándonos, prevalecen marcadamente en este país. No es así, señor González Martínez? Son contagiosísimas estas taras psicológicas de la colonia. ya que hacemos referencia a la población blanca, debemos advertir que ésta no pasa en la actualidad del treinta por ciento en toda Hispanoamérica, aun incluyendo en dicho porcentaje a las poblaciones de países como el Uruguay, la Argentina, Costa Rica y Cuba, que son predominantemente blancos. Es decir, que de los ochenta y cinco millones de hispanoamericanos, el setenta por ciento son mestizos o indios.
Si en Hispanoamérica hay alguna tendencia hacia la hegemoneidad racial, ésta es sin duda hacia el mestizaje, tendencia que se acelerará una vez que el blanco pierda su hegemonía económica, como lo indica el ejemplo de México.
El mestizaje es, pues, una característica ge.
neral y permanente de Hispanamérica. Por lo tanto, los problemas del mestizaje son también generales a todos nuestros países. La novela hispanoamericana, la de México como la de la Argentina, la de Cuba como la del Ecuador, lo atestigua de una manera clara y contundente.
Otra receta fácil y popular que se ha venido dando para remediar los males que nos aquejan es la de depurar e insistir en la tradición católica. Entre los que la favorecen con entusiasmo se halla nada menos que José Vasconcelos, el autor de Indología.
Indudablemente, el catolicismo tiene en su doctrina los medios para que el hombre, al hacer honrado examen de conciencia, se conozca, se descubra y se corrija. Cuánto bien le haría al mestizo poder hacer esto a fin de con.
ciliar los conflictos que consciente o inconscientemente lo perturban!
Habrá que convenir, sin embargo, en que después de cerca de dos mil años de prueba, el catolicismo, a pesar de tener en la confesión una técnica de psicoanálisis elemental, no ha logrado que el hombre cambie de índole, ni mejore de conducta. Habrá que convenir también en que el catolicismo, y el cristianismo en general, a pesar del Vaticano, de Lutero, de Calvino, de Loyola y de Francisco Franco, sufre de una crisis de inconsistencia y de anacronismo. Podrá otro Tomás de Aquino, en esta era de energía atómica y de materialismo económico, probar que el libre albedrío es compatible con la justicia social? Antes de inventar una respuesta a esta pregunta, como la hecha por Emmanuel Mounier en su Introducción a los existencialismos, pensemos que el hombre del siglo veinte, no está tan preocupado en hallar la felicidad personal, que ya la sabe escurridiza e inasible, como en eliminar las calamidades del mundo.
Pero este es un problema universal que, al margen de la religión, vienen planteándoselo las dos potencias mundiales del momento con obcecados argumentos de propaganda y obstinados desplantes desafiadores.
Independientemente de como se resuelva este vital conflicto de ideologías y por mucho que a los hispanoamericanos nos interese juzgarlos en sus intenciones y en sus resultados, tenemos todavía que resolver nuestras situaciones internas, nacionales, personales. es que por mucho que se hable de universalismos que, de una forma u otra nos afectan de una manera decisiva, no dejamos por eso de ser entidades raciales, nacionales, con cultura y problemas propios.
En la historia de Edipo, Homero nos relata que antes de casarse con la hermosa Yocasta, Edipo tuvo que descifrar el enigma que la Esfinge le presentaba.
Este incidente de la leyenda es significativo, pues entraña el simbolismo de que el hombre debe interpretar los misterios de su existencia para conocer la naturaleza de su ser biológico, para comprender la indole de su ser espiritual.
La mitología tiene muchos simbolismos como este que la fantasía del hombre ha creado para explicar los secretos de su existencia.
Pero el conócete a ti mismo y la Biblia aconsejan, ha inducido al hombre moderno a descifrar por métodos científicos, es decir de experimentación comprobada, muchos de estos enigmas.
Desde que Nietzsche corrigió el error de los psicólogos del siglo pasado de creer que bastaba con hacer un esfuerzo de introspección para conocerse, se han hecho acertados análisis de la conducta. La introspección sola no era exacta, pues el hombre disculpa siempre sus acciones, y los motivos de ellas, por absurdas que sean.
El mesitzo de Hispanoamérica, es decir toda Hispanoamérica, necesita descifrar su enigma a fin de conocerse, de descubrirse, de encontrarse. Sólo así podrá corregir el concepto falso que tiene de su persona y que lo empuja a situaciones artificiales, inseguras y dañinas.
Su enigma consiste en descubrir la belleza de Yocasat, es decir de la madre, para amarla.
Pero condición previa del amor es sentir la atracción de la belleza. Sólo amando a la madre, es decir, descubrir la belleza de la tradición india, puede el mestizo resolver satisfactoriamente el complejo de Edipo. El mestizo debe regresar a su pasado indígena, no para vivir en él, no por tradicionalismo inútil, que consiste en refugiarse en las sombras de las glorias pasadas para medrar de ellas, sino por fidelidad a su tradición, que es punto de partida para corregir el error de creer que su origen es denigrante. Sólo revisando críticamente el error impartido por el padre conseguirá el mestizo tener un sano, un decoroco concepto de su persona.
La antropologia social moderna puede servir a estadistas precavidos y a educadores inteligentes para ayudar al mestizo a devolver dignidad a su origen indígena, haciéndole comprender que su madre india, cultivadora del maíz, amante de la libertad, enamorada del arte, no era inferior en nada al padre español, e infundirle así el respeto que es indispensable para que acepte sin conflictos su sangre india y armonice su mezcla de razas.
México es el país de Hispanoamérica que con más conciencia histórica y con más sentido realista de su naturaleza humana ha hecho un esfuerzo inteligente y sincero por restaurar la dignidad de su pasado indígena precortesiano, así como para rehabilitar al indio actual a su categoría de persona y de ciudaque Sócrates Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica