AnarchismRoberto Brenes Mesén

180 REPERTORIO AMERICANO Esto le sugiero: allegaron esas disciplinas a las instituciones educadoras.
Me bastará, por ahora, hacer observar que procedemos de diversa suerte cuando se trata de las lenguas latina, griega o hebrea. Pues, acaso no regalamos a estos jóvenes con el banquete de Homero y de Platón, de Sófocles y de Aristófanes, de Jenofonte y de Tucídides, de Virgilio, de Horacio, de Julio César, de Cicerón? Les hemos escogido porque son fáciles o porque son nobles y son grandes?
Si las humanidades se legitiman en los Colegios y las Universidades es por la intrínseca virtud que poseeno que todavía les atribuimos de ennoblecer el entendimiento humano, de enriquecer el caudal de expresión de las generaciones que se dedican a su estudio, porque ellos son elevados representantes del genio literario de la humanidad, porque ellos expresaron la cultura de su época e interpretaron las sentimientos y las ideas de sus contemporáneos, en formas de una belleza impe.
recedera. Sentencias hay en todos ellos que se adhieren a nuestra memoria con la laltad inequívoca de la yedra.
No procedamos de otro modo con la lengua castellana, por lo menos en los Colegios y las Universidades. Ya sé yo que no son fines literarios los que atraen esa afluencia de estudiantes de castellano a las aulas, bien se me alcanza que hay tanbién propósitos mercantiles. Pero ¿de cuán.
do acá es condición infaltable del éxito comercial la ignorancia de las letras y el estropear la lengua en que se discuten las transacciones? El comercio tiene su base en las diferentes necesidades humanas; es un conjunto de actividades sociales, por lo tanto, la psicología de los individuos está en la intimidad de todo el juego. el alma de un pueblo se conoce mejor al través de su lengua y en el desarrollo de sus obras literarias. No descuidemos los libros elementales de la lengua castellana que se destinan a Colegios y Universidades. Introduzcamos en ellos los clásicos del pensamiento y de la lengua Caste.
llanos. Ya que por clásicos haremos bien en comprender, con Sainte Beuve, todas aquellos escritores viejos o contemporáneos que han contribuído o contribuyen aún al enriquecimiento del espíritu humano, que han descubierto alguna verdad moral o adivinado un nuevo matiz de una emoción o un escondido sentimiento en el corazón del hombre y que han expresado o continúan expresando todo esto de una bella manera, propiamente suya, sin dejar de ser universal; armoniosa en si misma; en ilación con el pasado, pero contemporánea de todas las generaciones de la especie humana.
Tal me parece que podría quizás debería ser el criterio de los encargados de todas estas ediciones que tan profusamente circulan en los Estados Unidos para auxiliar el aprendizaje del Castellano. Con ello servirían los intereses espirituales de la raza cuya lengua aman y enseñan, y satisfarían las aspiraciones intelectuales y las ambiciones de orden práctico, de la generación a que tales libros se destinan. Porque al fin de cuentas más útil que esforzarse en retener lo mediocre perecedero es empeñarse en la adquisición de las excelencias de un valor inmortal.
Distinguido señor Jefe Técnico.
En respuesta a la muy fina carta de usted permítame expresarle mi agradecimiento por los halagüeños conceptos con que usted se sirve favorecerme. refiriéndome a la sustancia de su comunicación perdóneme que le sugiera la idea de infundir una nueva, original vi.
talidad en esos programas a fin de que res.
pondan mejor al impulso que les generó.
El propósito del maestro deberá ser despertar en los alumnos el creador que exis.
te en cada uno de ellos. Deberá crear la Botánica así como la composición litera.
ria y la musical, el dibujo y las matemá.
ticas. Todo deberá ser materia de creación, para que el sér se desenvuelva en su más feliz integridad; que haya empeño en desenvolver los pensadores al mismo tiempo que los hombres de corazón. De la alianza de esos dos grupos de fuerzas surgirá la generación que se contempla en esos programas: creadora y confiada en sus fuerzas, reverente ante las leyes de la Naturaleza descubiertas por él en el curso mismo de sus creaciones, culta, no en el ordinario sentido de la expresión, sino en el profundo que implica transformación interna del individuo, capacidad de comprender y de amar, aptitud para orientar su vida hacia un ideal de huma.
nidad feliz. Nada es más grande que el hombre. Los dioses mismos se hacen hombres para enseñarles su destino.
Si usted, señor, como parece, dedica a esa obra sus esfuerzos hallará en su corazón la recompensa: la paz que le desea su amigo y BRENES MESIN Roberto BRENES MESEN.
Syracuse University.
Anotaciones sobre Bolívar y la Iglesia (En Rep. Amer. Concluye; veánse las entregas anteriores. Por Luis AVILES, Ph.
nuestros maestros y los modelos de la religión y de las virtudes políticas.
La unión del incensario con la espada de la ley es la verdadera arca de la alianza. 105. existentes en este día en Bogotá. Hallá.
banse a la mesa de Bolívar, los dignos Se ñores el Arzobispo de Bogotá, los Obispos de Santa Marta y Antioquía y el Magistral de la Santa Iglesia Metropolitana, Obispo electo. de Guayana. Asistieron además, miembros del Consejo Ejecutivo, agentes diplomáticos y cónsules, miembros de las Cortes de Justicia, Intendentes, empleados principales y respetables ciudadanos. este selecto grupo hizo el Libertador la siguiente alocución: Para fines de 1826 el Libertador regre.
saba a Colombia, y para enero del 27 pasaba a Caracas donde hacía tiempo los clérigos le esperaban con impaciencia, y a quienes, por conducto de su hermana María Antonia, se les decía: puedes asegurarles que protegeré la religión hasta que mue ra. 103 Después de algún tiempo, durante el cual se emitieron decretos para la reorganización del departamento de Vene.
zuela, volvióse Bolívar a Colombia allá pa.
ra septiembre del mismo año. En estos viajes el Libertador no pudo menos de reaccionar contra ciertos aspectos de la Iglesia lo cual hace manifiesto al Arzobispo: la disciplina eclesiástica en numerosas diócesis estaba relajada; no se observaban los cánones que prescribían la residencia de los curas en sus respectivos beneficios; pediase castigo riguroso para los infractores de las leyes vigentes. El Arzobispo electo de Bogotá, en consonancia con las adverten.
cias del Libertador, accedió en pasar inme diatamente un auto terminante para remediar la situación, so pena de suspensión o pérdida de licencia. 104) Otro testimonio fehaciente de la cooperación entre las au.
toridades civiles y eclesiásticas, dánosle también el pomposo homenaje a la iglesia de Colombia por el Libertador en el convi.
te que dió el 28 de octubre a los prelados La causa más grande nos reúne en este día, el bien de la Iglesia y el bien de Colombia. Una cadena nás sólida y más brillante que los astros del firmamento nos liga nuevamente con la Iglesia de Roma, que es la fuen.
te del cielo. Los descendientes de San Pedro han sido siempre nuestros padres, pero la guerra nos había dejado huérfanos como el cordero que bala en vano por la madre que ha perdido.
La madre tierna lo ha buscado y lo ha vuelto al redil; ella nos ha dado pastores dignos de la Iglesia y dignos de la República. Estos ilustres principes y padres de la grey de Colombia son nuestros vínculos sagrados con el cielo y con la tierra. Serán cllos La Convención de Ocaña se convocaría para el de abril de 1828. Ya para esta fecha existía en Colombia un estado de efervescencia política, ominosa exaltación a ánimos y acrimonias. Cuánto presagia.
ban los aciagos tiempos para ci Libertador se colige del parecer que comunica a su amigo José Rafael Arboleda. 106) Veíanse las sesiones de Ocaña como el sepulcro de la buena causa y de los buenos ciu.
dadanos. Presentíase la anarquía: De Pamplona a Popayán, de Bogotá a Carta gena, toda la Nueva Granada se ha confederado contra mí y ha buscado mis ene.
migos para que triunfen sobre mi opinión y sobre mi nombre. Aún la Iglesia resentía la conspiración del silencio que maleaba perniciosamente el ambiente y se manifestaba públicamente en degradantes y abominables choques. Compruébalo, como más adelante veremos, la actitud de soli daridad y adhesión al pronunciamiento de Bogotá que asumió el bajo y alto clero de los obispados de la República. La acre animosidad llegó a manifestarse indirec Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica