DemocracyHitlerJoaquín García MongeVíctor Raúl Haya de la Torre

REPERTORIO AMERICANO 255 Carta de buena voluntad Sigamos clamando por la libertad de Haya de la Torre (En Rep. Amer. Señor don Por eso, conocedor del interés de usted Joaquín García Monge.
por todas las causas nobies de la humaniDirector de Repertorio Americano dad, me permito invitarle para que colaboSan José de Costa Rica re en el llamado a la conciencia americana, llamado que se debe esparcir por todos los Admirado don Joaquín: rumbos a efecto de lograr ideas que sirvan En el próximo enero se cumplirán tres para la solución que deseamos satisfactoaños del día en que Víctor Raúl Haya de ria a Colombia y a Perú.
la Torre se asilo en la Embajada de Colom Este llamamiento urgente. por demás bia en Lima, Perú, por los hechos de todos está decirlo en nada tiene que ver con conocidos.
las simpatías o antipatías que se profesen Para acabar con tal situación que ha por el Aprismo y por la conducta de su Jeamenazado seriamente las buenas relacio fe; nace ante el fracaso de todas las gestiones de dos países hermanos había espe nes anteriores y en vista de la ambigua ranzas de que la Corte de Justicia Interna situación creada por el fallo de la Corte de cional ordenara que se diera a Haya de la Justicia Internacional.
Torre salvoconducto para salir del Perú, Si el espíritu localista que priva en gran pero el más alto tribunal del universo en parte de Latinoamérica hace que se concenel punto de su resolución, relevó al Go tre la atención ciudadana exclusivamente bierno peruano de otorgar dicho salvocon en problemas regionales, bueno es, ilustre ducto a pesar de que consideró al Jefe del don Joaquín, que ante casos como el proAprismo como refugiado político y no de vocado por el asilo otorgado a Víctor Raúl lincuente del orden común.
Haya de la Torre se unifiquen las altas Hombres de la categoría de Alfonso Re fuerzas espirituales de nuestros pueblos, yes, Carlos Pellicer, Alfonso Caso, Gonzá para no abandonar al tiempo la solución lez Martínez, han abogado por la suerte fu de un problema histórico en la vida polítitura de Haya, convencidos de que hasta a. ca continenta!
hora no se vislumbra solución alguna y Cordialmente.
que de seguir así las cosas el líder peruaF. GUILLEN no corre riesgo de envejecer en su asilo diplomático.
Guatemala, noviembre de 1951.
De toda suerte dió usted la gran batalla. aunque se impuso el infeliz clamor de nada con mama. coreado por los inhibicionistas. su moción autonomista alcan.
zó un triunfo moral aplastante. Merecen compartir con usted las complacencias del triunfo los 12 académicos de la liberación. quienes demostraron su alta envergadura moral e intelectual, frente a la mayoría miope, medrosa e irresponsable. Siento mucho que del Perú no haya venido don José Gálvez, cuya varonía cívica y moral, se hubiera alineado al lado de la suya, sin duda alguna. Pero Gálvez es aún académico al que la política criolla y su argolla letrada no consideran digno de la cofra.
día colonialista. después hablan, jesuítamente, esos académicos de rodillas ante España. que no quieren intervenciones de la política en la cultura, o a la inversa.
Muy cordialmente suyo, renovándole simpatía y aplauso, ARIAS LARRETA Los Angeles, Calif. 1952.
Jugando con juego (En El País. Montevideo, X 51)
Sobre el Congreso de Academias de la Lengua (Carta a don Martin Luis Guzmán, en México, En Rep. Amer. Distinguido amigo y colega: lítica, el sentido feudalista en la economía, Deploro el retardo de esta carta. Debió el absolutismo católico militante en el mollegar a sus manos en tiempo oportuno, nopolio de las conciencias, son los mismos para expresarle mi más calurosa felicita. ejes Felipe II sobre los que rota, desde ción por su gallarda actitud en el Congreso hace cuatro siglos, la mentalidad estratifi.
Hispanoamericano de Academias de la Len cada de estos gratuitos testaferros de lo gua. Creo, sin embargo, que el tiempo no más negro que nos dejó España. Son los cuenta en este caso, pues se trata de una ejes sobre los que rota su colonialismo actitud de significación histórica, cuya tras espiritual, podríamos decir mejor; aunque cendencia tiene y tendrá actualidad en to ellos, sus acólitos y sus jerarcas, le pongan dos los tiempos.
el hipócrita nombre de hispanismo. subsLa justicia de todo lo que usted dijo, y tantivo grato a Franco y a los que soñaron la dignidad con que lo dijo, debió merecer una candida restauración del imperialismo una aprobación unánime en el seno de español bajo la tutela de Hitler.
aquel Congreso. no fué así. Esto envuel De estos académicos ¿podía esperarse ve, bien lo sabemos, un bárbaro ultraje al una actitud gallarda, renovadora, decorosa, decoro espiritual de nuestros pueblos, pe. siquiera comprensiva o consecuente con la ro no ha sido una sorpresa para los que dignidad histórica y con los intereses culconocemos la triste personalidad intelec turales de Híspanoamérica? Usted habló tual y moral de la mayor parte de los aca con voz de un nuevo mundo, en lenguaje démicos. Desde su fundación, las Acade de una mentalidad sin consignas, con un mias Correspondientes han sido focos del espíritu que corresponde a lo mejor de la más tozudo conservatismo. Tanto en lo cul siembra espiritual de ayer y a lo más estural, como en lo religioso y en lo políti pléndido de la primera cosecha revolucioco, aunque esto último sea para ellos, cuan naria de hoy. Todo ello no podía tener eco do a la situación conviene, asunto aleja. en conciencias hipotecadas a lo peor de do de la cultura. Exceptuando a contadas nuestra historia presente, ni traspasar las personalidades, que todos conocemos y res murallas feudales de una mentalidad de petamos, los académicos son simples fi rodillas, aún, ante los mitos totalitarios que gurones que llegan a las poltronas de las decretaron y absolvieron el sacrificio de Academias, oleados y sacramentados, tras los Cuathémoc, los Atahualpa, los Lautaro, una cuidadosa selección de las argollas in y también el asesinato de los Morelos, los telectuales, correspondientes letradas de las Antequera, y los Pumacahua de ayer y de oligarquías. El espíritu totalitario de la po hoy.
Recordábamos hace un tiempo el título de un capítulo de Bryce en su obra sobre la democracia norteamericana: Por qué los grandes hombres no son elegidos presidentes. después de una larga enumeración, escrita hace 50 años, llega a la conclusión de que la forma de elección popular del presidente, que reclama un caudillo más que un hombre de estado, y el temor popular de que un hombre de alta preparación y de gran prestigio desbordara sus funciones y pudiera convertirse en una especie de déspota, ha dado lugar a que a menudo ocu.
pen la presidencia figuras secundarias, mientras hombres eminentes quedaron al margen. Uno de ellos, según recuerda, impulsado por sus amigos a presentar la candidatura, contestó: Creo que sería un buen presidente, pero un mal candidato.
Más acenturado puede ser ese fenómeno en los países latinos, donde el culto indivi.
dual predomina sobre el de las ideas. por lo mismo, el peligro es mayor. Raro es el presidente que no es acusado de abusar de su poder y a quien no se señalen vetas dictatoriales.
El presidentalismo tiene, pues, entre nostros, ese doble incorivenienie. La forma de elección, como ocurría en los Estados Unidos, hace más probable el éxito de un hombre popular que el de uno eminente. una vez en el puesto, el electo tiende a creerse, con el concurso de la infaltable corte de adulones, un predestinado que para todo es capaz y de todo sabe. Jugamos con fuego con esos fermentos de dictador que cada cuatro años sentamos en el sillón presidencial El colegiado, esperémoslo, concluirá con esas divinizaciones. dará lugar a que jun.
to con caudillos lleguen a la mesa redonda verdaderos estadistas, los cuales, una vez en ella, prevalecerán por la gravitación na tural de la capacidad, de la experiencia y del talento. Si queremos ser gobernados por hombres de estado y no por fetiches, es más fácil conseguirlo por la via del colegiado que por la del unicato. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica