REPERTORIO AMERICANO 183 Poemas Sentí mi corazón gotear el desencanto.
El grito llegó al fin, pero vino cansado.
de Rosario de PADILLA (En Rep. Amer. Mas no perdí el anhelo.
Aún estaba dormido el inconsciente casto.
TODO TERMINO NADA El mar fué mi amigo.
El mar me comprendió.
Ni tu sonrisa.
Ni tu frase.
Nada.
Todo mudo quedó.
Una campanada agitó mi silencio, entreabrí el pensamiento y miré las estrellas largo rato hasta verlas perderse en el espacio.
Tendida en la playa, lloré tu amor.
Mataste el regimiento de alegría y calló el tambor del corazón. aún estaba soñando con vergeles de espinas y con rosas de llanto.
Me quedé contemplando largo rato la agonía del sol.
Encendí la linterna del olvido y alumbré el corazón El alma huyó en pantuflas hacia el viento; el viento en una nube vió pasar: el llanto de la lluvia, el llanto de las almas, el llanto de las rosas.
LLUVIA vi que estaba muerto. Mudo. Frío.
En las aguas, tu imagen se borró Sacudí la cabeza a los recuerdos, y cerré con llave el corazón.
Paso las horas mirando tendida sobre el diván, cómo azotan mi ventana mil lágrimas de cristal.
El viento abrió sus brazos de molino y al alma se llevó.
Doblaron las campanas del olvido, doblaron en las bodas de dolor.
Tiré la llave al mar, y todo termino.
Llueve, llueve lentamente.
en el gris atardecer.
Nubes grises. gris presagio.
Ceniza en todo mi Sér.
TENDIDA EN LA PLAYA Ni tu sonrisa, ni tu frase.
Nada.
Todo mudo quedó.
Mil dedos verdes de palma van diciendo adiós al viento.
Humo en mi boca, en mis ojos, fantasma del vendaval, como hipnotizada miro a mi ventana llorar. mis ojos se me llenan de lluvia, llanto y cristal.
LA PARTIDA Una barca solitaria en la playa está durmiendo.
El sol cerró su ventana, las aves vuelan ligeras derramando sus colores en el arco iris de seda.
Parti; se oscureció mi entendimiento, El rumor se esfumó en la lejanía Oi tu último adiós. llevé tu acento al azul de mi loca fantasía.
MIEDO Paisaje falto de luna y de novios que se besan.
Nube que pasa. se la lleva el viento, nota perdida de mi sinfonía.
Qué tristeza vivir sólo un momento.
si es eterno el romance y la poesía.
Hay temblor de hojas de palmera en tu alma.
Espero. espero. espero, tu Palabra.
Paisaje para la celda de sor María Magdalena.
Así pensé cuando cayó la palma, partí con ilusión dentro de mi alma en velo gris, envuelta mi tristeza.
Un raudal de ternura se deshoja en tus dedos.
Ocultas a la luna, en la flor de tus ansias Paisaje para la alcoba de la blanquísima abuela.
El paisaje ahuyentó mi pesimismo.
Ensayé una sonrisa de mutismo al aliento de vida y de promesa.
Prendida en el balcón de tus pestañas.
Hay estrellas. Pero tú las apagas.
Paisaje para la choza del pescador que se aleja.
Deja vagar las pinceladas.
deja que corra el óleo de tu vida profana.
Mil dedos verdes de palma abanican mi pereza.
DELIRIO Tendida sobre la playa miro la primera estrella.
Tuve nuevas visiones en mis ojos cansados.
Destellaron mis manos, que se hallaban inertes, mi boca floreció al nombrarte despacio, deshojó el corazón la rosa del pecado.
Navegante de la bruma.
Fantasma del silencio Si las alas de tu sombra están cansadas entonces. espero tu palabra.
DU DA Guatemala. 1953.
El paso ansioso. la mirada cumbre del que quiere abordar el infinito.
Una calma que raya en el delito.
En la estufa, muriéndose la lumbre.
Serpentinas de fuego chispearon el espacio y se rasgó la incógnita al mirar a mi lado, las sandalias dormidas en su estuche de raso, y una dulce penumbra matizando los cuadros.
REVISTA IBEROAMERICANA El reloj atrasado por costumbre; En el suelo, olvidado el manuscrito Un rostro cadavérico y contrito y un corazón que mana pesadumbre.
La visión me hizo daño en la noche de insomnio.
Directores: Julio Jiménez Rueda Francisco Monterde Fernando Alegría Un relámpago traza su luz roja.
Un trueno que retumba en la congoja como un dardo de duda y de desvelo.
Vi la sombra de mi alma y la miré llorando, Enciende las tinieblas del engaño, los minutos se alargan como un año y dos ojos imploran hacia el cielo.
Secretaría: Box 60, Univ. of New Mexico Era tan limpia como luz de los astros, en sus manos vi nardos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica