294 REPERTORIO AMERICANO Ocios mentales La ciudad y y el campo Octavio Jiménez ABOGADO NOTARIO Colaboración de Víctor LORZ Oficina: 25 varas al Oeste de la Tesorería de la Junta de Protección Social TELEFONO 2034 APARTADO 338 ENTÉRESE Los autores latinoamericanos que quieran vender sus libros a Universidades o instituciones culturales de los Estados Unidos, pueden dirigirse a RÓMULO TOVAR en 909 SO, New Hampshire Ave.
Los Angeles California.
También se desean corresponsales en materias jurídicas latinoamericanas en los países del Continente y se ofrecen informes sobre asuntos de esa índole.
cio y en el tiempo. Llegará un día en que la ciencia ocupará su lugar? No hay nada imposible. Pero, lo que es perfectamente estúpido es, querer romper ese taladro cortándole al espíritu su sed infinita de saber. todo esto. tiene algo que ver con el te.
ma de la ciudad y el campo? Sí y no. Odio la política. por concomitancia, ten. las naciones las hunden los profesiona.
go aversión hasta por aquello que es su les de la política! Los políticos!
raíz etimológica: la polis, la ciudad, como símbolo, fragua o centro tormentoso donde se incuban las catástrofes de la polí Conozco dos tipos de hombres: los ideó tica. En realidad la he odiado siempre, qui logos y los prácticos; los hombres de medizá porque yo no sirvo para ese oficio. Di. tación y los hombres de acción. Aquellos go oficio, y no retiro la palabra. Porque son inocentes, porque el pecado intelectual ahora se vive de la política, como se vive no existe; éstos son los peligrosos. Aque.
de la religión, o de hacer zapatos, o de sa. llos se mueven en el mundo infinito del car muelas. En esto ha degenerado aquello pensamiento, que es un mundo frío; éstos, que históricamente era un arte grande en el mundo de los negocios, mundo canoble de orfebre: el arte de construir, pu liente porque está en los dominios de la limentar y conducir naciones. El alma de voluntad y de las pasiones humanas. Tan ese trabajo fino era la retórica de que hoy difícil es que un ideólogo sirva para la vi.
tanto nos burlamos. En sus buenos tiem da activa, como el que un hombre práctico pos, la retórica (hoy charlatanería) era el sirva para la especulación mental. Los dos arte insigne de la elocuencia, como medio campos están divididos por alambradas di.
de ilustrar al arconta en su silla, al juez fíciles de cruzar sin dejar en ellas, pedazo en su tribunal, al anciano en el senado, y a pedazo, toda la moral del señor yo. si al ciudadano en el ágora o plaza pública. un intelectual la cruza para pasarse al coto Eran los iieinpos de Sócrates y 3tón. Po de la política, ya es un pensador al agua, la retórica, o sea la política es el arte del porque queda aprisionado entre las mallas escamoteo o del embrollo o de poner lo de de los dogmas y la disciplina de un parti.
abajo arriba y lo de arriba abajo, o de do político. Desde entonces, la obediencia, darnos la verdad oficial que suele ser lo los dogmas del partido, los intereses pri.
contrario de la verdad verdadera.
vados, o la codicia del gobierno coartan sus movimientos hasta el punto de que, en una Mi aversión a la polis y a su hija etimo. votación parlamentaria procederá conforme lógica sube de punto a medida que soy a los dogmas del partido. Es cosa que no más rico de tiempo, o digamos de experien. tiene remedio. No hay otro medio de ser.
cia, que es la fuente superior de la sabidu. vir los intereses de una agrupación políría de la vida. Porque se es sabio en la tica que hipotecando la independencia del medida que se es viejo. La función políti. propio pensamiento. en este caso, el penca, como ars magna o arte mayor de con. samiento deja de ser libre. si un pensaducir pueblos, exige como un imperativo miento esclavo ya no puede dirigirse a sí a priori, la más alta suma o posesión de mismo, menos podrá dirigir el pensamien.
sabiduría práctica que es aquella que da to de nadie.
exclusivamente la madurez. La juventud, por su misma naturaleza, es inapta para esa función directriz y sólo puede figurar Dije antes que el pecado intelectual no en plan de dirigida. llega a ser la cala. existe. Es por ello que está abolido en tomidad mayor, cuando sube al puente de dos los códigos, siendo un axioma jurídico bitácora a coger los mandos. el horror que la inteligencia no delinque. Empe.
sube de punto, cuando el hombre joven su. ro, por algo que es una ignominia de los be en plan de hombre fuerte. El hombre tiempos presentes, el pecado intelectual está fuerte es hoy el mayor azote de América. vigente en algunos códigos teocráticos coLa juventud, quizás por lo de bella, es por mo el de la Colombia de Gómez y el de la sí misma fatua y vanidosa. Pero la vani. España de Franco. Son rezagos vergonzodad infatuada, que, con la hermosura, pue. sos de viejas inquisiciones clericales, hoy den hacer un buen papel en un salón de devenidas inquisiciones civiles y para usos moda, nada tienen que hacer en un puen.
exclusivamente civiles. nadie se oculta te de mando. Más bien, la alta responsa la mengua que ello sgnifica para la liberbilidad de la política se aviene mejor con tad de pensar, cuya función, por no tener el hombre débil, vale decir reposado, ejem otros límites que los del pensamiento, que plar, tranquilo, ecuánime, dueño de su ca. es infinito, tampoco puede tener otras fronbeza y de sus nervios. Dar leyes justas y teras que las del mundo, que tampoco las hacerlas cumplir, es todo lo que tiene que tiene. Pero las ideas no se matan. ninhacer el hombre público. La buena moral guna inquisición le puede decir non plus ciudadana hace lo demás. Pero si falta esta ultra al vuelo del espíritu en sus exploramoral pública, que no es sino una disci ciones por la geografía de lo desconocido, plina colectivo, todo lo demás sobra: hom que carece de meridianos y paralelos donbres y leyes.
de posarse y descansar. una de dos: Como me gusta la historia para maestra es cierto que la marcha del mundo la dide la vida, tengo la vieja costumbre de me rigen las ideas y no los hombres, o no lo ditar sobre ella. estoy convencido de es. Pero si lo es, la máquina de elaborar que, a las naciones no las hunden ni la pensamiento, sólo debe obediencia a sí miscorrupción en su sentido clásico, ni la po ma, a su propio poder de penetración. Con breza, ni la riqueza, ni la arreligión, ni ayuda de este poder, que es el de la cien.
la incredulidad, ni la ignorancia, ni el ateís cia, es que vamos horadando uno tras otro.
mo, ni el libertinaje, ni ninguna de esas como con un taladro mágico, todos los misminucias que según las Casandras de sa terios de la naturaleza, sin excluir a Dios, cristía (que explotan el pecado como el me del que vamos sospechando, por lo menos, jor de los filones aprovechables) atraen so que ya no es un misterio sino una proyec.
bre los pueblos la cólera de los dioses. No! ción gigantesca de nuestro yo en el espa.
El Gran Cosmos que en el panteismo se llama Dios, es la suma total de las cosas.
Pero el cerebro u órgano del pensamiento, es el Microcosmos en que se dan cita (co.
mo en su centro milagroso de reunión) las ideas o razones o arquetipos de todas aque llas cosas. Dicho de otro modo: todo el mundo infinito de las ideas cabe perfecta.
mente en el espacio de unos dos decíme.
tros cúbicos que será aproximadamente la cavidad del encéfalo. Esto parece imposible y sin embargo es cierto. Pero la mis ma exigüidad del estruche que guarda las ideas del Todo, explica fenómenos menta.
les que, de otro modo no tendrían explicación: por ejemplo, la asociación de ideas.
Este trabajo se encabezó con la ciudad. Pe ro ésta es polis, y por una asociación natu ral de ideas la polis me llevó a la política y sus lacras: los partidos políticos y las sombras que estos proyectan sobre la li bertad y la moral de los hombres de pen.
samiento. por la misma asociación de ideas, aunque por la mano de la ley de los contrarios tenía que echar anclas en el campo (que es el contrario lógico de la ciudad) como el único refugio a que pue.
de acogerse el hombre para guardar ínte.
gras su libertad, su moral. y hasta sus lanas. Una vez en el campo y por lo que a mí toca, yo que en mis ocios mentales no tengo prisa en llegar a ninguna parte, aunque quisiera llegar a todas, convierto mi camino en paseo. Puedo permitirme el dejar el camino real para meterme a coger flores y frutas en todos los rincones del bosque. Pero las que a mí más me gus. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica