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108 REPERTORIO AMERICANO que durante muchos años nos brindó perió dicamente lo mejor del pensamiento en español, de todos los pueblos hispánicos, con el sentido de universalidad que ha hecho de lo hispánico de los hermanos lo opuesto a la hispanidad de los tiranos.
cía Monge está en esa apropiación que se ha hecho de todo lo mejor de América. Es uno de los pocos hombres dice Monteforte Toledo, que pueden hablar de las cosas de América Hispana como si fueran suyas, sin despertar la sombra de escepticismo en quienes recuerdan demasiado tantos siglos de desunión y mutuo desconocimiento. Algo así como el homenaje de las piedras de la ojiva al sillar angular que las sostiene. hacia la que convergen.
No podemos alargar este comentario. Sólo hemos querido reseñar este homenaje de sinceridad, de comprensión, de toda la intelectualidad americana de primera ca.
tegoría, al hombre de la cita perpetua, al nuevo dialogador de nuestra cultura y de nuestros hombres. Porque el éxito de GarSan Salvador, de marzo de 1953.
Las cosas de la provincia Colaboración de Jorge CARDONA ambiente, agravadas con el paso de los clé.
rigos que me sorprenden por todas partes. los hay de todo color y para todo responso y negocio económico. De las fal das de ellos, unas veces, y otras bajo suntuosas Dalmáticas va el Presidente de la Provincia, recibiendo las bendiciones eclesiásticas, y cuando él sale a inaugurar la escuela, el puente o el camino, por delante va el hisopo y la pólvora, dos combina ciones que rematan en aguardiente. de esta clase de lecciones, ya muy desacredi tadas, no han de inspirarse los futuros ciu.
dadanos. parte de que este falso aposto lado proviene de una literatura demasiado objetiva, malsana, que ya se ha dicho, llama Salvador de la Patria a un simple candidato para alcalde.
Pobre Provincia mía, en donde no se ha doblado, según el pensamiento de Sar miento, la suma de bienestar en cada habitante de tu suelo, desarrollando doble ri queza, doble inteligencia y doble actividad.
Hace poco, en un desembarcadero del Atlántico, en donde la huella de la United Fruit Co. dejó el suelo seco, semejante a la mueca de una momia de San Angel del Distrito Federal de México, atracó al mue lle un buque de vela de la España franquis ta. Después de los saludos costumbre llegó a tierra un grupo de sus marinos, todos jóvenes y apuestos, pero en el fondo abatidos. Llegaban con hambre y con sed de libertad Horas después, a bordo del mismo ve lero, al pasar lista, el encargado notó que faltaban doce o quince de sus hombres. Y, con efecto, los marinos habían abandona do aquella cáscara para refugiarse entre los hogares de los tranquilos habitantes del puerto. Querían respirar aires libres y olvidar a la Tumba española! aquí, de pronto, así como surgió el amparo comprensivo, saltó el grito estri.
dente del leguleyo, que pedía las cabezas de aquellos hombres para ofrecérselas al Caudillo!
Hizo cuanto pudo el Bachiller; apeló a los tratados, a los códigos y citó cláusulas suscritas para estos casos. Pero otro día, con el beneplacito general, el repre.
sentante de la España franquista anunció que daba por terminado el incidente, que equivalía a un perdón para los desertores. qué bien se portó la doctrina española en este caso, dijeron las mayorías!
Pero no vieron flotar, sobre ese incidente internacional, las palmas del perdón que desde los tiempos de César Borgia se disfrazan con la virtud proxenética, pues la España actual anda consumida por el deseo de enterrarse en el que supone nuevo Escorial de allende para nosotros, los mares del Norte, y que esto explica mejor que mis letras la conducta de los Señores representantes de la Península.
Costa Rica, julio de 1953. los doce años de ausencia volví a mi tierra, muy a disgusto, pues ya me ha bía aclimatado en California. Tuve asimismo una estada de año y medio en la bella ciudad de México. Así, por una ironía de mi vida, se me ha ido parte de la misma entre las grandes urbes modernas, pero mi deseo había sido haber tirado hacia el campo. Quizá un gusto atávico, porque uno de mis abuelos, nacido en Menorca, cultivó de mozo la música, los higos y la miel. Un hermano del mismo, que recuerdo ahora, escribió un tratado sobre las esponjas, se.
gún la tradición familiar. Andando los días, mi abuelo vino a radicar a mi Provincia, que en aquella época 1856 selló su verdadera Independencia en una guerra contra el fatídico imperialismo yanqui, entonces sin mucha garra. El querido abuelo cogió el fusil y se batió en las márgenes del río San Juan, que linda al norte con la frontera de Nicaragua. Peleó brava y justamente, pues de allí salió herido.
Desde entonces la vida de mi país, Provincia la más chica en el concierto de nuestros pueblos, se mantuvo digna y sosega.
damente. Se cultivaba el solar con esmero y sus casas olían a pan. Dió la Provincia lugar para el sustento, como en otras de la misma estirpe, a hombres de Ley y a hombres de Letras. Preparó el desarrollo de la Cultura apoyándose en la enseñanza liberal. Pero ahora resulta que todo anda al revés. Huele a sotana y hace poco el vientre podrido ela Provincia se reventó. Hubo sangre que manchó cármenes y villas y, así las cosas, la Democracia se cubrió de oprobio.
Como puede notarse, aquí como allá, desde los tiempos del encomendero, del militar y del obispo, el espíritu consciente de vida y de interés que dignifica al Hombre no arraigó en el pecho de la ciudadanía.
Que todo pasó sin hacerse escuela y por eso ahora nos vemos a palitos para asegurarnos el verdadero sentido de la Libertad: ley eterna de la Naturaleza humana, me dio poderoso de perfeccionamiento.
Y, en esta Provincia mía, tenemos otra vez amagos de bochinche. Ha sido la pri.
mer noticia que he recogido al llegar no más. Cosas incurables en nuestro medio Esto les dije: Mis estimados oyentes: Cuatro palabras sencillas les voy a de.
cir en los minutos de que dispongo.
Gracias les doy a los guías del Partido Progresista Independiente que me pidieron mi nombre para incluirlo en una de sus listas de posibles Diputados.
Les dije que si en algo podía servirles, que lo pusieran. Con eso cumplí con mi deber, porque el PPI está anclado en el Congreso, en espera de que lo anulen o no por sus ideas izquierdistas. Cualquier ciudadano preocupado reclama su puesto entre los defensores de los derechos electorales, amenazados por tendencias fajis.
tas. en el caso presente, resulta el PPI peligroso porque pide un régimen de libertades públicas, mejorar la legislación social, preocuparse por el bienestar de los trabajadores, promover industrias y que en Costa Rica las riquezas naturales sean propias mediante carreteras, créditos bancarios, trabajo y estudio.
No soy hombre de Partido, ni lo seré; la política no me apasiona. La Diputación que me ofrecen en sí no me desvela. La he aceptado como posible puesto de vigilancia si los venideros días se nublan. Hay que estar cada cual en su sitio de honor y en defensa de la democracia como libertad y justicia social, como solidaridad y cultura.
Como Diputado posible del PPI me reservo absoluta libertad de pensar y de conducta. las ideas no les temo, por arriesgadas que sean. He reflexionado lo bastante la historia del Mundo para explicarme que las ideas hoy alarmantes y perseguidas, mañana se aceptan sin temor. Lo esen.
cial es que a su tiempo se discutan, se com prendan.
De mi parte, en el cargo, si lo obtengo, ni programas ni proclamas. Creo en el trabajo silencioso, desconfío del bullanguero.
Más vale que por los frutos sepan lo que pueda hacer. Fiel a los principios, sin alardes ni presunciones.
Como Diputado prometo decoro, estudio y comprensión de los asuntos y amor a la Patria como altar. Tengo mi brújula y sé a dónde voy. así correspondería en parte a la satisfacción y esperanzas con que tantos de mis conciudadanos me detienen al pasar para ofrecerme su aplauso y apoyo.
Esperemos, pues; el Destino dirá lo que sea. GARCIA MONGE.
Junio de 1953.
WM al EL ERIAL AYUDA VIVIR Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica