Imperialism

REPERTORIO AMERICANO 13 EI EriZO (En Rep. Amer. El corazón de América fué presa codiciada del comodoro Vanderbilt y la Accesory Transit Company se inscribió en la georafía nicaragüense trazando imaginaria partición territorial en afán más corto a California.
Así llegó la guerra hasta nosotros en una carrera de caimanes comodoro versus Sloo, Harris y Law; todos hálitos podridos de racketeer americano de la llaga inestable de la bolsa.
Once millones tuvo en tres años de ganancia y solamente mensuales tres colones de madria patria pensionando a la menesterosa de Santa María.
Careo histórico de iguanas y de hostias la lucha desigual del hombre contra el estercolero.
Guerra del cincuenta y seis baluarte primero contra los imperialistas fuiste peñón en la tormenta de todos los esputos putrefactos.
Tierra, cielo, mar y aire de todas las hermanas defendiste gallarda con los campesinos y entre todos los humildes se destaca un nombre clamoroso de campanas, el compatriota JUAN SANTAMARIA.
Dibujo de Juan Manuel.
Santamaría solamente un redoble en tu principio heroico.
Iniciaste tu florescencia a la vera de todos los caminos.
Atrás quedó creciendo la cosecha concebida de la gota sudorosa, atrás quedó la cuna y el arado.
Los horcones polvorientos de la choza y los pelos rugosos de los árboles cayendo convertidos en helechos.
Las guarias en adobes naza Os.
Atrás quedó todo Santamaría y fué, ahora del momento tu figura el granito ritual para la historia.
Compatriota puro, sembrador de la hidalguía, tu centella marchó de corazón a corazón en la noche hostil de los filibusteros.
La tea, cimera luminosa cuando acudiste con tu brillante grito de planetas.
fosforescente de los mares.
Tu antorcha consecutiva escarba ansiosa en la conciencia, ruboriza al aborto inmoral que te destruye.
Santamaría, oración que ha de ser nuestra.
Esa luz de pureza cegadora recortó las efigies de las águilas de todos los billetes hacinados por los capitanes del dinero en sus sentinas.
Destruyó la hirsuta calva que brillante se alojaba en su egoísmo.
Santamaría, tu gesto de llama cerró la bolsa suspirante de monedas.
Espantó los mascarones de los mercaderes y contuvo el estrechamiento centroamericano.
Tu gesto de pétalo y de fuerza se anticipa a la subyugación completa de la biliosa fatiga del encadenamiento, No faltan más segundos.
Benditas las hilachas en tu avance espléndidamente iluminado.
Atrás quedó el círculo de bayonetas resguardando los rotos parches del inmortal tambor al viento.
Se confundió el ¡Ay! canonizante del uniforme azul con rojo y mil voces de cerrojos, sedientos se reventaron en aceite.
Ricardo QUESADA San José, Costa Rica.
11 de setiembre de 1952.
Esa lámpara de sangre que tú llevas dignifica la estructura de los hombres y protege los límites fecundos de la unión de hurones pestilentes, insignias de garras y colmillos que pule y abrillanta Wall Street.
Santamaría, soldado luz, padre.
La voz de la soberanía te la caudalizaron en las venas.
Tu paso fué la unión de los gemidos, acopio de lágrima esclavas.
La consecuencia épica del hombre objetivado del peso de la cordillera, el mar y nuestros llanos.
En esa luz, transmutación hirviente y mineral de las verdades.
Agencia del Repertorio Americano en Guatemala, LIBRERIA MINERVA Fuiste otra rama vigorosa del árbol del pueblo encallecido.
Santamaría, tu nombre es Costa Rica.
Santamaría, tu nombre es selva, tu nombre es río, espuma delicada 5a Avenida Sur NO 29 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica