REPERTORIO AMERICANO Vol. XLVIII CUADERNOS DE CULTURA HISPANA San José, Costa Rica 1954 Miércoles 20 de Enero Año 34. No. 1156 NO 11 Los orígenes del psicoanálisis Por Ierzy HALAMS (En Rep. Amer. Sigmund Freud Pocas teorías tienen la suerte de conquistar el mundo, inmediatamente después de haber nacido. Una de ellas es, induciablemente, la del sabio vienés Segismundo Freud, quien durante su vida había logrado una inmensa popularidad y el profundo reconocimiento entre los círculos docentes. El número de sus alumnos alcanzó la cifra de muchos miles de gentes. Sus partidarios, hoy día, abarcan millones.
Freud nació el de mayo de 1856, como hijo de padres pobres. Ya desde su tierna edad, demostraba una gran sensibilidad hacia todos los aspectos de la vida. Fueriemente sentía las injusticias que sufrían sus padres a consecuencia de su precaria si.
tuación material. Una vez terminados sus estudios secundarios, pensó dedicarse a las ciencias humanísticas; soñaba también en la carrera literaria, pero la falta de recur.
sos le obligó a buscar una profesión prác.
tica. Se inscribió en la Facultad de Medi.
cina.
Los tiempos de miseria quedaron hondamente grabados en la mente del más tarde famoso sabio. Siendo ya conocido, dijo una vez: Quien en su juventud sufría la miseria, tiene comprensión para las aspi raciones y la lucha por la justicia e igualdad social.
También sentía cruelmente, siendo is.
raelita, los males que provocaba en varias partes del mundo, el antagonismo racial.
Durante 40 años, ocupaba el puesto de Do.
cente en la Universidad de Viena, y apenas poco antes de ser pensionado, quedó nombrado profesor ordinario. Era un hom bre muy modesto, pero con ideas muy cri.
ginales. Tenía un sinnúmero de buenos ani gos y tantos, si no acaso más, adversarios acérrimos. El famoso escritor Zweig lo con.
sideraba como uno de los apóstoles de la verdad. No cabe duda de que Segismundo Freud pertenece a las más destacadas y más individualistas personalidades cientí ficas del siglo presente.
La base fundamental de la teoría de Freud la constituyeron las observaciones de un médico vienés, Breyer, el que en 1880 había curado a una joven muchacha que padecía de espantosa histeria. El caso había sido el siguiente: después de haber asistido, durante mucho tiempo, a su padre gravemente enfermo, la joven empezó a demostrar síntomas de histeria. Perdió ca.
si completamente su memoria, tenía visiones, y no se daba cuenta de sus actos, per diendo, a veces, por completo el control de sí misma.
Al principio, el doctor Breyer hallábase indefenso ante el fenómeno. Trataba de re.
currir a la hipnosis. En el sueño hipnótico obligaba a la enferma a contar los deta lles más insignificantes de su vida parti cular, y lo que más extrañaba al médico, fué el hecho de que la paciente experimen.
taba un asco inexplicable hacia el agua.
Ni en los momentos de mayor sed, acep.
taba el líquido. Gracias a la hipnosis, el mé.
dico supo que una vez la muchacha estaba presente cuando su amiga daba de beber de su propia taza a un animalito asqueroso.
Al recordarse este insignificante suceso, las demostraciones de su histeria desaparecieron y desde aquel momento empezó, nue.
vamente, a beber agua.
El hecho citado llamó la atención del joven Freud. Se puso a estudiar los secre.
tos del alma humana, tratando de sacar amplias deducciones de ciertos estados psíquicos que, en general, escapan a la atención de un médico. Empero, cada vez que se encontraba ante un fenómeno, se daba la misma pregunta. cómo penetrar hasta la impenetrable conciencia humana. C6mo podría leerse en el inconsciente, en es.
te profundo y desconocido dominio de se.
cretos y de sentimientos, para luego sacar de aquello ciertas deducciones. Qué méto.
do, por fin, aplicar a ese estudio?
Empezó a leer obras de los grandes ren.
sadores, para conocer sus sistemas y doctrinas. Qué decían todos ellos acerca del alma humana? Freud deseaba saberlo pa.
ra poder curar las penas y las enfermeda.
des, el dolor y el sufrimiento. Pero. en qué forma. Cómo curar a un hombre pa ra que sea feliz, o satisfecho? Sería un gran invento, el más noble quizás, lo de saberlo, pensaba apasionadamente Freud. se puso a estudiar la filosofía.
En la antigüedad, Sócrates aseguraba que el principal fin de cada ser humano, es la felicidad. Ya Platón enseñaba que el bien máximo consiste en unir el placer con la sabiduría. Decía Aristóteles que el bien significa la felicidad. Freud se hundía en estas teorías, buscando la forma de poder adoptarlas en la vida práctica.
En muchos casos, la enfermedad venía como resultado de un acto malo, pues hay que determinarlo antes de eliminar. Cuál debería de ser el sistema de vivir para con.
servar lo que la gente llama la moral, subyugando, a la vez, ciertas pasiones? Tenía razón Rousseau al opinar que cada uno de nosotros posee en sí mismo el sentido inmediato del bien y del mal. Pero. qué significa la idea del bien y del mal?
Al fin, lo que es bueno para unos y justo, puede resultar para otros malo y equívoco. El bien y el mal fueron interpretados en diversa forma por distintas esferas sociales, y, en distintas épocas de la historia.
Los sabios más destacados de la antiglie dad consideraban el comercio con esclavos, como una cosa normal. El Derecho Romano hacía de la mujer y del niño objetos que pertenecían, sin restricciones, al mari do, de la misma manera que la casa, o los muebles. Este bien era, pues, normal entonces cuando toda la antigüedad greco latina vivía en un sistema de esclavitud.
Freud seguía el hilo lógico de este pensamiento. Llegó a la conclusión de que la antigüedad era distinta. ¿los tiempos inodernos? También ahora el bien y el mal son nociones discutidas diferentemente. Los po.
ligamistas consideran sus prácticas como excelentes, mientras que nosotros las ponemos fuera de la Ley. Nosotros, los occidentales, consideramos a un epiléptico como enfermo, pero en la Mesopotamia lo veneran como a un santo. En nuestros países, ia desnudez es públicamente prohibida, mientras que en Tahití no existe el senti miento de vergüenza de esta índole. Qué es, pues, el bien y el mal, la enfermedad y la santidad, el Derecho y la pornografía?
No es común la base del criterio respectivo; por consiguiente, la felicidad y el bien estar, el sufrimiento y el dolor, no son nociones generalizadas.
Los teólogos esgrimen el argumento fácil del pecado primordial. Según ellos apuntaba Freud el hombre nace sin culpa alguna en su alma, en un mundo carente de todo mal. El mal en la vida apareció a consecuencia del pecado. El hombre sufre las consecuencias del mal, porque uno de sus antepasados había cometido una culpa ante la personificación del Bien. Tienen razón los teólogos, la Biblia y el Cristianismo? Si Dios es la expresión de todo el bien, de toda la sabiduría y de todo el po.
der, entonces ¿por qué había creado el mal?
El pecado, pues, sería de su propla creación.
Los filósofos estaban de acuerdo en que Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica