José Carlos Mariátegui

REPERTORIO AMERICANO 159 Agustina y autorizado estudio de José María Cha.
cón y Calvo: Juan Clemente Zenea, poeta elegiaco.
Un valioso y muy simpático cuaderno: Enrique González Martínez en sus ochen.
ta años. Homenaje 13 de abril de 1951.
Lo preparó un grupo de escritores. Con lindas ilustraciones. Dispuso la edición el Fondo de Cultura Económica, México, Es un documento biográfico.
Es un cuento de la escritora costarricense Victoria URBANO (En Rep. Amer. Hermana, busca tu profundidad y en para ir en busca del camino.
cuéntrate e! alma! a eso, madre, voy.
Así exclamó Agustina al verse ella mis plantar la vida ma en el espejo de cristal de roca donde con mi sueño todos sus antepasados habíanse conocido porque el impulso el rostro. Pero ella quería más. Quería co me ha llegado hoy.
nocerse esa fuerza interna que era su Yo y Adiós, madre afligida, luchar por sacarlo a luz, porque le aho No me creas hija ingrata gaba sentirlo como flor de penumbra. que si no voy. Hermana. volvió a decirse júrate en pos de mi empeño que a partir de este momento jamás pro el alma se me mata.
nunciarán tus labios mentira! besándose los dedos en cruz. Juró! Agustina hizo pausa aquí porque hay Se alisó el pelo y la decisión tomada aso instantes en que el sentir no debe aprisiomóse en sus ojos como una claridad. Ella narse y el de ella era abundante y sobre.
sería otra Juana de Arco, la reencarna natural. Abandonó su casa y se entregó al ción en mujer de Don Quijote, una idea camino solitario y negro. Nada le atemorilista pura, una Agustina verdadera.
zaba. La vida llevaba adentro. Cuando ni.
Cuando sus familiares la vieron transfor ña, contempló la montaña gigantesca tan mada, riéronse inconteniblemente creyendo lejana. Ahora esa misma montaña venía a que se trataba de uno de esos tantos caprisu encuentro. Internóse en ella como el chos femeninos.
ermitaño que busca libre albergue y se ha.
Agustina permaneció serena y contem lla palacio y aunque le sangraban los pies plando los rostros de sus hermanos horri cantó alabanzas a la vida.
blemente convulsos por la risa, sintió pie.
La claridad del amanecer le dibujó un dad por ellos. Su calma les detuvo y les lecho de hierba suave y ahí tendióse ella dijo entonces: como una cruz humana. No se levantó ja. Sois demasiado pobres para comprenmás. La lluvia y el sol de noche y de día, derme!
fuéronle tejiendo una túnica de musgos y. tú demasiado loca. respondiéronle de flores la forma de su silueta fué ya, a cuatro voces iNecesitáis marido para parte de la tierra.
entreteneros. Grotescos sois. Hijos al fin de la car.
Pasada una generación, subió a la mon.
ne, pero os perdono porque ese es mi escudo!
taña un labrador y dando de hachazos al árbol más grande descubrió en su blanca En la noche, el sueño de los hombres despertó al silencio y Agustina, presta ya a carne esta inscripción: iniciar su ruta, escribió: Alma soy de mujer Madre, nací de ti que de su profundidad nací, como el árbol de la tierra, y su fortaleza puedes ver pero al crecer me desprendi si me miras tú a mí.
porque en la vida no es el alma El labrador arrodillóse estupefacto y que.
árbol que se aferra.
riendo abarcar toda la frondosidad del ár.
Es semilla recogida bol, se encontraron sus ojos con otra inen la intrincada palma mensidad: La del cielo.
del destino y sólo espera el milagro San Francisco, California del impulso Mayo 11 de 1950.
Como atención del autor, ejemplar amigo y colaborador en el Rep. Amer. este cua.
derno: Estirpe de la danza, por César Andrade y Cordero. Lo edita la Casa de la Cultura Ecuatoriana, núcleo de Azuay. Vi.
ñetas de Marco Antonio Sánchez.
Hay muchos testimonios del aprecio en que se tiene a Andrade y Cordero. Valga éste:. ha verificado en estos últimos años la construcción más diáfana, la reali.
zación más alta de transparencia poética y lucidez intelectual en el Ecuador. dice el gran poeta Jorge Carrera Andrade. Juan Marín dice. circula en cada verso suyo un panteísmo fresco y verdadero, que encadena y liberta a la vez el alma del lector.
Señalemos este día en que nos llega, como envío de Javier Mariátegui (Alcanfores 1096. Miraflores. Lima, Perú) este inespe.
rado obsequio: José Carlos Mariátegui: El Alma Mati.
nal y otras estaciones del hombre de hoy.
En la Biblioteca Amauta. Abril de 1950.
1a edición Es parte de las Obras ya publicadas de José Carlos Mariátegui.
Articulos diversos ordenados y clasifi.
cados con pericia y cariño.
Estamos de placemes los viejos amigos y admiradores de Mariátegui con este libro.
La portada muy significativa del libro se debe a Sérvulo Gutiérrez.
NOTICIA DE LIBROS (Viene de la pág. siguiente)
condido, Alegría de viento y agua, Campos Señas de la autora: Charrúa 2647. Ap.
y pueblitos, Doñana Primavera, Cucarachi. Montevideo, Uruguay.
ta Mandinga y Cristo Niño. Otro autor peruano de nuestra amistad y aprecio, ahora Catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana en Occiden.
tal College, nos visita con esta valiosa contribución: Literaturas aborígenes (Azteca, Incaica, Maya Quiché. Por Abraham Arias Larreta.
Estudio que hacía falta, muy oportuno.
Que sea leído por el mayor número de Profesores de Literatura en nuestra América. ver si las culturas literarias indígenas hallan estimación mayor en los estudiantes de la secundaria y la universitaria. La sal.
vación está en que nos conozcamos; bus.
car el arraigo espiritual que sustenta y sostiene. Lo demás es caminar a tientas, sin brújula.
En este libro hay referencias históricas y literarias y selecciones de las culturas ya citadas. Es un magnífico guía para ini.
ciarse en la literatura de aztecas, incas y maya quichés. Muchachos estudiosos, a buscarlo. Se lo ofrecemos. al autor no sa.
bemos como agradecerle la generosidad con que nos ha tratado.
Como publicacão da Academia da Histo ria de Venezuela (Boletim NO 91. entrevista de Guayaquil. Refutacáo e desmentido ao livro do Sr. Eduardo Colombres Marmol.
Com uma Introducáo de Jacinto López.
Traducão de Luis Leal Ferreira.
Río de Janeiro Brasil. 1951.
Un nombre nuevo para nosotros en la poesía femenina de nuestra América: An.
gélica Ferrari de Plaza. Nos llega con su libro Hacia la Isla. Bien recomendada nos llega. Juana de Ibarbourou le di.
ce: Cantas como una griega; sabe Dios qué olivos y qué laureles han cobijado tu inspiración en el sueño.
Obras anteriores de la autora: Emociones tendidas al sol (1942. Trompo de colores (Poesía infantil. Canción para el marino iluminado. La cigarra y el don (1945. En la Serie de Publicaciones Especiales, NO 4, de la Academia Nacional de Artes y Letras, La Habana, 1951, este importante Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica