58 REPERTORIO AMERICANO Jazmynia (En Rep. Amer. Planeta tú, Jazmynia, y cúpula de rosa, encendida naranja silenciosa, ancha sonrisa, y dulce, crecida con la luna.
Una suscrición al Rep. Americano la consigue Ud. con Matilde Martínez Márquez LIBROS REVISTAS Avenida Los Aliados Nº 60 Apartado Nº 2007 Teléfono FO 2539 La Habana, Cuba Niña de junco breve, dócil voz de manzana, mariposa en tránsito, azul guiño del aire.
Planeta tú, Jazmynia; mas congelado y duro Cada limón del pecho.
Planeta tú, y planeta cada pupila, y grano De colibrí gemelo, verde momento alado.
Toda vestida en céfiros sobre la tarde vienes.
Punza el mástil su blanca esponja de gaviotas.
Da el mar su llanto verde.
Música encarcelada que recorre tus hombros Tiembla el suspiro y pronto deja volar su duende.
Yo te hablo desde un sueño.
Quiero, Jazmynia, hablarte cuando los caracoles Van sacando a la orilla sus casitas de cal.
Quiero hablarte, Jazmynia, Bajo el cielo que suelta los pelícanos dora, sobre el agua, la quietud de las velas.
Quiero hablarte, Jazmynia. La playa está en tinieblas.
Con su espada de luz el faro inquieto Mueve el betún del mar.
Tallo nocturno y breve, Va hinchando en ti la luna su lívida burbuja entre tus muslos rueda su lámpara de sal.
Toda vestida en céfiros sobre la noche queda, Endrina flor, y cifra de errante soledad.
César ANDRADE y CORDERO.
Cuenca, Ecuador. 1950.
solícita, invitadora, apasionada. No es sólo un abrir del alma, sino vuelo del alma misma para salir al encuentro del numen. Vuelo del alma para aprehender el numen en el aire azul, para requerirlo de amores, para rendirlo por la adoración. La mitad del camino la hace la ca.
za del numen, la pesquisa voladora en el tul celeste; y la otra mitad la hace la entrega lenta, dulce y tierna del numen. Estaría bien que nos sentáramos laxos, inertes, con los ojos cerrados, esperando que toda la Estética del Universo venga a atronarnos los oídos con sus músicas prodigiosas! No; hay que alzarse con los ojos y los brazos abiertos para rendir al numen creador, para conquistar a esa señora, la más bella del mundo, que es la señora Belleza. Hay que lanzarse hacia las esferas luminosas. Hay que hacerse cazador de prodigios, aventurero de las praderas, peregrino de los caminos polvorientos, aviador de los sidéreos campos.
El numen es un don y el don hay que merecerlo, hay que ganarlo. el don se gana con esa actitud solícita, desinteresada, rendida, del ser. Quién lo merece mejor que el numen. Quién riega la tierra, quién hace escintilar los espacios, con un oro más puro, que el numen? Qué hermosas esas fontanas de luz iridisada que el numen hace fluir de las almas. Qué bello ese abrirse del ser como una rosa al sol bajo el influjo magnánimo y acariciador del numen. Qué frutos hay más sabrosos y ricos que esos que crecen en los campos de la Estética, bajo el fulgor del numen: poesía, música, elocuencia, pintura, danza, donaires de la gentileza física y espiritual en las lides del Arte y el Amor. Por qué el mundo entero no se convertirá a esa doctrina estética, a esa fe ideal, que hace de la vida una obra de arte, un cofre donde se recogen todas las bellezas del cosmos. Qué mejor manera de resolver el problema social tan feo y hosco que alzarlo del ruin materialismo y transportarlo a la región de la Estética donde se ponen en armonía, en música, todos los conflictos? Verían entonces cómo el mísero pan se disuelve, se difumina, en un aire benigno que aparece todo florecido de sonrisas, de palabras amables, de gestos fra ternos. La superación del pan, la transubstanciación del pan, la conversión del mundo a una Estética que pone por encima del oro terrenal el oro estelar, el fulgor sidéreo, la lluvia de gracia del Paráclito, la música inefable del numen (hálito divino. eternamente creador.
El numen (En Rep. Amer. El poeta creía haber perdido su numen y salió a buscarlo por todas partes. Anduvo ansioso en solicitud de tan precioso don. Pero, bien pronto, al dirigir una mirada sobre el mundo, sonrió. Sonrió porque veía el numen extenderse sobre el mundo como se extendia su mirada. Es decir: el numen estaba en todas las cosas. Si el numen es un prodigio, el prodigio se alzaba sobre todas las cosas como dotándolas de alma, haciéndolas palpitar de emoción. El numen es ancho como la tierra y alto como el cielo. El numen tiene las dimensiones del mundo. El numen flotaba en el aire; flo.
taba en la luz. Se mostraba a todas horas volando por el mundo como si fuera el alma del mundo y adentrándose en el corazón del poeta como entran los pájaros en las casas amables, acogedoras de los vuelos y los trinos.
El numen es en la Estética lo que el Pará clito en la religión. Es el animador, el Revelador. Así como del Paráclito fluye la gracia, el numen suscita la emoción. Gracia y emoción son mociones impulsivas del alma (obediente al divino motor) hacia la excelsitud, hacia la suprema belleza. El numen es ebriedad. El poeta y el profeta son poseídos por una influencia extraña a ellos que les dicta los versículos maravillosos. El lenguaje del poeta y el profeta es el de un hombre que no está en sus sentidos porque ha superado sus sentidos: está más allá de sus sentidos. El poeta no actúa conforme al sentido común porque obedece a la sugestión del sentido prodigioso y oculto de la esencia.
El lenguaje del poeta es con frecuencia ininteligible para muchos. El sentido común no lo entiende. Las palabras del poema expresan sólo la mitad de lo que ellas significan. La otra mitad está en el aura, en el nimbo de belleza con que el numen circunda las palabras.
Entonces surge de las palabras la visión completa de belleza. Pero la visión de belleza sólo la tendrá el que, al leer, participe de la ebriedad del poeta creador; el que sea sensible a la dulce, arrobadora influencia del numen. Las palabras, insuficientes como son para expresar por completo el numen, son, sin embargo, ánforas que conservan la belleza que en ellas puso el poeta creador. de ellas se alza y despliega el numen mariposa de luz con la esplendencia con que se manifiesta bajo el cielo, en el esplendor del sol.
Luis VILLARONGA.
El numen, como la gracia, exige una actitud receptiva en el que quiera verse favorecido por él. No sólo una actitud receptiva, sino San Juan, Puerto Rico. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica