REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA IBEROAMERICANA. y concebí una federación de ideas. Mía de Hostos.
El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública no se ha de ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás. José Martí. Bárbaros, las ideas no se matan. repitió Sarmiento Desgraciado el pueblo cuando el hombre armado delibera. Bolivar Teléfono 3754 Correos: Letra J. García Monge En Costa Rica: EDITOR Sus. mensual 00 EXTERIOR: Suscrición anual. dblares Giro bancario sobre Nueva York Colaboración del Dr. Juan MARIN: Rostros y climas de Jorge Carrera Andrade ६११ Carlos Luis SÁENZ Memorias de mi Alegría Que un poeta puede escribir sabrosas cro.
nicas lo probó ya Rubén Darío y lo ha confirmado magníficamente Rosamel del Valle en sus correspondencias a La Nación de Santiago de Chile, desde New York. Pero, el libro de Jorge Carrera Andrade que aho.
ra tenemos entre las manos, viene a agre gar una nueva dimensión al turismo poético del mundo: el de la amenidad, una sabia amenidad que hace que una vez entrados en contacto con estos Rostros y Climas del Mundo, no podamos separarnos de ellos hasta no agotarlos. agotarlos es una errónea expresión, pues el material de estas 250 páginas de música y color no se agota jamás. El poeta viajero de Boletines de Mar y Tierra y de País Secreto, el mago de la metáfora y alquimista de los microgramas, ha viajado más allá de los mapas terrestres y lleva consigo fotografías de la esencia de las cosas. según la acertada definición del crítico norteamericano Hays. esa es la nueva dimensión a que aludimos al comienzo de esta nota: Carrera Andrade capta y describe la quintaesen.
cia de las unidades de la Naturaleza, como hubiera dicho Paracelso. en esto hay magia, magia de poeta que los profanos no logran alcanzar. El libro se divide artificialmente más bien para reposo del lec.
tor ya que él es único e indivisible en tres grandes secciones: Rostros y Climus, Geo Poética del Nuevo Mundo y Retratos de Memoria. Si hubiéramos de marcar preferencias nos inclinaríamos por la segun.
da, en la que nuestros países, sus hombres y sus paisajes, aparecen iluminados por un extraño colorido, como si los redescubriéramos vistos en una linterna inesperada, la de un Aladino moderno y sabio. Carrera Andrade, como Neruda, es un descubridor, un revelador de secretos: así lo muestran sus Latitudes, su Registro del Mundo, su Biografía para uso de los Pá.
jaros, su Visitante de Niebla. Y, seguramente, también, otros libros suyos recientes que no conocemos: Aquí yace la Espuma, Ecuador del Corazón, etc. El poeta entra en la semilla de las cosas, rompe la cutícula imperfecta, atraviesa los protoplasmas germinales y desnuda el núcleo armonioso que es la raíz de lo creado. de allí, al conjuro de su varilla mágica, escapan las imágenes perfectas, las metáforas carga das de música, los símbolos ocultos. Véan.
se estos trozos que el poeta consagra a Chile: País de viñas, la alegría y la tris teza lucen allí coronas de reinas de la dinastía del vino. La uva rojiza gota de sangre de toro, coagulada y la uva amarillenta, como henchida de sol, encienden y avivan la sangre del habitante de Chile, amigo del mar. La uva es el símbolo de la realidad, de la embriaguez de lo real. Poemas para niños)
Dibujos de Carlos Matías Sáenz Acaba de salir Se vende en la Librería Española Precio del ejemplar: 00 Para el exterior: dólar La presencia de la montaña invita igualmente al hombre a enfrentarse a las cosas materiales. Es el dominio de lo inmediato, la tierra que manda y el terrícola que se nutre de ella y la obedece, como a una madre. Muralla, madre de hielo y piedra es la montaña; el mar es la libertad! Novia del agua, promesa del horizonte que saca de la nada, como un prestidigitador prodigioso, islas y puertos de aventura. Los habitantes de Chile son marinos. El mar ha dado a su habla el ritmo lento del oleaje, a su puño el vigor oceánico y a su mirada el alcance y la profundidad de los vastos horizontes. El mar está diciendo siempre: más allá! Golpea con su hombro azul, sin descanso, la puerta gris del horizonte, co me queriéndola echar abajo para ver lo que hay detrás. El mar pregunta y el cielo responde y los dos llegan a un acuerdo azul e infinito. El mar es una invitación a la metafísica. Tal es el lenguaje de Carrera Andrade en sus Rostros y Climas: el lenguaje inevitable e imperativo del poeta que va por todos los rincones de la selva terrenal en busca de las cosas y que cumple, sin esquivez ni desfallecimientos la consigna que él mismo ha fijado al poeta en su Arte Poética. que el ojo apareje su nave para un nuevo descubrimiento.
New Delhi, Noviembre de 1950. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica