28 REPERTORIO AMERICANO los que se refieren a Lord Krishna: es como hoy igual que ayer, sin mengua ni fatiga: si en el Día de Pascuas, un católico diera en unos persiguiéndola por las vías de la introsnuestros países una charla revisando lo más pección, otros del ascetismo, otros del vagafundamental de la divinidad de Cristo. En In bundaje sacro y otros, como el Dr. Chatterjee, dia todas las creencias son posibles, todas las en el retiro de las bibliotecas o en los campos sectas tienen devotos, todas las búsquedas son de excavación de las arcaicas ruinas en que el permitidas: aun los musulmanes que en otras país abunda. Misteriosa India de los sadhúes, partes son fanáticos e intolerantes. aquí mues santos y filósofos! India inasible para nos.
tran cierta flexibilidad muy peculiar. Igual es otros los hombres de Occidente, rígidos y anel caso con los Cristianos de todas las deno quilosados por obra de Aristóteles y Descartes, minaciones. esa búsqueda de la Verdad, que Kant y Voltaire. desde remotos tiempos parece ser el tema básico de la vida del pueblo hindú, se continúa (New Delhi. Setiembre 1950. un Elegía a mis padres (En Rep. Amer. Dieciocho años de residir en la sombra, madre nuestra; con la tierra en la espalda y en la cara sin tu cielo de espumas, sin la dicha del agua.
embrada como estéril semilla sin sol, aprisionadas tus canciones, callada para siempre tu palabra.
Oh madre, qué larga jornada de silencio mientras murmura el viento en cada rincón de nuestra casa tu voz tan suavemente repetida en cada balcón, en cada planta, la garganta de cada uno de tus hijos.
Era Mayo, Mayo en la flor, Mayo en la luz, Un Mayo oscuro y negro que te llevó de aqui, Veinticinco de Mayo del año treintidos, apenas en mi infancia, tan sola de recuerdos, recuerdo de aquel Mayo tan lóbrego y tan negro.
referida de las tierras de Armenia. La Crucifixión no sería sino un símbolo en la leyenda.
El personaje, Krishna o Cristo, murió por la espada miles de años antes. Con gran habilidad dialéctica y sin dejar jamás de mano la cita documental, el Dr. Chatterjee traza un paralelo sorprendente entre la supuesta vida del héroe del Mahabaratta y Jesús de Nazareth. De vez en cuando, Kashemira aparece en su discurso con referencias filológicas, etnológicas, históricas y religiosas: parece que los mismos migradores de la Tierra de los Hombres Hormigas vinieron también a Kashemira miles de años antes que los Nagas u Hombres Serpientes y por supuesto mucho antes que los aryos, los griegos y los turcomanos.
Nosotros recordamos al oírlo, nuestro trabajo sobre Una Supuesta Tumba de Cristo en Kashemira y sentimos que entramos en mundo irreal en que todas nuestras más arraigadas convicciones son sacudidas por un im placable viento dialéctico que no ofrece esquive ni reposo. El conferenciante habla durante casi dos horas, sin interrupción. En la audiencia, formada por hindúes, musulmanes, Sikhs, parsis, protestantes, católicos y ateos, el silencio es absoluto: se diría que todos estamos hipnotizados por aquel razonar y argüir en apretadas falanges de palabras que, como los ejércitos de Hannibal en Cannas o de Alejandro en Arbela, no permiten escape. Afuera se ha desatado una tormenta formidable, digna del monsoon que desvasta en estos días la India entera; pero nadie ha abandonado su asiento ni ha dado muestras de inquietud. Termina el anciano erudito poniendo de relieve que él atribuye a su charla no sólo un valor puramente especulativo o abstracto sino también humano y social, pues si se acepta su tesis de que Krishna y Krishto no son sino un solo simbolo emanado de un mismo personaje histórico, todo antagonismo entre Cristianismo e Hinduismo, pierde su raison étre esencial y debe, por lo tanto, cesar. El mundo cristiano y el mundo hindú serían herederos de una misma tradición moral y cultural: piénsese en las implicaciones derivadas de esta tremenda revolución espiritual!
Regresando a casa recordamos haber leido, hace poco, en La Vie de Ramakrishna, de Romain Rolland, un curioso sueño que el gran yogi tuvo una noche, en el Mediterráneo.
mientras regresaba por barco de Europa a India. Un hombre. que en el sueño correspondía a Cristo se le había aparecido, con el brazo extendido en determinada dirección, diciéndole: Un día se harán excavaciones en ese sitio y la Verdad será revelada a los hombres! Ramakrishna, profundamente impresionado con este sueño tan vivido y real. se levanta muy temprano y sube al puente del barco e interroga al Capitán. Qué tierras quedan en esta dirección? Con su brazo señala la dirección dada por el hombre del sueño. el Capitán le responde: Una línea trazada en esa dirección pasaría primero por Creta y después por Turquía. Esto es, Armenia, la Tierra del Pontus de que nos ha hablado el Dr. Chatterjee. El misterio se hace aún más denso con esta extraordinaria coincidencia.
Sin atribuir a esta charla otro valor que uno puramente informativo y sin solidarizar con sus afirmaciones y pruebas que en va rios casos nos parecen harto débiles hemos creido de interés para nuestros lectores dar a conocer este episodio porque él muestra la atmósfera de gran amplitud intelectual que se respira en India. Hemos visto aquí a un brahman de noble familia someter a revisión prin.
cipios esenciales de la fe hinduista, cuales son Mayo estaba en tus ojos como un velo de estrellas y los cerró con dedos de penumbras. en ese negro día de Mayo inolvidable se acabó para siempre la dicha del hogar.
Papá muy dulcemente juntó tus manos santas prometiendo al hacerlo seguirte al más allá.
Caballero sin tacha. Varón de recia estirpe cumpliendo su palabra corrió tras sí a buscarte y nos dejó también.
Diciembre era en el aire. Diciembre era en el agua un día de Diciembre que nunca olvidaré.
Tu voz calló en Diciembre a toda mi esperanza mi hogar volvió a estar negro, tan triste y solitario como ese día de Mayo en que mamá se fué.
Once años, padre mío, residiendo en la sombra genuino residente de la tierra y la luz.
Oh qué larga jornada de silencio y tristezas confundido en tus polvos minerales y donde estén tus hijos con raíces perpetúas tu voz robustamente eterna de verdad: con acordes marciales cantando a la bandera y dulcísimas notas cantándole al amor.
Veintisiete de Diciembre: el viaje ineludible.
Diciembre tuvo en tus lámparas la señal.
Diciembre veintisiete del año treintinueve.
Diciembre puso en tus ojos su gran velo de estrellas y los cerró con dedos de penumbras.
Los árboles del huerto se enlutaron por tu ausencia sin límites, las gentes de tu pueblo te lloraron también.
Tus hijos, tus hermanos, tus nietos, tus sobrinos, los que tuvieron siempre tu ejemplo en su camino te harán vivir por siempre en la Verdad y el Bien.
Virginia CORDOVA ILLESCAS.
Quito, Ecuador. Mayo 15 de 1950. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica