REPERTORIO AMERICANO 167 por esas gradas subía Sammy a su casa. ter Timber y el ayudante dieron un grito. La naturaleza, a veces, le roba el craY una vez que montaron la troza en Allí estaba, dibujado de mano maestra yón al Greco.
el carro y la aseguraron con los ganchos, por una extraña ocurrencia de la natuBurton vino hacia el aserrador y le dijo: raleza, el rostro de Sammy Scott.
Fueron tres hermosos recuerdos de Eche acá. Quiero, no sé por qué, Yo lo había conocido, también; y les Sam Scott. Burton Clinton compró los ser yo el que raje esta tuca.
tablones. Uno está ahora en una choza aseguro que es su cara, así, un poco de Cogió la palanca; conectó el plato, y perfil; su misma nariz ancha, sus gruede negros, en la zona del Atlántico, lupoco a poco fue desprendiéndose la pri sos labios, sus ojos entre irónicos ciendo en la sala de Bob, el ayudante.
trismera costilla. Clinton lo aseguraba yo tes; y todo terminado como quien dice a El otro se lo llevó mister Timber para no sé, me niego a creerlo, no soy super pinceladas pocas, exactas, y rápidas, tan su patria cuando regresó allá a empezar ticioso. pero él me dijo que, al conti rápidas como sólo el tiempo puede realien alguna otra cosa. éste que ustedes nuar asserrando, el chirrido de la cinta y zarlas en los oscuros jaspes de un zurá. miran es el regalo que en prenda de amisla respuesta en el sonido de la madera Mister Timber dominó su emoción e tad me hizo el bondadoso macho días no eran los mismos de costuinbre. Algo hizo retroceder el carro. Lentamente, antes de dejar estas tierras.
sonaba que más bien sugeria un gemido; poniendo mucha atención para hacer un como si la troza se hubiera humanizado. trabajo perfecto, ordenó al palanquero Mandé a hacer esta mesa, que sólo en Qué sé yo; de seguro él estaba muy im un avance de dos pulgadas, y otra vez las grandes ocasiones ocupamos en la presionado; quizá fue imaginación. mandó al carro venir hacia la cinta deu casa, porque me gusta sentir que Sam Mas, lo que sí es cierto, lo que aquí está tada. Volvió a aparecer un jaspe, aún come y bebe con nosotros, y me parece presente y ustedes no pueden dejar de más nítido, con el semblante del negro. oírlo, libre y en alto, cantando Salmos.
mirar, es que de pronto, al caer un ta El siguiente corte dió todavía, por una blón, ya hacia el corazón del árbol, mís cara, casi el mismo dibujo.
San José, Costa Rica, 21 de junio de 1956 Mi canción (En Rep. Amer. Antes misterio de silentes garras mas hoy la vida en claridad constante.
Adolescencia: angustia. Experiencia dolida de la doliente sombra, para surgir como reacción violenta en conciencia de acero y corazón de alondra. IV Ah! terrible, doliente desbordar de contenidos detente, alerta, escucha. Mas qué importan el niño en la ventana, la muchacha que silba o la silueta?
Todo se desvanece. Todo muere, Más doliente desbordar de cosas vivas, más vivas en mi ser por ser mi ser, detente para escuchar la voz de ese que canta.
Es más dulce su voz que tus sentidos, más clara su retina que mis ojos, iy qué hermosa la vida si hasta el llega, si en su sí se proyecta. No es magnífico todo. No es sublime?
Ah! mi sinceridad, cuando así te viertes me redimes.
Cecilia Amighetti Guatemala 1955.
Véase la página 168 De lo hondo, de la sombra o de la luz, casi de la desentrañable tibieza de las cosas. salgo para querer vivir sólo un minuto. la relatividad del espacio y del tiempo, de tortuga o abeja, de silencio o bullicio, de grito o de sollozo)
una alegría plena, un como recordar de cosas idas y soleadas, un como presentir futuros de fulgor inmutable.
Ese querer vivir viviendo ese querer soñar viviendo ese querer querer viviendo, debo desmadejarlo del ovillo del miedo o del silencio.
Saltar de alados miembros juveniles que buscan más allá de los caminos.
Desnudar a las cosas de misterio con valor de mirarlas sin vendajes de niebla en la retina.
Sacrificarlo todo. disparates, absurdos, garabatospor un minuto relativo como tiempo o espacioy en diabólico y santo desbordarse, encontrar en recóndito, interno, delicioso paraje, la desterrada esencia de la dicha perdida, II Lo cotidiano es todo.
Sí, tantas cosas humildes que llegan y nos tocan Inocencia!
sin querer dejar huella, tan sencillas.
Mas si forman una totalidad, un contenido.
si son nuestra vida más real, por ser cercana; qué dilema, que falta de sentido que estremece, III Desde el acontecer a los distante existe un paso largo como un río en que se juntan lágrimas y cantos en un atormentar de desvarío.
Desde el acontecer a lo distante (tiniebla ayer, luz en transcurso)
se siente la presencia de los cosas tan viva y real cual en los poros mismos.
Un homenaje al Ir. Lecuna (CIRCULAR)
Santiago de Chile, octubre 20 de 1955.
Señor: La Academia Chilena de la Historia, teniendo en vista la especial signifación continental de la obra del historiador venezolano doctor Vicente Lecuna, fallecido el 20 de febrero de 1954, ha acordado dirigirse a las instituciones filiales del continente para que promuevan entre sus miembros y demás historiadores del respectivo pais, la redacción de monografias destinadas a agruparse en una obra que podría titularse Miscelánea Vicente Lecuna. La coordinación de las colaboraciones y la edición de la obra ha sido tomada a su cargo por la Fundación Vicente Lecuna, con sede en Caracas, a la que hay que dirigirse para cualquier detalle relativo a la materia Al trasmitir a usted el acuerdo de nuestro Corporación confiamos en que, llevado de su alto espíritu americanista, cooperará eficazmente al mayor éxito de esta iniciativa.
Con sentimientos de consideración y aprecio nos suscribimos de usted atentamente.
Jaime Eyzaguirre Eugenio Pereira Salas Secretario Presidente Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica