68 REPERTORIO AMERICANO SELECTA La Cerveza SELECTER del Hogar Dicen que ibas a quedar ciego, que dentro de seis meses tus ojos no verían el escenario exterior de tu vida interior. Tal vez, sabiendolo, decidiste parar en seco el péndulo de tu corazón. Un pintor ciego hubiera sido como el Universo sin sol, como el mar sin agua, como un Dios despojado de su fuerza creadora.
Si estabas condenado a las tinieblas, qué bien hiciste en morir con la paleta aún en la mano, cubriéndote el cuerpo, como los gladiadores con su escudo. Recuerdas nuestras conversaciones en San Scbastián, sorbiendo los crepúsculos del Cantábrico? México era nuestra obsesión. Ahora imagino que asciendes en un carro de fuego: que tus ojos no se deslumbran con el resplandor de la eternidad; que tus manos han adquirido vitalidad divina; pero también imagino tu rostro triste, triste, triste, porque mientras más avanzas en un radio de luz, más lejos, más pequeño y más oscuro ves el destino de nuestra patria.
San Clemente, pintor y mártir, ruega por nosotros y libranos de todo mal, del mal de vivir sin esperanza y de esperar sin ilusión.
vivir sin esperanza y de esperar sin ilusión.
Amén.
EXQUISITA SUPERIOR Orozco, pintor y mártir Por Rubén ROMERO (En El Nacional de Caracas. 22 de octubre del 49. JORGE CAMPOS (Medinaceli Madrid, España)
nos dice que enviará sus publicaciones de tipo americanista a quienes, en estas Américas, se las pidan.
Hace apenas unas cuantas horas que te fuiste y ya me asaltan deseos de platicar contigo y ce comentar las cosas de aquí abajo, que yo veo, y las de allá arriba que tus ojos comienzan a descubrir.
Por Ignacio Chávez, el Gran Maestre de los corazones enfermos, supe que el tuyo había dejado de trabajar. Por muchos años sufrió las torturas de una vida difícil, pero tu corazón no aceleraba sus latidos por un dolor más o menos. Los hombres como tú no mueren cuando la Muerte quiere, sino cuando a ellos se les da la gana.
Tú decidiste morir y tú mismo, acaso, debes de haber parado el péndulo de tu corazón.
Yo he sentido profundamente tu ausencia, cosa extraña en mí cuando sé que alguno ha muerto, pienso que pronto lo veré, pero contigo es diferente; tal vez no nos volvamos a encontrar: tú irás a una zona celestial vedada para mí, y yo seguiré caminando por los senderos del más allá, sin rumbo, ni profesión, ni meta segura.
José Clemente: yo, que no respeto a nadie, a ti te respetaba. Tú nunca lo supiste, pero yo sentía por ti esa mística adoración que 6c siente por las virtudes que no se tienen, por la fuerza que no se posee, por el genio que no comprende. Nadie, como tú, ha representado a México, al México que yo creo conocer: huraño, pobre, callado, que hace cuadros plásticos con sus indios doloridos, como tú hiciste cuadros pictóricos con el dolor de nuestros indios. Tu historia es la misma Historia de México: miserias y rebeldías; figuras trágicas, pintadas con sangre en los muros de nuestra patria; pero tú, por lo menos, tuviste un pincel con qué abofetear a tus verdugos. Cada figura tuya parecía un Cristo, porque tú eras un Cristo que no logró ser crucificado, a pesar de haber vivido entre fariseos. tu muerte debióse nublar el espacio, desgarrarse el velo del templo, abrirse esta tierra que, al parecer, era tan tuya. nada sucedió: te llevaron a la Rotonda de los Hombres Ilustres, habitada por algunos que no lo son, y equivocaron la medida de tu fosa. Cómo querer acomodar en un agujero tan chico una gloria tan grande! Rodeamos tu féretro no más de cien personas; resonó la voz de tus amigos, que se perdió en el viento; ahí quedaste agobiado por el peso de las flores, pero tan solo y tan triste como cuando sobre un andamio pintabas la desolación y la muerte de nuestra raza.
También desea, en cambio, obras de autores hispanoamericanos y asi completar la parte de la Literatura Hispanoamericana, a punto de concluir.
Pedimos a nuestros amigos, acojan esta solicitud.
La higuera estéril (En el Rep. Amer. EL GREMIO ANTONIO URBANO He ahí, calándose de silencios y luces vie trellas. Ninguno acaricia, con su atención, jas, una higueruela derrengada, parda, turbia abierta y suave como una brocha su convulsa de estilo y de finalidades, en medio del calve osamenta de nudos y garrotes, su escuálida arro, surta en cales y aluminios de sequedal. quitectura de copa polvorienta y hojas ralas de ¿Qué hace ahí esa higuera, ni qué sentido esmeril. Ninguno de los que pasan por las certiene su soledad. Qué anhela preguntar canías o silban al filo de su vera, la ronda ni la osamenta agarrotada de su interrogación do la canta. Nadie se conmisera de su finísima lorida. Ni duerme, ni vigila. No da fru y callada melancolía, de su tozudez femenina tos, ni sombra, ni fragancias, y parece caída de afirmación en las raíces, de la brava energía y encharcada en el olvido de todos, muerta de con que la higuera graba su perfil contra las finalidades, porque se prende desesperadamen luces y los vientos, de su voluntad de hilar cote al suelo en medio de la tierra berrocal que pos de sueño en la bilaza revuelta de la Luna.
no es huerto, ni viña, ni barbecho, ni senara. Todos pasan lejanos, raudos, distraídos, sin Ni siquiera esa higueruela tiene un camino compasión, sin ternura y sin piropos.
próximo al que asomarse con alguna coquete Y, sin embargo, esa higueruela no ha rería, o en el que despedir a algún sonámbulo nunciado a los sueños honestísimos y anhelanviajero que se va. Los que pasan por trochastes de su feminidad tardía. Yo sé que alguy canchales próximos, o son cazadores de mi nas veces, con la parva pompa de sus hojas rada fija, paso torcido y ceño duro, o son grises, hace un milagro de frescura y juventud, pastores soñadores, hondos de gravedad y altos como esas mujeres dulcísimas de lenta y cruende mirada, que sueñan quizás con pastorear ta solteria forzada, y se viste en fiesta con lulas Cabrillas y ordeñar la Vía Láctea, en una es matinales o randas cendalies tomadas al insospechada poesia pastoral de zodíacos y es crepúsculo que se pone. Yo sé que más de una TELEFONO 2157 APARTADO 480 Almacén de Abarrotes al por mayor San José Costa Rica Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica