CapitalismIndividualism

REPERTORIO AMERICANO 203 EL JUSTIFICATIVO DE LA MAQUINA SELECTA La Cerveza PIECIE del Hogar El común de las gentes justifican la má.
quina diciendo que emancipó al hombre de trabajo pesado que embarazaba a las clases cultas de Atenas. Por otra parte dicentrajo bienestar a la sociedad de nuestro tiem po. Esos fueron los propósitos; en la experiencia podemos señalar que tales propósitos de liberación humana fueron deformados en su aplicación. La técnica no impidió el traba jo, sino que para distribuir y construir pro ductos necesarios e innecesarios, aumento para unos en forma de opresión o esclavitud y, pa ra otros, anuló su ocupación destinada a ga narse la vida. En cuanto al bienestar, bueno es esclarecer el equívoco de este término. Bienestar no puede ser la tensión de la sociedad mecanizada sino la armonía del cuerpo y la mente; consiste en aplacar aquellos apetitos que dejé enumerados, pero que no se alcanzan con el número de bañaderas o con el dispositivo de la máquina que averigua el monto de una suma y evita la gimnasia de la inteligencia.
No es precisamente el de la máquina un bienestar; y acaso el propio bienestar corporal ha sido restringido por este exceso mecaniza do en que ha caido la sociedad de nuestro tiempo.
EXQUISITA SUPERIOR lización con lo que es cultura. En fin, el arte sanato con el arte; el rito con la fe; la apariencia con la esencia y el individualismo autoafirmativo absorbente con el magnetismo manifiesto de todas las facetas equilibradas y armónicas del ser humano que sólo surgen en la verdadera personalidad. Es el momento en que se produce lo que tácitamente alguien denomina: cosmología mecanomórfica.
BALANCE DE LA MAQUINA PROBLEMAS ORGANICOS FUNCIONALES La técnica se ha enderezado expresó luego el orador hacia lo que es característico de nuestra civilización y, acaso, en parte, de la Iglesia que la generó: el orden y precisión. En efecto, cuéntase que el primer reloj moderno mecánico que funcionaba por la ac ción de pesas (el reloj es el modelo del auto.
matismo refinado) fué inventado por un mon je llamado Gerbert. Mumford, en esa enciclo pedia que se llama Técnica y civilización, ha dicho: El tiempo abstracto ha llegado a ser el medio de la existencia. Aun las funciones orgánicas se regulan por él: se come no porque se tenga hambre, sino porque el reloj lo indica; se duerme, no porque uno esté cansado, sino porque el reloj lo indica. Se ríe y se ama no porque se quiera, sino porque el reloj lo indica. Pero si se ha disociado el tiempo natural de las secuencias orgánicas, se puede entonces tener una imagen de las épocas que nos han precedido.
La tragedia del hombre medieval surge cuando se descubre que la razón conceptual no es un instrumento apropiado para conocer la realidad; es un momento en que ya no se espera todo de Dios, pero tampoco se ilusiona el hombre con las cosas, porque no hay modo de conocerlas. En ese momento el hombre es tá solo: carece de un orden. Y, sin embargo.
está en torno de las cosas, valiéndose nada más que de los sentidos, pero sin que éstos le presten objetividad al intelecto. Se oye, se toca, pero nada más. Es entonces cuando frente a este drama del hombre de fines de la Edad Media terrenalmente ciego aparece un nuevo instrumento que facilita la relación entre el hombre y las cosas. Ese aparato se llama: la razón experimental. él viene a sustituir a la otra razón con que a tientas el hombre se ha alumbrado al perder la inspiración divina: la razón conceptual, es decir, la pura lógica. Esta, como se ve, da origen a la otra.
vino a llenar? El hombre necesitaba vivir y albergarse con lo que la naturaleza produce.
Lógico es que ideara el mejor modo para faci litar ese trabajo. Lógico es que aplicara la energia humana, mental y física, a las fuerzas naturales que nos circundan y a la materia que estas fuerzas informan. Ideó la máquina y creo un procedimiento para hacerlo: la técnica.
El hombre, mediante la transformación del ambiente que lo rodea y dándole el carácter que su inventiva le sugiere, transforma el trozo de naturaleza en creación artificial de espí.
ritu. Pero esta necesidad nunca es sólo física, sino espiritual. la vez que comida y albergue, requirió de la máquina una forma de orden. La voluntad de establecer este orden apareció primero en el monasterio y en el ejército, luego en el despacho y la fábrica. Pe.
ro, inclusive este último portentoso desarrollo de los últimos 150 años, sólo fué posible en forma graduada, dosificada. Primero un interés abstracto y luego objetivo por las cosas: luego un cambio de espíritu, es decir, cambiaron los deseos, las ideas, las costumbres, los propósitos. al final, en manos de la industria, irrumpió adoptando multiplicidad de formas y produciendo multiplicidad de artículos que han conseguido eliminar el trabajo mismo de los sentidos corporales y crear artificiosas necesidades. Ya en el sentido filosófico podríamos añadir que tuvo una doble proyección: no sólo fué manera de alcanzar propósitos desembarazados y expeditivos, sino manera de expresar nuevos fines de civilización.
Pero. se alcanzó ese propósito. Hubo un deplorable error, el de carecer de un régimen integral de la máquina y confiar a un solo género de hombres y a un solo aspecto de la vida este producto del ingenio humano.
No obstante que un contemporáneo resulta biológicamente igual a un hombre de principios del siglo pasado, su vida, es decir, las circunstancia en que ahora le toca desempeñar aquella vida, ya no es la misma. Nosotros so mos, en más de un aspecto, diferentes de todos los seres humanos que han vivido en la historia. Bastará un solo hecho: hoy día se exige a nuestro organismo una capacidad fisica y un rendimiento sensorial que no conocieron los ciudadanos de Atenas, de Roma, o de Francia, en la época de Napoleón. No sólo rinde más el hombre contemporáneo, sino que, para hacerlo, se le ha dotado de órganos artificiales, cosa que no soñaron siquiera los próceres de la independencia argentina. Aludo a aparatos y dispositivos tecnológicos que hoy adherimos a nuestros sentidos naturales para alcanzar mayores resultados de lo que son capaces los órganos. Así tenemos: el teléfono suprime el oído; los prismáticos o la televisión, la vista: el fonógrafo o la radio, el impulso de cantar: la frigidaire. el buen gusto de los manjares: los vehículos, nuestras piernas.
PROBLEMAS SOCIALES PROBLEMAS CREADOS POR LA MAQUINA Los problemas de la máquina se multiplican y brotan de sus propias derivaciones tanto como de sus efectos sociales. El primero se produce al ser acaparada por el capitalismo y, en consecuencia, es un factor social de trastorno. Luego ella misma aparece dotada de una diversidad de formas y de usos hasta uncir al hombre a su propio estilo de trabajo y de ren dimiento, acabando éste por entregar su energía para su voraz rendimiento. Es en este instante cuando se empieza a confundir lo que es progreso mecánico con lo que es progreso humano: lo que alude al mecanismo con lo que constituye el organismo vivo: lo que es mera técnica con lo que es ciencia pura; lo que es un medio con lo que es un fin; lo que es civiNunca cambió tanto la especie humana en tan poco tiempo. Todavía los viejos no salen de la sorpresa que les inspiran los jóvenes, y si los muertos volviesen a la vida, se moririan de nuevo al ver la conducta, inclusive, de los viejos, volando de uno a otro continente, determinada su vida orgánica, la hora de comer.
la hora de dormir, la hora para visitar, no de acuerdo con el impulso del ánimo, como se hacía antes, sino al ordenarlo un aparatito automático que va fraccionando en cuenta gotas el tiempo, y el cual nos obliga, nos ordena, nos dirige como si fuera la voluntad inteligente de otro hombre a quien debemos respetar, pues lo cómico es que la técnica regula la vida social de nuestros deseos y de nuestras obligaciones.
Lo curioso es que esa dirección de la técRAZON DE SER DEL MUNDO TECNOLOGICO Si uno piensa en la máquina, no puede evitar hacerse una pregunta. qué necesidad Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica