188 REPERTORIO AMERICANO mo Quien haya viajado en canoa desde Currés, o desde Lagarto, rumbo al Oeste por el Rio Grande de Terraba, forzosamente ha de haber cruzado, horas antes de llegar a la pequeña población de Palmar, frente a una eminencia selvática, inmenso peñón milenario cubierto de robustos troncos centenarios y de copio.
sísima vegetación, el cual, desafiando las tormentas de los siglos, se ha mantenido indómito y bravio para ofrecerse hoy a nuestra vista tal como lo contemplaron las pasadas generaciones en aquellos vírgenes dominios. Esa enorme mole que domina el curso del río como indestructible castillo señorial, ha sido conocida desde tiempo inmemorable con el nombre de la Loma del Sapo.
Al aproximarse el viajero al pie de la escarpa, percibirá en su centro una abertura que se profundiza y que se halla casi oculta por topida maleza cuya raigambre se oculta entre los resquicios La loma del sapo de salientes pétreos que asoman, aquí y allá, a manera de barbacanas de legenCrónica en torno a un relato brunka dario torreón. Por lo oscura y lo proColaboración de Belisario FERNANDEZ SOTO funda, esa grieta ha sido elegida como criadero por miles de murciélagos que (Ilustración del autor)
no se pueden ver, pero que se oyen y que se adivinan entre las tinieblas de se había recurrido a toda clase de con rescatar a su amada a costa de su proaquel misterioso recinto.
juros imaginados por los Curacas y Adi pia vida. Salta a la orilla lanza en maLa Loma del Sapo. Cuál fue el orivinos; en vano se le había tratado de no, mientras Huén Ké, arrojando a la sobornar para que se trasladara a otro desvanecida Dunya dentro de la oscura gen de ese nombre singular? Nadie lo lugar tierra adentro donde varias ransabe hoy con certeza. Subsisten, sin emmadriguera, vuelve violento a ultimar a cherías proveerían a su insaciable vora su osado retador. Los rivales se miden bargo, entre los escasos descendientes cidad; el temible engendro se mantenía de las tribus que poblaron aquellos ubéun instante: ciego de ira Huén Ké se inconmovible, para desesperación y tor precipita sobre Diriak, pero éste, más rrimos valles, faniásticas versiones acermento de los Caciques y habitantes de ágil que su pesado enemigo, logra asesde su origen, una de las cuales rela región, quienes lo temían como al mis tarle mortíferas lanzadas que le atrafiere que aquel estratégico rincón fue ocupado por Huén Ké, gigante antropomísimo Demonio y lo soportaban como viesan el pecho de parte a parte. Con tofago, mitad hombre y mitad sapo, quier, inapelable castigo de los dioses. Cuán do, la resistencia prodigiosa del coloso to tiempo habrían de sufrir aquella mal le ha permitido descargar fulminante desde un remoto pasado, se había aduedición?
golpe de hacha que divide el cráneo de ñado de aquel paso fluvial, exigendo trisu intrépido rival. En los estertores le buto a todos los viajeros que lo cruzaDiriak, joven y apuesto guerrero de la agonía, los contendientes se desploY como el tráfico entre las tribus la tribu del Cacique Arrokara ha emdebía hacerse necesariamente por aqueman sobre el impetuoso caudal que los prendido viaje hacia el Poniente por el arrolla y los arrastra en macabra conla vía tan expedita como rápida, el dueGran Rio. Transita solo, con sus armas fusión.
ño y señor del río engordaba y se enriy su ilusiones: Va radiante de felicidad quecía a costa del trabajo de los sufriVuelta en sí Dunuá, al darse cuenta a colmar un desec vehemente que canta dos pobladores.
de la sangrienta tragedia y descubrir a dulces endechas en su ardienete coralo lejos el cuerpo de su amado arrastrado Dícese que la gabela impuesta consis zón. va a contraer nupcias con Dunuá.
por las aguas, toma la barca y se lanza tia de animales, vivos o sacrificados, bella florecilla del jardín fragante de la tras él llevada por la corriente como hoque el voraz gigante engullia sin dar vecina ranchería. Diriak ha cruzado con ja que avienta el huracán. Su silueta tregua a la tripa. y que, a falta de esa su canoa frente al peñasco y ha satisfese destaca en la penumbra crepuscular, recompensa, exigia preseas de oro y ja cho el tributo exigido; mas, días desy se va borrando hasta perderse de vista de que iba atesorando en su infernal cu pués, al regresar en compañía de su been el confín lejano en su viaje sin retorbil. Su desmedida codicia lo había lle la desposada, al detenerse ante Huén Ké vado hasta secuestrar niños aun jóve para cubrir el derecho de paso, el gigannes que viajaban con su mayores, y si te se niega a percibirlo y se apodera de Cuenta la superstición que al caer la el rescate por ellos no llegaba dentro de la novia por la fuerza en un arrebato de noche, se oyen en la Loma del Sapo trislos tres días siguientes, los infelices eran salaz deseo. Diriak, sobreponiéndose al tísimos lamentos de su alma errante que también devorados. Asi se aseguraba pavor que el ogro le inspira, empuña vuelve en busca de lo que nunca encuentra una alimentación permanente. En vano sus armas resueltamente y se dispone a ca ran.
no. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica