Communism

REPERTORIO AMERICANO 261 JOHN KEITH, SAN JOSE, COSTA RICA Agentes y Representantes de Casas Extranjeras Cajas Registradoras NATIONAL (The National Cash Register Co. Máquinas de Escribir ROYAL (Royal Typewriter Co. Inc. Muebles de acero y equipos de oficina (Globe Wernicke Co. Implementos de Goma (United States Rubber Export Co. Máquinas de Calcular MONROE Refrigeradoras Eléctricas NORGE Refrigeradoras de Canfín SERVEL Balanzas TOLEDO (Toledo Scale Co. Frasquería en general (Owens Illinois Glass Co. Conservas DEL MONTE (California Packing Corp. Equipos KARDEX (Remington Rand Inc. Pinturas y Barnices (The Sherwin Williams Co. Duplicador GESTETNER (Gestetner Ltd. Londres)
es el Reino de la Lumbre Celestial. Va con el Espíritu Santo, pues que pobre del cronista anda de continuo a caza del pretexto para hablar de las cosas del brasero; para hablar de religión, máxime ahora que el ateísmo anda suelto en forma de diablo ruso: demonio del realismo perpetuo que por siempre obcecó a Gogol.
Al mismo Valle se le ha mandado preguntar que de qué está hecho el Brasero. el poeta hace el favor de contestar a vuelta de correo: Las cabecitas que redactaron el Credo de los Apóstoles tuvieron demasiada luz, ni duda cabe. como el Credo es uno de los poemas que el hombre ha inventado, para hacer un poco suave su paso por la tierra (aquí aparece una pendiente del peligroso abismo de la teología. nada de particular tuvo ni ha tenido que el poeta haya hablado del Brasero, que supongo es de oro y de piedras preciosas incombustibles. Pero como todo viene del baIto y hacia él todo va, he aquí que tu pregunta queda contestada hasta donde mi pobre entendimiento lo permite.
He aquí una interpretación poética del Rompecabezas de todas las teologías. La incombustiblidad del Espíritu Santo. Que también con llave de poesía se podrá abrir la puerta cochera del palacio del misterio de la Santisima Trinidad. Clave asimismo del desbarajuste atronador circunyacente que se traslada en términos de paganismo sancochado. Como dijo Rubén Darío el de las piedras preciosas: que andamos sin savia y sin brote. sin pies y alas. sin Sancho y sin Dios. Andamos sin Espíritu Santo, que es lo más principal de la Tríada Sacrosanta. Dios (reducido a idea)
se le puede negar con tan sólo que le venga er gana al negador. Jesucristo (concebido como hombre) se le crucifica todos los días.
Pero con el Espíritu Santo el asunto es de otro tenor; porque no se le puede negar, ni crucificar, ni condenar a la hoguera en tiempo de inquisición, porque como lo acaba de asentar Valle, el Brasero es de piedras preciosas incombustibles.
Quien se mete con Dios tiene que hablar de tres personas distintas. Creer en Dios quiere decir creer en la Santísima Trinidad. No se dice creer en el Misterio; se dice creer en las Tres, con misterio o sin él. He aquí la piedra de tropiezo de la racionalidad seuda: que no les cabe que Dios sea Trino; que se les figura que creer en Ellas es una especie de politeísmo. De tal modo se dan diz que a destruir el Triángulo Esotérico. los muy monoteístas!
Los unos, teistas abstractos, van a caer de bru.
ces en el tropezadero del unitarismo. Los otros, ateístas filosóficos que ni a ateos, llegan se dan a respetar, venerar y aun amar a Jesús el hombre de la historia, el sublime Maestro del dulce mirar perdonador de los pecados de la magdalena, la samaritana y demás pecadoras.
Pues bien, ni los unos ni los otros saben lo que es creer en Dios de deveras puras; porque el Padre y el Hijo requieren y demandan que el Espíritu Santo sea convidado también al ágape de la religión sincera. Es decir, que las Tres Personas son entre sí como uña y carne, la una de las otras dos, y viceversa. Creéis en Dios, creed también en mí. etc. Son Tres, pero la principalísima de Ellas es el Espíritu Santo.
Las consecuencias político sociales de estas teologías son formidables. Vistos y considerando que el Espíritu Santo es la cara incombustible de la Deidad, su esencia permanece en el devenir histórico a pesar de lo pigano de la sociedad en cuestión. Por otra partc, la Tercera Persona es la más difícil de conocer, porque no se ve con anteojos de ciencia; porque es la más Irracional de las Tres, y con todo, la más asequible. He aquí Yo estoy con vosotros, todos los días, hasta el fin del siglo. El Espíritu es lo que conmueve, lo que dirige, lo que endereza, en una palabra, lo que entusiasma: lo que pone en moción los impulsos celestiales de la criatura. Es decir, de la criatura que se salva y escapa de las trampas y las tretas y los trucos de las librerías: la serie entera de explicaciones racionales elaboradas a base de intelecto y raciocinio.
La que no, la criatura que rehuye la lumbre del Brasero de Rafael Heliodoro Valle, ésa, pasa a formar en las manadas del rebaño regimentado de los incrédulos inclusión hecha de los creyentes a medias y de los anti creyentes, que son los enemigos del Señor Estos enemigos son legión, y merecen respeto por su integridad epistemológica: son creyentes en todo caso; andan bajo la lumbre del Anti Brasero, que es el Anti Cristo, que es el Comunismo convertido en religión. Comunismo que cunde porque arde, y que arde porque cree.
Por lo que hace a los incrédulos apóstatas, herejes, descarriados, indiferentes, pecado.
res, tornasoles, acomodaticios, etc. etc. mejor les fuera dar color ya de una vez, porque los tiempos malos están en puerta. El problema está planteado: se trata de creer o no creer en el Espíritu Santo. He aquí la piedra de toque determinante de la calidad del metal: que se tiene que creer en algo irracional; porque eso es creer, para comenzar; y que aun cuando no le llegue a la razón, el Espíritu ciertamente que le prende fuego al corazón.
New York, 1950.
El legalismo (Anécdota. En Rep. Amer. Benítez, hombre de principios, ignoraba que la mollera propone y que el punto desde el que se atalaya, conduce y ordena está en el corazón; por consiguiente es donde se dispone.
Esta ignorancia le acarreaba contratiempos y mucho fastidio. De más está repetir que Benítez era hombre de principios y de consiguiente lo que le faltaba de flexibilidad lo compensaba con exceso de rigidez. Una devoción religiosa tenía y esa era la ley. El cumplimiento de la misma y los imprudentes caprichos del corazón, que no hacían consonante, le sorprendían al mismo tiempo y una vez sorprendido por tan inconciliables visitantes, se tumbaba en una silla a deliberar cómo salir de tan empantanado entuerto, enganchando consigo mismo el diálogo. Horas y maltrato mental le ocasionaba la solución del asunto y de tal catadura los había a menudo para su mala suerte.
Esta estructura de su espíritu y no la afinidad política, pues integraban distinta tendencia, le había acercado a la intimidad del Presidente, de nombre José Fausto Domínguez. Hemos dicho entre tanto que Benítez era de oficio General? Conviene entonces que se sepa que lo era. Había hecho la carrera de las armas y así como imponía autoridad mo.
ral se le respetaba dentro de su profesión.
Ocurrió que aquellas fuerzas de que hablamos, su conducta y su corazón, se disputaban su ánima. Ello sobrevino como consecuencia de haber alojado en su propio hogar a dos queridos correligionarios que después de conspirar, huían perseguidos por la ley. Benítez, como de costumbre, se halló en figurilla. Ensayo soluciones y de todas ellas, la más ajustada a su código, fué la de poner las cartas sobre la mesa. Después de confiar al Presidente la verdad de los hechos, invocaría razones de amistad y acaso atraería hacia sí la anuencia del Presidente y la salvación de sus compinches.
Con esto está dicho que se encaminó a visitar a su amigo el del solio presidencial.
El Excelentísimo señor Presidente torció la cabeza al escuchar las siguientes palabras del visitante. Vengo a pedirte un favor y con este modo de hablar, que es familiar, está dicho que no visitó al Presidente. respondió. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica